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La fiesta - por Tonicato

Alex no era gran partidario de asistir a las fiestas de disfraces, pero menos partidario era aún de negarle algo Nuria, su novia, así que cuando ésta le propuso ir al cumpleaños que organizaba un amigo suyo en su casa y a la que había que ir disfrazado, no hizo más de lo que solía hacer habitualmente, aceptar a regañadientes maldiciéndose por ser tan calzonazos. Había varias razones por las que Alex no quería ir a dicha fiesta; una era que los amigos de su novia no le caían nada bien, pensaba que todos eran unos pretenciosos y arrogantes (lo que el no sabía o no quería ver era que su novia seguramente también entraba en ese grupo), otra razón era que nunca se sentía a gusto en esas fiestas multitudinarias en las que nunca encontraba alguien con quien entablar una conversación interesante, y la última razón, y quizá la más estúpida, era que tenía auténtico pavor al disfraz que imita al asesino de la saga de películas “Scream”, concretamente a la máscara blanca con esa enorme boca y ojos negros abiertos con una expresión mezcla de tristeza y terror, sólo de pensarlo se estremecía de miedo.
Pero como no sabía decir que no, allí estaba Alex conduciendo el coche de su madre con Nuria al lado dirigiéndose a la dichosa fiesta. Llevaba un disfraz de pirata bastante discreto, acorde con su personalidad, que se limitaba a un sombrero de pico, un pequeño chaleco negro, un cinturón con su típica espada y un parche con una calavera que obviamente no llevaba puesto pues no ayudaba mucho a mejorar la visibilidad conduciendo, todo ello comprado en el bazar chino de al lado de su casa por cinco euros, estaba bastante orgulloso de su compra, aunque a su novia el disfraz le parecía muy cutre y vulgar, claro, no era como su majestuoso vestido de princesa rosa con diadema incluida que había comprado en una tienda especializada y a saber cuanto le había costado.
Llegaron a una casa bastante grande con una hermosa finca, pero como el día no estaba muy apacible todo el mundo estaba dentro. Tras la típica felicitación al anfitrión y saludos a conocidos, Nuria se quedó hablando con una amiga y Alex echó una ojeada con el único ojo libre que le quedaba tras ponerse el parche para cerciorarse de que nadie llevaba el temido disfraz. Tras comprobar que no se llevaría ningún susto se fue a por una cerveza, lo único que podía salvar la velada era un poco de alcohol.
Al entrar en la cocina se encontró con una persona de traje negro hurgando en la nevera, se dio la vuelta y Alex casi se cae del susto, llevaba puesta la máscara que tanto le horrorizaba. La cara de Alex debió ser un poema porque la persona disfrazada se percató inmediatamente del susto que le había dado y se quitó la careta. Alex pasó de tener en frente el rostro más horrible que podía imaginar a tener el más bello que había visto nunca, se trataba de una chica pelirroja de rostro angelical.
-Perdona por el susto –trató de disculparse.
-No, no te preocupes, son manías mías con esa dichosa máscara –contestó Alex para su sorpresa bastante ruborizado.
-Sí la verdad es que da un poco de miedo, tranquilo que ya no me la pongo, además que no veía un pimiento con ella, ¿a ti no te molesta el parche?
-Pues la verdad es que un poco, pero ya sabes a un superhéroe no le está permitido revelar su identidad –contestó Alex irónicamente.
-Claro que con ese parche nadie te puede reconocer, ¿además que clase de superpoder tienes tú?
-Supongo que sólo el de no hacer demasiado el ridículo con este estúpido disfraz.
-ja, ja, bueno eso no sé si lo has conseguido –rieron a la vez, y si su cara le parecía idílica no menos lo era su dulce sonrisa.
Siguieron hablando y riendo largo y tendido mientras iban acabando con las reservas de cerveza de la nevera, nunca a Alex le había pasado tan plácida y rápidamente el tiempo. No podía dejar de fijarse en sus preciosos ojos azules y lo bonita que era su sonrisa, se sentía flotando en una nube. De la cual cayó cuando su novia entró en la cocina y le asió del brazo para llevarlo al salón con los demás, al ver la cara de la chica entendió que la fiesta había acabado.