Literautas

Cómo elegir el punto para empezar y terminar una historia

Estos días he estado leyendo el libro Cómo escribir ciencia-ficción y fantasía, de Orson Scott Card y me he encontrado con una reflexión del autor sobre dónde empezar y terminar una historia que me apetecía compartir con vosotros.

Por cierto, si no habéis leído el libro, os lo recomiendo aunque no sean estos los géneros que queráis escribir. Hay capítulos o fragmentos más centrados en ellos, pero buena parte de los consejos del libro sirven para la escritura en general, como es el caso de lo que os comentaré a continuación sobre la estructura de una historia:

El cociente MIPA

Según nos explica el autor, todas las historias contienen cuatro pilares o elementos que influyen directamente en su estructura: el medio, la idea, los personajes y los acontecimientos. Todos son importantes para construir la historia, pero siempre hay uno que predomina sobre los otros.

Según Card, dependiendo del elemento que elijamos para que sea el más importante en nuestro relato, tendremos un tipo de historia concreto:

1. Historia de medio

El medio o escenario es el lugar donde tiene lugar la historia, donde se ambienta. En las historias que tienen como elemento primordial el medio lo más importante es el dónde y solemos descubrirlas a través de los ojos de alguien ajeno al lugar —un visitante, un extranjero…— con el que nos identificamos y que nos ayuda a ir descubriendo ese nuevo mundo a su ritmo.

Son, por ejemplo, los casos de Oz para las aventuras de Dorothy en el “El mago de Oz”; el país de las Maravillas para Alicia o Japón en la novela “Ni de Eva ni de Adán”, de Amélie Nothomb.

Si queremos escribir una historia en la que el medio sea lo más importante, debemos comenzar a contarla cuando el personaje parte hacia ese nuevo mundo y terminar con el regreso a casa. Lo interesante es lo que sucede allí porque la historia no podría ocurrir en ningún otro lugar.

2. Historia de idea

Con «idea», Card se refiere a una cuestión, un dilema, un misterio, un dato… Cualquier tipo de información que los personajes deben descubrir. Lo más importante de la historia en estos casos es resolver el enigma.

Para estos casos, la historia comienza con una pregunta —por ejemplo: ¿quién es el asesino?— y termina con la respuesta —el asesino es el mayordomo—. ¿Puede haber breves prólogos o epílogos a esto? Sí, pero hay que tener en cuenta que el grueso de la historia, lo que mantiene la tensión, es lo que sucede entre esa pregunta y su respuesta.

3. Historia de personaje

En todas las historias hay personajes y en muchísimas estos evolucionan. Lo que diferencia las historias de personaje es que en ellas lo más importante es la evolución del protagonista o protagonistas, la transformación del rol dentro de su mundo.

Las historias de personaje tienen en común que al menos uno de los personajes se siente insatisfecho, molesto o enfadado con su situación inicial e inicia un proceso de cambio que puede ser consciente o inconsciente; incluso externo a él.

La historia ha de comenzar cuando el personaje está a punto de iniciar el viaje que lo conducirá a su transformación y termina cuando lo logra —felizmente o no—, o bien cuando abandona su lucha por imposible y regresa a su antiguo rol.

4. Historia de acontecimientos

La última de las opciones es la historia de acontecimientos o hechos, donde lo más importante es lo que sucede, por encima del «dónde» y el «a quién». Esto no significa que no pueda haber evolución de personajes o que los escenarios no sean importantes en este tipo de historia, pero el pilar con mayor peso será el de los acontecimientos.

El relato de acontecimientos comienza contándonos que algo va mal en la estructura del universo de la historia. Por ejemplo, la aparición de un monstruo en Beowulf o el resurgimiento de un antiguo enemigo al que se creía muerto en El señor de los anillos. Pero también es el caso de Emma, de Jane Austen, donde la protagonista rechaza casarse, rompiendo el orden natural en el mundo en el que vive.

Por supuesto, los relatos de acontecimiento finalizan cuando el orden se reestablece o se instaura uno nuevo.

Como veis, aunque el libro de Orson Scott Card tenga un título tan acotado, su contenido es válido para escritores de todos los géneros. A mí por lo menos me parece un libro muy recomendable. Si os apetece leerlo, podéis conseguirlo aquí.

¿Y vosotros? ¿Lo habéis leído? ¿Qué os parece la teoría del autor sobre cómo comenzar y terminar una historia?

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