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Blanca Navidad - por Ianna

Web: http://palpitandoletras.com/

“¿Hola? Uno, Dos, Probando. Mierda de móvil. A ver…
El avión no ha salido de la isla y los matones del Mota me siguen los talones. Con el revuelo que se ha formado he aprovechado para robarle la cartera a varios pasajeros y me he venido directo a pillar un barco. Al parecer seguían saliendo…
El caso es que… me he metido en el maletero de un coche, lo vi abierto y pensé coño, mejor me ahorro la pasta y me compro un par de gramos en Gran Canaria, que allí los hay de los buenos.
Pensé que cuatro horas no era demasiado, pero llevo cuarenta minutos y ya me he fundido la mitad de la droga que llevaba. Esta mierda de móvil no alumbra nada. Me estoy poniendo nervioso, a ver si así hablando en alto me tranquilizo… aún me quedan tres horas.
Sí, me he metido otra ralla, así al menos me motivo unos minutos. Si alguien me ha escuchado espero que haya disfrutado con mi particular versión de “I Will Survive”.
Es increíble la de inventiva que tiene uno cuando se siente presionado. Imagino que igual de acorralado que yo ahora se sienten mis víctimas bajo la punta de mi cuchilla. Es horrible topar con un obstáculo a menos de un metro en cualquier dirección. Perdón, ancianitas, necesito sobrevivir.
No lo aguanto más, ¡Solo han pasado cinco minutos! El aire está vicioso y para colmo el movimiento me está mareando, si al menos pudiera incorporarme… no podría haber elegido una furgoneta si no el Fiat de un pringao. A veces soy poco inteligente, no se puede ser perfecto siempre, qué le haremos.
¡Qué horror! He vomitado y ahora esto parece una pocilga. Menos mal que el móvil no graba olores, o qué pena, me gustaría que lo hicierais para entender el asco que siento. Voy a ver si me queda algo o me parece que no aguanto esto…
¡Ah! Ahora sí, aunque me está entrando un poco de frío, acurrucándome entraré en calor. Dios qué tembleque, menuda navidad blanca me estoy pegando. No sé por qué me acuerdo de mi madre, se llama Magdalena, como la puta sí. Pero ella no lo era, era más santa que la virgen, sí. Me alejé de ella. Uf, no aguanto este frío. Y este diminuto espacio… el aire que respiro rebota contra mí. Es divertido si consigues olvidarte que te cuesta respirar.
Mamá… te echo de menos… tengo mucho frío y no puedo respirar.
Mamá, feliz navidad.”
– Esto era el último archivo de audio en el móvil, comisario.
– Pobre desgraciado. Haz que localicen a la madre, que Papá Noel le ha traído un regalo.