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Empezamos bien las vacaciones - por Ismael Tomas

Empezamos bien las vacaciones

Por fin llego al puerto, tengo que embarcar de inmediato, el atasco me ha hecho llegar justo, falta apenas veinte minutos para zarpar.
Atropelladamente llego arriba, después de esa interminable rampa que ponen para embarcar, al momento empiezan a levantara, es como un enorme puente que se pone de momento vertical y luego pliegan en un lateral de la cubierta. Llegué, falto de resuello casi. En lo alto, detrás de una poblada barba blanca, con una gorra de plato adornada con un enorme escudo dorado veo al capitán. Esta asomado a un mirador en el puente de mando, a casi diez metros de altura. Es impresionante, es como un edificio encima de un barco. Esta dando ordenes a todo el que se acerca, supongo que para dirigir las maniobras.
El barco empieza a moverse, primero paralelo al muelle. ¿Cómo puede moverse una cosa tan grande de lado?, me pregunto. Después, ya en medio casi del puerto empieza a virar y se encara a la salida de éste. Rumbo a Palma de Mallorca, mi destino de vacaciones.
Estoy muy feliz, me espera la familia allí, hace muchos años que no voy a verles, de hecho, no había subido a un barco tan grande nunca. Tienen planeado unas vacaciones fuera de serie, tienen un pequeño yate y me han prometido que pasaremos muchos días en el mar, buceando, nadando, viendo esos hermosos paisajes de la isla. Unas autenticas “Vacaciones en el Mar”.
Ya estamos de travesía, ¡Que grande es el mar!, todo lo que se ve en el horizonte te es agua. Ya es casi de noche y un grupo de delfines nos acompaña por el lado izquierdo del barco; creo que se llama “babor”, pues es que, no entiendo de barcos, vamos, no me explico como flotan siendo todo de hierro y con todo el peso que lleva.
Ya me decido ir al camarote, para pegar un bocado y echarme en la cama, pues toda la travesía es de noche y lo mejor es descansar.
El sonido de los motores retumba en todo el camarote, voy a cambiarme para acostarme cuando veo que mi maleta está abierta. No puede ser, yo la he dejado bien cerrada. Me invade el desasosiego, empiezo a comprobar que me faltan cosas, lo mas importante, la cartera que llevaba el dinero para las vacaciones. No puede ser, que mala suerte, pienso. Llamo desesperado al departamento de Seguridad del barco, me han arruinado las vacaciones. Me tranquilizan diciéndome que van a investigar lo sucedido, que en los pasillos hay cámaras y van a tratar de ver quien ha podido ser. Ya no puedo dormir, si pudiera, me volvería nadando.
Ya se divisaba Mallorca, y recibo una llamada del capitán del barco para que me persone en el puente de mando. Acudo cabizbajo, pues se que me va a decir ¡Lo siento!.
Mi sorpresa en grande cuando llego, me indica el oficial que me acomode en unos sillones que hay allí en los que veo mas pasajeros, unos cinco mas. Al momento entra el capitán con dos guardias y nos dice que han detenido al ladrón, que tienen a disposición todo lo robado y que se nos va a devolver de inmediato. Tenía el listado de lo robado con nuestras denuncias. Efectivamente, al momento se nos entrega todo lo robado y nuestra alegría vuelve a reinar. ¡Vaya noche que me han hecho pasar¡
Nos despide del puente y se encamina a sus tareas de atraque del barco.
Cuando ya descendemos en puerto veo que dos policías llevan esposado a un hombre joven. Su cara me es muy familiar, es el que me acompaño y me acomodó en mi camarote.
Por fin abrazo a mis familiares y cuando les cuento lo sucedido me invade un profundo cansancio.
Pero bueno, vamos a disfrutar.