Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Yoga - por Mabagran

El baño estaba preparado, agua caliente, sales de baño, velas.
Por fin el día de 28 horas se había acabado para la inspectora Lidia.
El albornoz callo suavemente en el suelo y cuando se disponía a entrar en la bañera.
El sonido del móvil la interrumpió.
– Diga- la rabia en su tono de voz era difícil de disimular.
– Siento llamarte a estas horas, pero a vuelto a matar, te recojo en un minuto.
Era su jefe, no hubiese llamado si el caso no fuese serio.
El timbre de la puerta la saco de sus pensamientos.
– ¿ quien es.? – no espera visitas.
Desde el otro lado de la puerta la Voz de su jefe.
– Te dije un minuto.¡ Vamos! Te lo explicare todo por el camino.

Puebla de Lillo.

El cuerpo sin vida de la escritora Hiromi Kawakami yacía sin vida a las afueras del pueblo junto a un riachuelo.
Podría haber sido un suicidio o un accidente, pero esa postura del cuerpo fue lo que hizo que la policía hubiese tomado la decisión de llamar a la inspectora.
Después de algo mas de una hora de viaje por una carretera de infarto, el jefe y la inspectora Lidia llegaron al lugar de los echos.
– Buenas inspectora, se trata de una mujer de unos 50 años de edad ,morena y rasgos claramente japoneses, escritora celebre en su país, aquí tiene su pasaporte.
– Gracias ,puede retirarse, pero antes traiga un café bien cargado lo voy a necesitar.

¿Como es posible que los periodistas se enteren antes que nosotros.?

La pregunta quedo sin contestación.

– retiren a toda esta gente de aquí – ordeno Lidia- y retiren todas las cámaras y móviles no quiero que esto se suba a la red.
– Demasiado tarde inspectora -dijo el policía ,entregandole el cafe y monstrandole en una tablet el video del mismo asesinato.
– Averigüe todo lo que pueda de la escritora y por que estaba aquí.
-¿ como es posible ?, quiero a alguien investigando este video ¡ya!.

Lidia inspecciono el cuerpo, el mismo "modus operandi", la postura de yoga y el mismo libro al lado del cuerpo, igual que en los otros ocho cuerpos, uno por mes.
Lidia se habia leído varios libros sobre yoga por motivo de los asesinatos y se habia apuntado a clases, no para practicarlo sino para aprender las posturas y aquella postura era "ardha matsyendrasana".
-¿Por que estas posturas ? ¿Que significado tiene todo esto? ¿Por que mujeres y escritoras? Y ese maldito libro.- las preguntas se amontonaban y las respuesta no llegaban.
– Inspectora para los lectores del diario de León….. -de manera sutil la inspectora corto a la periodista diciéndole.

– Perdone es usted escritora.
– Si.
– Pues tenga cuidado y ahora retirese detrás de la cinta por favor. Donde esta ese policía.
– Si inspectora.
– Como se llama.
– Antonio.
– Pues Antonio asegurese de que nadie se acerque al cuerpo y averigüe

Catedral de León

Bajo secreto de confesión

– Ave maria purísima.
– Sin pecado concebida.
– Dime hijo, que pecados as cometido.
– Padre he faltado al quinto mandamiento.
– Pero eso es muy grave.
– El libro tiene una bomba, la inspectora Lidia morirá cuando lo habrá, se que es su sobrina preferida.Recuerde padre que el secreto de confesión me ampara.
– Pero tengo que contarlo, tengo que avisar a la policía.
– Le matare si lo hace.

Puebla de Lillo

Lidia seguía escudriñando la escena del crimen, su mirada se paro en el libro, se agacho a cogerlo y en ese momento su móvil.
En la pantalla un numero conocido. Tío Aurelio.
– Ahora no – murmullo para sus adentros, contestado a la llamada – dime tío.
– Sobrina, por Dios no toque ese libro tiene una …. – la llamada se corto.
– Tío.
Sus palabras no tuvieron contestación.

– Antonio llama a León, que mande una patrulla a la catedral para ver al padre Aurelio y llama a los Tedax en el libro hay una bomba.

Catedral de León.

El cuerpo sin vida del Padre Aurelio, yacía con una puñalada en el corazón dentro del confesionario.