Literautas

11 lugares donde encontrar inspiración

«La inspiración existe, pero que me encuentre trabajando», decía Picasso. Sin embargo, hay ocasiones en las que el trabajo no es suficiente y nos quedamos atascados, ya sea porque no se nos ocurre sobre qué escribir, ya sea porque no encontramos el mejor camino para continuar. En esos casos, ¿dónde buscar la inspiración?

Cada escritor es un mundo y no todos nos inspiramos igual. Puede que haya quien necesite mucho jaleo para inspirarse y quien necesite silencio absoluto. Pero sí hay ciertos lugares que suelen ser más propicios para que a los escritores se nos aparezcan las musas. A continuación os cuento cuáles son mis favoritos:

1. Aeropuertos y estaciones

Son lugares en los que siempre hay gente en movimiento. Allí nos encontraremos con despedidas y reencuentros, con emociones a flor de piel, con cambios constantes y un montón de energía circulando a la espera de que alguien la capte para inspirar nuevas historias.

2. El gimnasio

Con gimnasio quiero decir espacios deportivos. Puede ser también la piscina, el paseo por el que sales a correr o a montar en bici, etc. El deporte en general es un buen desatascador de ideas porque relaja, pone el cerebro en marcha y lo oxigena.

3. La naturaleza

Playa o montaña, lo que más te guste, pero un paseo al aire libre es un método relajante e introspectivo que te ayuda a pensar con claridad.

4. Museos y exposiciones

Son lugares perfectos para abrirnos a nuevas experiencias, aprender cosas y encontrar ideas nuevas. No vayas nunca sin un cuaderno y un boli.

5. Conciertos

La música puede ser un gran punto de partida para la búsqueda de ideas. Ir a un concierto, coger un cd y ponerlo en la radio del coche mientras conduces, enchufarte los cascos mientras paseas o bien tirarte en el sofá a escuchar ese disco de jazz que tanto te gusta. ¡Todo vale!

6. El teatro

No solamente por las historias que cuenten las obras, sino porque la proximidad entre los actores y el público genera una energía muy difícil de encontrar en otras manifestaciones artísticas. El teatro es un lugar del que se suele salir con las pilas cargadas y la cabeza en ebullición, dispuesta a producir ideas.

7. Librerías y bibliotecas

Y libros en general. A veces, cuando no se nos ocurre que escribir, es mejor cerrar el cuaderno y ponerse a leer. No un libro ni dos, sino todos los que hagan falta —de ficción, ensayo, teatro, poesía, etc.— hasta que hayamos acumulado tanto que empecemos a producir a partir de lo consumido.

8. La web

Sentarse ante el ordenador es como abrir una ventana al mundo. A veces puede ser peligrosa porque nos hace perder mucho tiempo navegando sin rumbo, pero otras puede ser una fuente de inspiración.

Por ejemplo, hay páginas como Free Historical Stock Photos, donde encontraremos una enorme colección de fotos antiguas dispuestas a darnos ideas.

9. Libros infantiles y sueños

He separado los libros infantiles de los libros en general y lo he puesto con los sueños porque a veces, para encontrar la respuesta a nuestros problemas de inspiración lo que tenemos que hacer es pensar diferente, como en los sueños o en los libros infantiles.

Leer libros como Alicia en el País de las Maravillas o las obras de Michael Ende, por ejemplo, nos expone a razonamientos distintos donde las cosas nunca son como se supone que deberían ser. El mundo al revés, como en nuestros propios sueños. Un ejercicio fantástico para llevar nuestra creatividad un poco más lejos.

10. Tu almohada

Una técnica muy interesante para solucionar problemas relacionados con la escritura es irnos a dormir pensando en ese problema que no conseguimos resolver. Por ejemplo, mientras intentas dormirte, darle vueltas a cómo debería reaccionar ese personaje sobre el que estás escribiendo o qué debería pasar a continuación para que la trama tenga sentido.

Al hacer esto, estamos enviando las preguntas a nuestro subconsciente y, mientras dormimos, él trabajará por su cuenta. Es posible que se le ocurra algo y nos despierte en mitad de la noche con la solución —en ese caso mejor que tengas un cuaderno de notas cerca de la cama— o que al empezar el día siguiente, mientras te duchas o desayunas, se te ocurra de pronto la respuesta de forma natural. No funciona siempre, pero sí a veces. Y para el esfuerzo que supone, merece la pena probarlo, ¿no creéis?

11. Una página en blanco

Por último, uno de mis lugares favoritos para encontrar la inspiración es una hoja en blanco sobre la que emplear la técnica de escritura automática. Si quiero encontrar nuevas ideas sobre las que escribir suelo usar algún disparador creativo para ponerla en marcha.

Si, por el contrario, lo que busco es una respuesta para continuar con una historia que estoy desarrollando, lo que hago es plantear en la parte superior del folio la pregunta o preguntas para las que no encuentro respuesta y, a continuación, empezar a escribir soluciones sin pensar. No importa que parezcan absurdas, es una tormenta de ideas que luego ya se irá puliendo.

A veces también funciona mezclar varios de estos recursos. Por ejemplo, empezar con la página en blanco para luego ir a correr, o a dormir, o a dar un paseo. Si no se me ha ocurrido nada todavía, pruebo de nuevo lo de la página en blanco y seguro que ya tengo nuevas ideas esperando.

Bueno, y hasta aquí mis once lugares para encontrar la inspiración. ¿Qué os parecen? ¿Coincidís en alguno? ¿Tenéis algún otro que no se mencione aquí?

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