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Desperté en una sala blanca. - por manuti

Web: http://masmanuti.wordpress.com/category/microrrelatos/

Desperté en una sala blanca. Sobre un diván, me dolía la cabeza e intenté tocarme con una mano dándome cuenta de que las tenía atadas. ¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado allí? Se abrió una puerta a mi espalda, intenté girarme. Imposible.
– Buenas, señor Leroi ¿cómo se ha despertado?
Al mirar a la persona que me hablaba no terminaba de saber qué tipo de broma era esta. Tenía el pelo tieso bastante corto, gordito, con una bata blanca de laboratorio y un juego de bolígrafos en el bolsillo superior. Sus dedos rechonchos y sobre todo sus ojos con el pliegue achinado no dejaban lugar a dudas. Esa persona era subnormal, mongólica o como lo decían también … síndrome de … Down.
– Por su cara veo que ha reconocido mis rasgos. Sí, tengo síndrome de Down. Y si se pregunta dónde está, le diré que sigue en alta mar. En breve llegaremos a tierra.
Era sorprendente, aunque ceceaba un poco no parecía ser tonto.
– ¿Cómo llegué hasta aquí? Casi no recuerdo nada.
– Hasta aquí ha llegado tras rescatarlo. Vimos la baliza de radio-ayuda en nuestros equipos y contradiciendo procedimientos de no inmisión decidimos acudir.
– ¿Decidimos?
– Bueno, tal vez antes tenga que explicarme usted cómo naufragaron y cómo llegaron hasta aquí.
– Ahora recuerdo. Íbamos en un velero cuatro amigos, más bien cuatro conocidos. Se suponía que uno de ellos sabía manejar el barco, navegar y esas cosas. Pero en cuanto nos enfrentamos a la primera tormenta, vimos que no sabía nada. Y que estábamos en peligro con ese mentiroso. Luego hubo pelea que empezó por el robo del GPS. O por otro robo de no sé qué, el maldito aparato cayó al agua. No sé cuánto tiempo hemos estado perdidos. ¿Qué día es hoy?
– Hoy es 20, 20 de marzo. Lo del GPS era lo esperado.
– ¿A qué se refiere con eso?
– Vamos a un sitio muy especial. Un sitio protegido. Lejos de las rutas de navegación comerciales. Antes era más problemático evitarles …
– ¿Qué quiere decir con antes? – le interrumpí.
– Antes fue hace mucho. Pero ahora solo me refiero a antes de los GPS y la navegación por satélite. Cuando el sistema se difundió y dejó de ser algo militar solo hubo que conseguir que nos olvidaran de una vez por todas. Somos como un agujero negro en las rutas. Ninguna travesía que programes le llevará cerca de nuestra isla. No voy a decirle que fue barato, ni rápido. Hubo que llamar a muchas puertas y mover muchos resortes pero desde ese momento creíamos estar más a salvo y tranquilos.
Se había sentado mientras hablaba. ¿Qué historia era esta de una isla secreta? ¿Se creía este subnormal que vivía en una película de James Bond? Esto era una broma.
– Puede llamar a alguien que me desate y dejamos ya la broma. Me duele la cabeza y querría hablar con los demás, y con alguien responsable.
– Siento decirle que solo lo encontramos a usted. Hemos rastreado a fondo la zona y no había nadie más. La baliza, usted en una balsa y algunos restos flotando ¬– juntó los dedos de las manos. Y siento decirle que soy el responsable del equipo de rescate y por su bien no podemos desatarle.
Se abrió de nuevo la puerta y alguien dijo: Señor estamos llegando.
– Este sitio al que vamos es bastante antiguo. ¿Sabía que los síndrome de Down no desarrollamos cáncer? Seguro que no. Y que nuestro problema genético nos hace a todos muy iguales, casi clones. Somos pacientes y con mucha capacidad de concentración. Nuestro problema era la capacidad intelectual – se acomodó en la silla y continuó. Sin embargo alguien creyó en nosotros, preparó este lugar, nos seleccionó y planifico el futuro. Nos dio el tiempo necesario para elegir a los mejores hasta tener personas con síndrome de Down pero con capacidades intelectuales normales o superiores. Ahora solo queda esperar el momento para darnos a conocer. Nosotros estamos preparados y algún día el resto del mundo también.
– Esto es ridículo. ¿Para qué me cuenta a mí esta fantasía de tontos inteligentes? ¿De islas secretas? Déjeme marcharme de una vez.
– No se ponga así, va a tener tiempo para madurar la idea. Tengo que informarle que una primera revisión de sus datos en Internet lo hacen apto para nuestro programa de reproducción.
En ese momento vomité y noté como me iba desmayando. Solo quería despertar y que todo fuera una pesadilla.