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Crónica imperfecta. - por Miguel

-El pequeño pueblo de montaña, Webstern, se ha visto convulsionado hace unos días con la aparición del cadáver de la famosa escritora japonesa Yukami Hitiro, conocida por sus novelas de suspense traducidas a más de veinte idiomas. El cuerpo se encontraba en el fondo de un barranco con los síntomas normales de una larga y dura caída. Después de un laborioso rescate, debido a lo escarpado del terreno, el cuerpo fue llevado al anatómico forense de la capital para practicarle la autopsia y determinar la causa de la muerte. Mientras que se hace público el informe, estamos aquí intentando recabar las últimas noticias, hablamos con el jefe de policía, inspector Dohan.
– ¿Que podemos decir del caso?
-Bueno, lo único que se puede decir es que la investigación sigue su curso, que hay varias hipótesis, pero mientras no se sepan las causas de la muerte no hay nada seguro.
– Las causas parecen claras, quiere decir que cabe la posibilidad del asesinato?
-Como ya le he dicho anteriormente no hay nada definitivo, el asesinato es una posibilidad, pero muy remota. ¿Quién querría hacerle daño?
-Según parece no tenía costumbre de pasear por ese lugar, no es cierto?
-Bueno, eso son rumores, la Sra. Yukami recorría todos los parajes del pueblo, que pretende insinuar con esa afirmación ?
-Que fuera engañada con alguna excusa, para que fuera a pasear por un lugar tan alejado y peligroso.
-Esa me parece una idea absurda.
-Gracias inspector Dohan.
Intentamos hablar con la doctora Bratt.
-Usted fue una de las primeras personas en ver el cuerpo, ¿no es así?
-Si, así es, como doctora del pueblo me llamaron para certificar la muerte de la Sra. Hitiro, y así lo hice.
-¿Cómo se encontró usted el cuerpo?
– Ese aspecto no puedo revelarlo, ya que se encuentra bajo secreto de sumario, pero todo indica que la caída fue la causa de la muerte.
-No le extrañó que estuviera tan lejos?
-Mmm….no, porqué lo dice?
-Por nada en particular, muchas gracias Dra. Bratt.
-Por aquí cerca pasa la última persona que aparentemente la vio con vida, el librero del pueblo, ¿que nos puede decir?
– Nada, entró en mi establecimiento, y al ser una escritora de fama mundial, enseguida la rodearon varios clientes para pedirle un autógrafo, cosa que ella accedió gustosamente, charló incluso animadamente con uno de ellos, después le devolvió el libro que le acababa de firmar, me pagó el periódico y salió, sin más, no noté nada raro.
-Muchas gracias.
– Desde Webstern, les ha informado Sara Wilness, enviada especial de la cadena NOT3.
– Vámonos, Angie,-le dijo a su cámara-aquí nadie sabe nada o no quiere saber, es todo muy raro. A ver si fuera de cámara conseguimos algo, vamos al bar.
Sara y Angie entraron al único hotel del pueblo que disponía de bar, donde la gente del pueblo charlaba animadamente, ahora que los turistas se habían marchado. Sara se dio cuenta de que no había televisión, con lo cual era fácil que no la conocieran y le dijeran algo nuevo.
-Hola, nos pone dos cafés, por favor. Menudo revuelo se ha formado con lo de la escritora esa,-le dijo al camarero mientras les servía-¿se sabe quien era?
-Sí, solía pasar aquí todos los veranos desde hace varios años, se compró una casita en el campo, y aunque no se dejaba ver mucho, era muy conocida.
-Y usted ¿qué cree que pasó?
-A mi me parece que su paseo fué….-el camarero advirtió que en ese momento entraba el inspector Dohan-lo siento tengo que atender a los clientes.
-Vaya, ustedes por aquí, ¿no se iban ya?
-No inspector, todavía nos queda la conexión de la noche, a ver si hay algo nuevo, porque…
-¿Nuevo?, mientras no se haga la autopsia no se sabrá mucho más que hasta ahora.
-¿Y la investigación no aclara nada?
-Mire señorita-empezaba a impacientarse-la investigación sigue su curso, y si se puede se harán públicos los avances y ahora dejen de molestar a los clientes del bar que me gustaría tomar un café tranquilamente, si hay alguna novedad se la haré saber.
Según salían del bar Sara observó como el inspector gesticulaba y hacía aspavientos mientras hablaba por teléfono. Se le veía enfadado, o quizás nervioso?. Cinco minutos despues tuvo la respuesta.
-Recoge los trastos, Angie, nos vamos de vuelta. Según parece el jefe ha recibido una llamada advirtiéndole de que estamos haciendo demasiadas preguntas, no hay conexión esta noche, pero volveremos.