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Cómo escribir una novela (10): el punto de vista, el tono y el estilo

Espero que estés contento/a, porque si has estado siguiendo los pasos del tutorial sobre cómo escribir una novela que hemos publicado en el blog, ya estás preparado/a para escribir tu manuscrito. O casi. Tan solo queda pulir unos últimos detalles.

¿Has pensado ya cuál será el punto de vista de tu historia? ¿Y el estilo y el tono que emplearás? ¿Sabes si la contarás en pasado o en presente? Si lo tienes claro, genial. Olvídate de esta entrada y ponte a escribir esa novela. Pero si todavía tienes dudas, quizá esta entrada te ayude a aclararlas.

El punto de vista

El punto de vista en una historia no es otra cosa que la perspectiva con la que se cuenta. Es decir, quién lo cuenta y qué conocimientos tiene sobre los hechos y los personajes. Puede tratarse de un narrador omnisciente, en primera persona, testigo, etc.

También se dan casos de novelas con distintos tipos de narrador. Por ejemplo, un narrador en primera persona para las escenas del detective protagonista y en tercera persona omnisciente para el asesino; o un narrador equisciente para el personaje principal que se mezcla con un género epistolar en otros capítulos, como sucede en mi novela Niña de cristal.

Ante tantas posibilidades, ¿cuál elegir? Depende. Cada narrador tiene sus ventajas y desventajas. Puedes leer más sobre los distintos tipos de narrador en el tutorial El narrador y el punto de vista. De todas formas, lo más importante es que te sientas cómodo/a con el narrador que elijas. En este sentido, la razón tiene tanta importancia como la intuición a la hora de elegir.

El tono y el estilo

Más íntima y personal todavía que la elección del punto de vista, lo es la elección del tono y el estilo del texto. Cada escritor tiene su manera de escribir, y eso es bueno. Es lo que diferencia a un autor de otro.

Sin embargo, como no todos los libros son iguales ni tienen las mismas necesidades, siempre conviene hacer una pequeña reflexión antes de ponernos a escribir, para decidir cuál es la solución correcta para la novela. No se trata de perder nuestra propia voz, por supuesto, pero no es igual que la historia la cuente el narrador omnisciente a que lo haga un personaje que sea, por ejemplo, un niño de siete años. Habrá diferencias en el lenguaje empleado, así como en el tono y en el estilo. Tenlo en cuenta.

El tiempo verbal

El maldito y controvertido tiempo verbal. Por los correos que me enviáis sé que este asunto trae de cabeza a más de uno, y es que no es fácil elegir el tiempo verbal a emplear en una historia, y mucho menos manejarlo bien.

Lo habitual, lo más ortodoxo, es emplear el tiempo verbal en pasado. Pero puede haber novelas —o partes de una novela– que requieran un tiempo en presente. Por ejemplo, una novela en la que los capítulos que suceden en la actualidad están escritos en tiempo pasado, mientras que los que suceden en los primeros años del siglo XX se cuentan en presente. Es una forma de acercar al lector la parte de la narración que le es más remota y ajena.

En cuanto al manejo y coherencia de los tiempos verbales, os aconsejo leer el artículo de Diana P. Morales ¿Escribir en pasado o en presente? Ventajas y desventajas de cada tiempo narrativo.

Prueba y error

Ahora que ya sabes las distintas opciones que tienes para elegir el narrador, el punto de vista y el estilo, mi consejo es que elijas una escena o un momento de tu historia que consideres intenso y hagas la prueba de escribirlo de distintas maneras. Prueba un par de narradores entre los que dudes, un estilo más directo y rápido si ves que lo necesita, o uno más pausado y solemne… Trabaja ese fragmento —no tiene por qué ser muy largo— hasta que encuentres una opción que te resulte acertada y, sobre todo, cómoda.

Investigación

Por último, un consejo que quizá no te sirva para esta novela si vas a empezar a escribirla ya, pero sí para las próximas. Cuando leas a otros autores, sean del género que sean, fíjate en cómo narran su historia. ¿Qué tiempos usan, qué estilo, qué ritmo, qué recursos? Cuando veas algo que te llame la atención, anótalo en tu cuaderno o en la aplicación que uses para este fin.

En el futuro estos «recortes» pueden ayudarte a encontrar la solución para una de tus historias. No se trata de que copies a otros autores, sino de que aprendas distintas técnicas y recursos literarios que luego, combinando entre ellos o con tus propios recursos, construyan algo nuevo.

Y hasta aquí el post de hoy sobre el punto de vista el tono y el estilo. La próxima semana publicaremos una última entrada de tutorial con unos consejos sobre la escritura del primer borrador y entonces sí, estaréis completamente preparados para lanzaros a la aventura. ¿Qué os parece? ¿Tenéis ganas de empezar? ¿Cómo lleváis la planificación hasta ahora?

¿Te ha gustado?

Ahora puedes conseguir todo el contenido del tutorial actualizado y extendido en el libro Cómo escribir una novela. También puedes acceder a todas las entradas de la serie en la página del tutorial.

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