Literautas

El narrador omnisciente (tipos de narrador 2)

Como segunda entrega de esta serie de artículos sobre el narrador, quiero hablar sobre el narrador omnisciente, el que todo lo sabe y todo lo entiende, por resumirlo de manera divertida.

El narrador omnisciente nos cuenta la historia en 3ª persona y no es un personaje del relato, sino que nos lo transmite desde fuera. Se trata, como su propio nombre indica, de un narrador que funciona como un dios; lo conoce todo sobre los personajes y las tramas, puede predecir el porvenir, suponer y juzgar.

Este narrador era el más frecuente en las novelas del siglo XIX y, como todos los demás, tiene una serie de características que tendremos que valorar antes de elegirlo para nuestra historia:

1. Lo sabe todo:

Tal y como os comentaba antes, el narrador omnisciente lo conoce todos los datos de la historia, así que puede contar cómo se sienten los personajes, de manera que el lector tiene una mayor información de la escena que aquellos que la protagonizan.

2. Explica, no sugiere:

El narrador omnisciente no sugiere, sino que se encarga de explicar lo que ocurre, juzga y desmenuza las causas y comportamientos de los personajes. El margen que se deja al lector para imaginar y deducir por su cuenta no es tan grande como con otros narradores.

3. Aporta credibilidad:

Como consecuencia a lo comentado en el punto anterior, el narrador omnisciente tiene una autoridad absoluta en la historia y lo que explica es lo que ocurre, resultando un narrador mucho más verosímil que, por ejemplo, un narrador testigo. Por ello puede ser una buena elección para las historias mágicas, fantásticas o de absurdo.

4. Puede identificarse con el escritor:

Al no formar parte directa de la historia y mantenerse fuera de ella, puede interpretarse a veces como la voz del escritor, especialmente si el narrador realiza algún juicio de valor.

5. Permite los saltos en el tiempo y el espacio:

Con este narrador resulta mucho más sencillo cambiar de una escena a otra, aunque cambien en ellas los personajes y los escenarios. Ocurre lo mismo con los flashbacks (cosas que han ocurrido en el pasado) y las elipsis (omisión de escenas innecesarias, saltos de varios años en el tiempo de la historia…).

6. Los personajes son instrumentos de la historia:

Al usar un narrador omnisciente nos encontramos con que la proximidad del lector y el protagonista es menor que, por ejemplo, con una narración en primera persona o un narrador equisciente (del que os hablaré con más calma en el próximo post del tema). Además, la presencia del personaje principal se ve perjudicada, ya que el lector no sólo recibe información de los sentimientos de éste, sino de todo el elenco de personajes.

Entradas relacionadas:

1ª parte | Tipos de narrador
2ª parte | El narrador omnisciente. Lo estás leyendo
3ª parte | El narrador equisciente
4ª parte | El narrador testigo
5ª parte | El narrador en segunda persona
6ª parte | El narrador en primera persona
7ª parte | El narrador en los diálogos