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Cupido no es un buen tipo - por tyess

Web: http://tyess.blogspot.com

Lucas era bueno con las palabras, pero era difícil concentrarse en la misiva mientras escuchaba a su compañero de habitación quejarse de lo fastidioso que era escribir un reporte sobre la razón para mantener el acceso a la educación en una dictadura. Que si le parecía enfermo que hubiera “una” razón, como quien habla de la única verdad; que si era una razón ridícula por esto; que si era una falacia por aquello.
En general, Marcelo odiaba la asignatura.
—Cualquier persona que pueda entender la mitad de esa basura también entiende que las dictaduras son vulnerables. Lo único que dura es la Democracia de la Miseria.
—En todo caso, gobernar no paga en nuestra época. Las leyes de Tolerancia le atan las manos a cualquiera. No entiendo por qué dan Sociología para Dictadores… ¿y tú, por qué la tomas?
—Me equivoqué de renglón al apuntar las clases—replicó el primero; su voz sonaba mas cercana y finalmente su sombra se proyectó sobre el papel en que escribía Lucas—. Oye… eso no es tarea… es una… ¡¿Carta cursi?!
—No. Annie…
—¡¡No puede ser!! ¿Tú? Digo, todos sabemos que estás obsesionado con ella, pero ¿esto? Como sigas así, te expulsarán.
—¡No, idiota!
—No te preocupes no voy a decirle a…
—Claro que no. Porque sabes que lo pagarías caro. Pero todavía no sabes qué secreto estas guardando.
—¿No?
—¿Recuerdas que ella recibió una carta de Jaime Nafar?
Confundido, Marcelo asintió.
—No tiene oportunidad —dijo, todavía llevando el mentón de arriba a abajo—. Tú, menos. Le gusta Milton.
—¿Ya se habla de eso?
—Sip. Y claro, él tiene complejo de secuaz, así que ni bien se enteró, se puso de tapete.
—Oh. Eso va más rápido de lo que esperaba. Ojalá no vaya a cuajar antes de que ella se embobe por el otro.
—¿Qué? ¿Tú… tienes algo que ver con eso?
—Es lo que iba a decirte, acelerado. Envío cartas y disperso rumores para que ella tenga que elegir entre un enamoramiento que no le conviene con Jaime y poder usar al estúpido pero complaciente Milton. ¿Ves?
—¡Claro! ¡Y así podrás…! Eh… ¿Qué vas a ganar? Ella se pondrá gruñona y tratará peor a todos. Incluyéndote.
—¿Necesito dibujarte todo? Lo hago sólo para verla arrancándose el cabello. Me encanta cuando hace eso —también le encantaba verla patear a todo el que se atravesara, más si eso lo incluía. Pero ese era su secreto.
—Oye, ¿y si no funciona? Annie es…
—Perfecta. Pero también es una chica. La naturaleza, que es la peor villana posible, la diseñó para procrear y Jaime es… buen material genético.
A Marcelo no le sorprendió escuchar eso viniendo de uno de los últimos misóginos del país, pero se quedó con los ojos cuadrados cuando, media hora después, Annie le dio la razón.
—¿En serio no lo sabías?
—Las chicas siempre lo niegan.
—Yo resuelvo los problemas, no los niego. Y ya tengo bien planeado eso de la descendencia. En todo caso, ese niño consentido no es tan buena opción. Tengo mejor ADN en mente.
—¿Es un chiste? ¿Qué no están todas locas por él?
—Quizá. Pero es porque no se han detenido a pensarlo. Jaime sólo tiene recursos. Y talento.
—¿Quieres más?
—Que no tenga habilidad para desperdiciar todo eso. Como sea, esto no es asunto tuyo.
Marcelo asintió, con nerviosismo, y pregunto algo que la huérfana seguía sin responder.
—¿Qué vas a hacer con Lucas?
—¿No debiste esperar la respuesta antes de contarme todo? —inquirió Annie, su voz habitualmente áspera se había convertido en seda, su sonrisa mostraba colmillos felinos.
—N-no es que tuviera muchas opciones.
—Pudiste no negociar conmigo.
—¿Y reprobar Sociología? No puedo da…
—Me aburres con tus quejas.
—Lo siento.
La sonrisa se volvió más humana, pero no menos temible.
—No haré nada con Lucas.
Marcelo abrió un poco la boca e inclinó la cabeza.
—¿No?
—Ni le diré que su esbirro lo delató, tampoco.
—¡No soy su esbirro! —se defendió él.
—No te preocupes —consoló Annie, como si él hubiera estado lamentándose—. Si no te ha dado el título es porque le gusta dárselas de autosuficiente. No porque sospeche que eres poco confiable.
En efecto, no hizo nada en contra de Lucas. Sólo observó en silencio como Marcelo se volvía en su contra en un esfuerzo por evitar la fama de lamebotas y el título de secuaz.
En cuando a Milton y Jaime, no había problema. En la era de la tolerancia, no hacia falta elegir.

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6 comentarios

  1. 1. Agustín dice:

    Hola tyess.

    Qué historia tan interesante. El principio me ha descolocado aunque no lo cambiaría porque, como lector, me parece necesario ese desconcierto inicial para cambiar el chip. Es la Dictadura de la Tolerancia ¿verdad? Como concepto me ha chiflado.

    Me he quedado con la sensación que lo que están haciendo Lucas y Annie son prácticas de la asignatura de Sociología. Como si fueran los primeros de la clase y manipularan a los demás. En plan “Las amistades peligrosas”.

    Como principal pega te diría que la falta de espacios entre párrafos no facilita la lectura.

    El segundo punto sería añadir algo más en los diálogos: reacciones, cambios de ánimo… Por ejemplo, cuando Marcelo lee la carta ¿Lucas se molesta, se vanagloria, intenta esconderla,… ?

    ¿Por qué mueve el mentón de arriba a abajo cuando dice que no tienen oportunidad con ella? ¿No debería ser un movimiento lateral?

    En “Me encanta cuando hace eso —también le encantaba” faltaría el punto después de eso y la t de también mayúscula.

    En “—Ni le diré que su esbirro lo delató, tampoco” sobraría el tampoco.

    Y en “Pero ese era su secreto” creo que ese llevaría tilde.

    Felicidades y un saludo.

    Agustín, el del 167.

    Escrito el 17 mayo 2017 a las 18:41
  2. 2. P.J Dawon dice:

    Hola Tyess.
    Veo que ya te han dado muy buenos consejos. En mi opinión, una idea muy buena, el mundo está falto de tolerancia pero… la dictadura de la tolerancia puede hacer de esta un gran problema.
    El diálogo hace avanzar la trama perfectamente y lo que esta esconde es puro misterio. No se si es un colegio o un orfanato pero tiene que ser un lugar un tanto peculiar.
    Lo que más me ha gustado a sido ese final, ella me ha parecido un personaje un tanto listillo. Muy bueno.
    Estoy en el 175 por si te aburres, échale un vistazo para entretenerte.
    Nos leemos.

    Escrito el 18 mayo 2017 a las 14:32
  3. 3. Juana Medina dice:

    Hola Tyess,
    Estoy en el 166, corresponde que nos vayamos conociendo.
    Me ha resultado muy interesante tu Dictadura de la Tolerancia. El conflicto que lleva en sí misma es terrible pero el ser humano siempre encuentra formas de apañárselas. En este caso Ane es maestra en el tema.
    Los consejos de Agustín son muy atinados y no vale la pena redundar. Por otra parte, siempre me gusta más comentar contenidos, ideas.
    Te felicito. Seguiré leyéndote
    Un saludo

    Escrito el 19 mayo 2017 a las 01:57
  4. 4. tyess dice:

    No es exactamente una dictadura. A pesar de los nombres, los principios de la tolerancia hacen que todos los gobiernos de la época tengan más cara de anarquía que de otra cosa, porque no se puede prohibir ni condenar nada.
    En todo caso, sí, todo el sistema esta lleno de contradicciones, y han llevado al extremo el concepto de tolerancia de modo que la peor crueldad está bien, siempre que no lo hagas porque no te gusta lo que cree o hace tu víctima.

    Agustín:
    No voy a asegurar que esto no tiene tinte académico, porque podría ser… pero también hay una extraña mezcla de competencia y odio mutuo entre esos dos, así que es principalmente personal.

    En cuanto a la forma, me acabas de contar algo de ortografía que no sabía, y me recordaste un detalle que siempre olvido a propósito porque no me gusta como se ve.

    Las acotaciones, en cambio, también las extraño. Es que yo escribo todos los diálogos sin acotaciones ni nada “antes de que se me olviden”, y luego voy agregando los detalles (quién dijo qué, qué cara tenía y hacia donde se movió…) y cuando llegué a esa punto de la redacción, ya tenía más de 750 palabras (o eso dijo mi editor de textos). Pero las pondré en el blog.
    Aunque Lucas en sí no es muy expresivo… como mucho, mostrara algo de fastidio porque su amigo es muy “lento”.

    P.J.:
    Es un colegio. Si es peculiar, incluso en ese mundo. Por ejemplo, pueden expulsar gente por no ser lo suficientemente… “malos”. Eso no es tolerante 😛

    Juana:
    Sí, ese conflicto es en lo que tendría que trabajar. La ironía de la tolerancia como distopía (ya que usualmente lo que enfocan es alguna forma de intolerancia). Pero siempre que hago relatos de esta colección estoy ocupada describiendo a uno de los niños o al colegio… No había pensado bien en la sociedad que los aceptaría, hasta que plantearon el reto aquí.

    Gracias a todos por sus opiniones, a ver si la versión corregida que suba al blog me queda mejor. Y me alegra ver que Annie es apreciada. 🙂 Es su segundo relato… y seguro habrá un tercero involucrando a Nafar… cuando se me ocurra sobre qué.

    Escrito el 21 mayo 2017 a las 15:20
  5. 5. TheCopilot dice:

    Hola Tyess!

    Me gustó tu relato, el mundo sobre el que se construye es interesante.

    Como aspecto a corregir te diré que siento que hay demasiado diálogo hacia la mitad del texto. Quizá algo de descripción esté bien ahí, para desacelerar el ritmo de la lectura, y para observar mejor el lugar en el que están.

    Además de eso, sólo queda decir que espero volverte a encontrar en los próximos talleres. También podrías expandir más esta historia.
    Saludos.

    Escrito el 28 mayo 2017 a las 08:20
  6. 6. Laura dice:

    Hola Tyess.
    Me agrego a los que se confundieron, y te paso un consejo que yo aplico: primero escrito toda la historia, y después comienzo con el cortar, modificar, reformar.
    Por lo demás el tema es interesante.
    Nos encontramos con el micro relato de junio

    Escrito el 4 junio 2017 a las 13:10

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