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Demasiado tarde - por faye_valentine

Alicia recogió el correo al volver del trabajo. Un gran sobre blanco dirigido a su tía Emilia destacaba sobre el resto. Su tía nunca recibía correo.
Al entrar en la casa en la que convivía con su madre y Emilia se encontró con ésta sentada en la mecedora junto a la ventana. Alicia la recordaba así desde que tenía uso de razón. No hablaba, apenas comía, solo perdía su mirada en la pequeña colina que se veía desde aquella mecedora. Al momento apareció su madre limpiándose las manos en un trapo.
Hola mamá, mirá que cosa más extraña, hay una carta para la tía.
La madre frunció el ceño y cogió la carta con firmeza. Rompió el sobre y leyó rápidamente una nota escrita a máquina. Del sobre blanco inmaculado, sacó una carta vieja y amarillenta. Al terminar de leerla respiró hondamente y se sentó en una silla cercana.
-¿Que pasa, mamá?¿Es algo malo?- preguntó Alicia.
Es una carta para tu tía, Se la mandaron hace treinta años, durante la guerra. Al parecer el camión de correos que las transportaba sufrió el ataque de un bombardero. Le informan de la muerte de Andrés en el frente.
¡Treinta años después!¿Te refieres al hombre por el que está así?
Sí. Formaban una pareja singular, dos personas a las que guerra no llegó a tocar, con una sonrisa involuntaria cada vez que se veían, Andrés burlando a tu abuelo para verla después del toque de queda y ella escalando por el canalón para verlo cuando pasaba con su bicicleta repartiendo el pan. Hasta que lo reclutaron…
Ella lo esperó durante mucho tiempo y nunca pudo averiguar que fue de él. Llegaron muchas cartas como ésta que ves ahora. Incluida aquella en la que me comunicaban la muerte de tu padre. Pero esta carta que ves no llegó en su momento y Emilia pensó que Andrés la había abandonado- suspiró mientras apretaba la carta arrugándola- Todos los días iba a la Oficina de Atención a los Familiares que montaron en la Plaza Mayor, no le importaba que lloviera, tronara o nevase. Ellos le decían que no podían asegurarle nada, pero que muchos habían cruzado la frontera para no volver. Tu tía dejó de vivir para convertirse en lo que ves ahora y así acabó la historia de Andrés y Emilia. Y así pasé de ser hermana mayor a madre – observó mirándola duramente.
Sé que tú también perdiste a papá en la guerra. Pero tu historia tuvo un final, tú tuviste una carta hace treinta años- Alicia siempre defendía a su tía, aún ahora con treinta y un años seguía viendo romanticismo en ese final tan trágico.
Ya cariño, pero si los papeles se hubieran intercambiado yo no estaría ahora mirando por esa ventana.
Porque tu amor es diferente, no puedes intentar cuantificarlo y clasificarlo y decidir quien tiene que hacer qué y porque debe hacerse- Alicia se levantó y acarició el rostro de Emilia, como hacía siempre que quería transmitirle algo, aunque no sabía si a ella le llegaba algo.
Cogió la carta de las manos de su madre e intentó mostrársela a Alicia, conseguir alguna reacción, un grito, un llanto, pero era como siempre, una cáscara vacía.
No cariño, no es por eso, es porque yo siempre me tuve a mi misma, aparte de tener a tu padre- dijo con una sonrisa triste.
Por primera vez Alicia vio a su madre desde un cristal muy diferente, una mujer fuerte, que había perdido su amor pero no se había perdido con él.