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Encuentro - por Steppenwolf

Web: http://followingfreyja.wordpress.com/

Todavía no podía creer qué estaba haciendo ahí. Nunca imaginó que sus intentos de volverla a ver llegaran a tal extremo. Yacía preso en una esquina, inmóvil. Nadie se percataba de su presencia y los pocos que lo hacían no se interesaban. Intentó dar un par de pasos pero sus piernas se negaban a responder. Apoyándose sobre la pared recordaba como sus amigos lo habían abandonado a su suerte.

Pudo haberse negado a ir porque nadie lo iba a acompañar, sin embargo, el simple hecho de saber que ella iba a estar en ése evento le ofrecía una oportunidad que no quería perder.

El único requisito para entrar era tener el rostro cubierto.

Se las arregló para confeccionar una careta de cartón, sin más adorno que un par de capas de pintura negra. Solo dejaba ver la nariz y la boca. No tenía ningún problema con eso. Una liga que recorría la nuca la sujetaba. Se colocó una boina y con eso se sentía preparado.

Desde lo lejos no se percibía nada. Las tenues luces de los postes y la falta de personas alrededor lo obligaron a revisar varias veces el papel donde apuntó la dirección del local. No se tranquilizó hasta ver que tres cacatúas se dirigían a toda velocidad en medio de la oscuridad.

Tenía las ventanas cubiertas y el sonido parecía disipado. Cualquiera no se enteraría del evento. Al llegar a la puerta, un par de guardias revisaban que nadie entrara ebrio o con instrumentos. Todo aquél que tuviera un disfraz con aplicaciones sospechosas era detenido para una revisión más dedicada.

Ingresó sin mayor inconveniente. Un arlequín que hacía de recepcionista, le tendió la mano y señaló la mesa con el buffet. También le dijo prácticamente al oído: “No te arrepentirás de haber venido.”

Al dar el primer paso en la sala y al sentir el volumen de la música, comenzó todo su malestar. Las palpitaciones se hicieron más frecuentes. Los oídos le retumbaban fuera del ritmo local. Tenía que andar con los ojos entrecerrados por que no soportaba el brillo ni las luces de colores. Intentaba ignorar la música concentrándose en los sonidos más cercanos, pero solo oía conversaciones sin sentido y risas de lo más forzadas. Esto lo desesperaba aún más. Al final, casi a tientas, llegó a un lugar vacío y se recostó en la pared.

Levantó la mirada, todos conversaban sin ningún problema. Pero él no podía. ¿Cómo podían hablar con alguien a quien no se le ve el rostro? ¿Cómo soportaban estar entre tanta gente desconocida? ¿Por qué lo hacen? Cada vez tomaba bocanadas de aire más cortas. ¿Cómo la voy a encontrar? Quería sentarse en el suelo: hasta para eso sus piernas estaban tiesas. En el fondo quería resignarse, salir de aquél lugar. Nadie se daría cuenta. Empezaba a tomar fuerzas para moverse cuando una voz femenina lo detuvo:

-¿Qué haces por acá?

La perfecta sincronía de su retirada con el saludo, lo puso nervioso, sobretodo porque la voz le parecía conocida, no quiso voltear la mirada.

-Pareces acalorado, ¿Por qué no vas al jardín para refrescarte? Hay un viento muy agradable.

Su voz. Era ella, solamente tenía un antifaz, ni se había preocupado en ocultar su oscura y larga cabellera. No era posible. No esperaba que fuera tan precipitado. No quería que lo reconozca, al menos no en ese momento. Trataba de recordar que iba a hacer cuando la vería, poca o ninguna idea se le vino a la cabeza. No había planeado nada. Por lo pronto ella no debía saber que era él.

-¿Qué pasa te quedaste mudo? Por favor Marcos sabes que puedes hablarme con tranquilidad.
-¿Cómo me reconociste? –pronunció casi ahogándose, tratando de pronunciar bien las palabras.
-Cualquiera que te conozca te reconocería a millas. Eres demasiado nervioso. Aparte los chicos me dijeron que ibas a venir, por eso traté de no ocultarme mucho.
-¿Qué está pasando acá? ¿Ellos están aquí?
-Por supuesto ¿A qué no sabes quién es el arlequín?
-Entonces ¿Te dijeron?
-No me mal interpretes ni hagas un mundo de flores en tu mente, no me interesas de esa manera.
-Pero…
-¿Para que crees que es una fiesta encubierta? Ya te atreviste a venir aquí para verme, ¿no? Ahora llamo a los chicos para lo siguiente.
-¿Lo siguiente?
-Conocer y reconocer personas así tengan una tonelada de cosas encima.