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Perfomance premonitoria - por Inquieta

PERMOMANCE PREMONITORIA
“Una performance premonitoria”. Así se anuncia la única representación que se hará de la obra. Entrada gratuita. Un eslogan de neón advierte: “Qué sólo entre quien quiera saber el fin”.
– ¿El fin de qué? -se pregunta todo aquel que entra.
Cientos de filas de sillas de plástico duro alineadas de forma circular frente al escenario. Aforo al completo. Se apagan las luces. Se levanta el telón. El murmullo envolvente de la sala se transforma en un silencio absoluto, casi sobrecogedor.
Oscuridad total. De golpe un estruendo ensordecedor irrumpe como una explosión. Se percibe como flechas disparadas desde todos los ángulos, que inmovilizan, que desestabilizan.
No bajan ni un ápice los decibelios que hacen vibrar las paredes cuando una luz tenue aparece desde el suelo del escenario, enfocando la gran cúpula de la carpa.
Vemos el techo abierto, la oscuridad de la noche y siluetas que empiezan a descender. Parecen Batmans, Spidermans, Capitanes América, Xmens de todo tipo, en definitiva, comics de superhombres salvadores de la patria. La música se suaviza un poco cuando ya están cerca del público. Susurran algo al oído de espectadores escogidos aparentemente al azar y éstos, automáticamente, se ponen en pie, rígidos como si los hubiesen convertido en estatuas.
Los superhombres siguen danzando por todos los rincones como autómatas crispados a los que les hubiesen apretado el botón de encendido , pero a pesar de sus disfraces se adivinan grandes bailarines, consumados actores con un guion bien estudiado.
La música cesa. Todos los actores desaparecen. Una veintena de figuras siguen de pie, estáticas. Se abren las luces y los espectadores siguen mudos, sin saber qué hacer. Miran las estatuas. Sí, son estatuas, mejor dicho, muñecos hinchables con caricaturescas risas dibujadas en sus caras.
Por los altavoces se oye una voz grabada, de mujer, muy sensual que susurra: este será el final. Aumenta el desconcierto entre el público. Algunos de ellos se levantan con la intención de salir, pero se dan cuenta que el suelo está muy resbaladizo, gelatinoso, imposible avanzar. Se apagan las luces y cunde el pánico mientras la voz sigue con frases cortas: disfrutad de la oscuridad, de los cuerpos que tenéis a vuestro alcance. Apoyaros en ellos para sobrevivir.
Se crea un revoltijo de personas por los suelos que no son capaces de mantenerse en pie. Sus cuerpos quedan totalmente impregnados por la densa gelatina que desprende un vomitivo olor a fresa sintética. Ni arrastrándose consiguen llegar hasta la puerta de salida.
De golpe se oye un ruido de motores y un aire helado invade la sala. Prestan atención irguiéndose espantados, a la espera del siguiente sobresalto. En cuestión de segundos sus cuerpos quedan atrapados dentro del traje de látex que se crea a partir del asqueroso pringue, pegándose a sus cuerpos, inmovilizándolos.
Cesan los motores, la voz sensual, el aire helado. Un potente foco ilumina el patio de butacas. Una voz enérgica y amenazadora se adueña de la sala:
-Aquí tenéis vuestro final. Este será el final de un año maldito: el 2013. Todo os impregnará, resbalaréis, querréis huir, al no poder os apoyaréis en vuestros semejantes aunque los hagáis sucumbir. Sobrevivir será lo más importante para cada uno de vosotros, pero no podréis; acabaréis muriendo como depredadores frustrados. Necesitareis la ayuda de hombres poderosos, invencibles, de Supermanes o Spidermans que velen por vuestros intereses. A cambio poca cosa: vuestra alma y vuestro cuerpo siempre disponibles. En definitiva os convertiréis en títeres o soldados al servicio de la Patria para poder seguir respirando.
Lo que hoy habéis podido vivir es la representación de lo que os espera para poder sobrevivi. Sentiros privilegiados por saber cuál va a ser el fin. El fin de la democracia y libertad. El fin de vuestra esencia, el fin de vuestros anhelos. Seréis muñecos manejables en sus manos. ¡Disfrutad seres inquietos y curiosos, disfrutad el momento! Comeros, lameros, retozar con vuestro semejante para poder liberarlo del traje de caramelo. Está en vuestras manos luchar por vuestra libertad. ¡Adelante compañeros, liberaros!!!
Bocas en movimiento, lamiendo, mordisqueando capas gruesas de azúcar, buscando el calor humano, piel temblorosa y feliz por saber que será liberada y que podrá sobrevivir.
Entretanto en la Agencia Central de Inteligencia reciben un correo electrónico: “Acabamos de crear otros trescientos títeres para la Patria. El Miedo está funcionado para reconvertirlos en sumisos. Es la mejor obra escénica que hemos creado para lograr nuestros propósitos. Fdo: PERFOMANCE”