Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Esta noche morirás - por M. H. Heels

Web: http://mhheels.wordpress.com

Lanzó los huesos de nuevo. Era la cuarta vez que le decían lo mismo. No había lugar a dudas: esa noche moriría. Los guardó cuidadosamente en la bolsa de seda y los lanzó al mar todo lo lejos que pudo.

-Capitana, estamos listas.

Asintió con la cabeza. Intentó hacer un breve repaso de sus últimos años. Recordó el primer día que luchó contra ellos, con poco más de trece años y una espada mellada que había robado a un borracho en una taberna. Le parecía que hubieran pasado cuatro vidas desde aquello. Sonrió satisfecha. Aún no se sentía vieja, pero estaba preparada para partir.

El sol se ocultó en el horizonte y los espectros comenzaron a emerger de las aguas como cada anochecer. Una mujer le pasó una gran espada a dos manos con runas inscritas con su propia sangre a lo largo de toda la hoja. Era la única forma de acabar con los espectros. Los hombres que habían luchado las Primeras Guerras lo habían descubierto por las malas. Ella había descubierto que eran más vulnerables si quien empuñaba la espada era una mujer, diez veces más en su luna de sangre. Por eso toda su tripulación eran mujeres y por eso La Ninfa Guerrera era el buque de guerra más respetado de todo el mundo.

Los espectros comenzaron a saltar a cubierta. Primero cuatro, luego diez, al final había cinco espectros por cada una de ellas. El sonido de la batalla y la sangre derramada les atraía.

Algo llamó su atención, un destello que le hizo sentir el vértigo en el estómago.

-Aún no – susurró ensartando en su hoja al espectro que tenía delante.

Cuando aquel espectro se volatilizó entre chispas y ceniza lo vio. Era diferente. Un espectro, si, pero parecía más altivo, más orgulloso, más… humano.

Se encaminó hacia él con paso firme y tranquilo. A pesar de la lucha encarnizada no encontró impedimentos. Era como si todos se apartasen para facilitarle el paso. Sujetó la espada con fuerza lista para atacar.

-Has venido a morir – La voz del espectro surgió alrededor de él, como en una cueva.

Amagó con la espada hacia el centro y lanzó un tajo con todas sus fuerzas hacia la izquierda. El espectro rechazó su ataque con los brazos desnudos. Notó un frío ardiente en su tripas. El mundo se paralizó a su alrededor. De nuevo vio el destello. Surgía desde el pecho del espectro iluminando únicamente sus ojos.

-Es tu hora – dijo de nuevo el espectro.

Pudo ver la mano del espectro hundida en su vientre.

-Te llevaré conmigo a lo más profundo del infierno – respondió con odio mientras le atravesaba con su último aliento.