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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El anciano y la llave - por José Luis Jaimes

El anciano encontró la llave en la casa de Francisco, unos días después de su muerte.
Eran las primeras horas de un domingo de otoño, el aire aguijoneaba con un frío desconocido para esa época del año, cuando se encontró parado frente a la empalizada blanca de la calle Del Alba veintitrés del barrio Las Moras. Detrás de la cerca se dejaba ver una parcela amplia de césped prolijamente cortado. A la derecha, un cantero de plantas y flores estimulaban la vista y el olfato, casi al final del terreno hacia la izquierda, se erguía imponente un alerce. Sacó un sobre del bolsillo interno de su gabán negro, que el abogado le había entregado el día de la reunión para formalizar las cuestiones de la herencia. Recordaba de esa reunión también, la mención de que Coronel, el perro ovejero entrenado, había sido donado al cuerpo de bomberos de la zona. Por las dudas hizo sonar la campanita de bronce que oficiaba de llamador. Corroboró que todo estuviera en orden.
Mientras atravesaba el terreno hacia la casa, del sobre que llevaba en su mano extrajo la tarjeta magnética y el código de seguridad para ingresar a la misma. Subió los tres escalones hasta la galería desde la que se contemplaba el terreno en su totalidad. Su mirada se posó sobre una hamaca doble con almohadones y toldo a franjas amarillos y blancos. Bajo otra fisonomía y conservada con delicadeza, reconoció en ésa hamaca, un regalo suyo para un aniversario de casamiento de Francisco tantísimos años atrás, cuando la relación que los unía no se había oscurecido hasta apagarse por completo. Mordió suavemente su labio inferior y abrió la puerta.
El ambiente olía a leños extinguidos. La claridad que filtraba desde la puerta le permitió divisar una gran mesa donde apoyó lo que traía en sus manos. Levantó las persianas de los dos ventanales del frente y la luz, como una fantasmagoría, dio detalles de todos los rincones del cuarto. La mesa con la que había dado al entrar, estaba coronada en su centro por un jarrón de cristal azul violáceo. Frente al otro ventanal estaba la cocina con sus alacenas blancas, su mesada de mármol y una mesa pequeña para los almuerzos y cenas cotidianas. Detrás de la arcada amplísima se abría el living. Un típico juego de sillones con una mesa baja en el centro para disfrutar las sobremesas festivas. La biblioteca ocupaba dos paredes. En el ángulo dónde se unían ambas había un sillón reclinable escoltado por una lámpara de pie. En la pared opuesta, fotografías en blanco y negro de variados tamaños y perfectamente enmarcadas susurraban, en fragmentos, la historia de Francisco. Francisco bebé, desnudo sobre un almohadón, Francisco bebé amamantado por una mujer serena, ahora de pantalones cortos tomado de la mano de un señor en uniforme militar y una fuente a sus espaldas. En otra secuencia Francisco en uniforme de cadete y en ésta, en la que detiene su mirada, Francisco y él, Fermín Arlan en sotanas, sostienen un pequeño cofre de cuero repujado con la inscripción F. A.F.A, mientras sonríen a la cámara. Fermín quiso volver su atención al sillón reclinable pero su alma, disfrazada de ojos, no pudo despegarse de allí.
Tuvo la sensación de que el aire de la habitación se había colmado de filos invisibles. Se deslizó hasta el baño para golpear su cara con el agua helada de la canilla. Cuando se vio en el espejo, las pupilas que lo miraban, fueron el estrecho corredor que lo depositó en el pasado. Allí, un tumulto de brazos, piernas, bocas y jadeos, recordó, trocaban sotana por piel. La certeza del mundo que lo animaba se fue por un abismo hacia otro mundo nuevo, tan lleno de pasión como el tiempo que les tocaba vivir.
Volvió al presente en la habitación de su hermano muerto abriendo cajones de la cómoda y de la mesa de luz. En el mismo impulso frenético deslizó la puerta del placar. En la parte superior, envuelto en papel madera en el que estaba escrito su nombre, había un pequeño bulto que extrajo hacia sí con ansiedad. Desgarró el papel sin miramientos y el cofre de cuero repujado quedó desnudo ante sí. Estaba cerrado pero la llave no estaba. Volvió a la mesa de la cocina apoyando el cofre con tal ímpetu, que el jarrón cayó haciéndose añicos. No hubo pesar sino sorpresa en su rostro. Entre los restos, una pequeña llave, prometía abrir todos los abismos.

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14 comentarios

  1. 1. Manoli VF dice:

    Hola José Luis.

    Impresionante texto, con llaves escondidas que vas abriendo poco a poco para asomarnos a una historia de pasiones ¿secretas? A través del recuerdo.

    Este mes el tema habría de ser el recuerdo, porque siento que la gran mayoría ha tomado por ahí. Volviendo a tu texto, me quedan algunas incógnitas ¿por qué se oscureció esa relación.

    En fin, he visto mucho en un relato corto, por lo que no estaría mal una segunda parte o mejor aún una novela sobre estos dos personajes, que podría dar mucho juego.

    Me han gustado particularmente esas metáforas o analogismos de los ojos en el reflejo del espejo a modo de corredor que lleva al pasado, y esa alma asimismo “disfrazada de ojos”

    Es un texto bello y se disfruta y por lo mismo, no me han llamado la atención errores si los hay, ni quiero detenerme a buscarlos; si acaso, me ha faltado un poco mas de
    información, como esas iniciales que no aclaras, y esa condición de ” hermano” que creo se refiere al orden religioso.

    Creo recordar que has dicho que era tu primera participación en este taller, decirte que has hecho entonces una muy buena presentación con este texto. Bienvenido.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 21:39
  2. 2. Manoli VF dice:

    PD. Discúlpame los errores de puntuación, escribo desde un teclado pequeño.

    Escrito el 17 junio 2016 a las 21:43
  3. 3. María Esther dice:

    Hola José Luis,soy Maritel, tu vecina del 126.Es con mucho gusto que cumplo con el reglamento al hacerte el comentario.
    Yo soy nueva en esto y estoy aprendiendo todos los días.A lo largo del texto he visto que faltan signos de puntuación.Pero el relato está bien estructurado,situado en un espacio bien definido.
    Haces una descripción muy minuciosa, tanto del entorno como del interior de la casa.
    En cuanto al protagonista,nos surgen interrogantes,tales como:si la relación se había extinguido,¿por qué vuelve a la casa a revivir el pasado?;¿qué es eso de la herencia?;¿qué encierra el misterioso cofre?; en las iniciales hay una A que no sabemos su significado.
    Es mi opinión José Luis.
    Sigue escribiendo!
    Saludos y mucha suerte!

    Escrito el 18 junio 2016 a las 05:35
  4. 4. José Luis Jaimes dice:

    Gracias Manoli VF, gracias Maritel. Estoy en una etapa de entrenamiento con la escritura y éste espacio me ha parecido bondadoso y agradesco haber descubierto la página. Respecto a la puntuación en vínculo con las leyes que la sujetan, confieso que siempre me pesentan un dilema. En ésta oportunidad se ha agregado alguna pequeña acomodación del texto al pasarlo al formato de ésta página. Agtadezco la observación que ambos hacen de las iniciales F.A.F.A que me dieron trabajo y, esta claro que no fue el suficiente. Intenté cerrar la historia en las 750 palabras y me resulto imposible por lo que comparto Manoli, la necesidad de prolongarlo. Gracias por vuestra cordialidad

    Escrito el 18 junio 2016 a las 12:35
  5. 5. Luis Rivas V dice:

    Hola Jose Luis Jaimes, soy Luis Rivas V del 130. Agradezco tus comentarios y creo que coincido con Manoli VF si tiene errores no me atrevo a buscarlos por la historia y creo que las dudas que dejas se pueden solucionar con una segunda parte (sobretodo si te cuesta tanto trabajo reducir las historias, en lo personal tengo el mismo problema pues en un texto no se puede dar por hecho que se entienda todo), pero es muy bueno

    Suerte nos seguimos leyendo en la proxima

    Escrito el 21 junio 2016 a las 07:41
  6. 6. José Luis Jaimes dice:

    Gracias Luis. Será un placer seguir leyéndonos en éste espacio.

    Escrito el 21 junio 2016 a las 12:51
  7. 7. Nuria GR dice:

    Hola José Luis, en primer lugar te agradezco que te hayas pasado por mi texto y dejado tus comentarios.
    Con respecto a tu relato, lo veo bien escrito y creo que esconde una buena historia por detrás. Sin embargo confieso que me ha resultado algo confuso, porque no me ha quedado claro si eran realmente hermanos, que es lo que sugiere el que participe de su herencia y que Francisco estuviese casado (aunque también podría no ser un cura cristiano) o si se trataba de hermandad de sacerdotes,que es lo que me sugiere el hecho de que ambos estén en una foto con sotana. En mi opinión, y esto es gusto personal, hay quizá un extra de descripción para ser un texto tan corto y me hubiera gustado un poco más de información sobre los personajes en lugar de tanta información sobre la estancia.
    Por lo demás, como decía, está bien escrito y tiene potencial. Buen trabajo.
    Un saludo

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:06
  8. 8. José Luis Jaimes dice:

    Gracias por tu apreciación Nuria que es coincidente con otras anteriores y por las cuales estoy revisando el texto. No voy a relizar las extracciones del mismo donde me parece develar si se trata de una hermandad familiar o de una orden y si revisar desde la duda. Espero nos sigamos leyendo.

    Escrito el 22 junio 2016 a las 17:33
  9. 9. Saldivia dice:

    Hola José Luis, gracias por tus comentarios en mi texto. Del tuyo me ha llamado la atención lo vívido de tus descripciones, que trasladan al lector al ambiente retratado con mucha exactitud. Alguna remembranza me llegó del Papa Francisco, tanto por el uso de términos meramente argentinos (living, placar) como por la mención de sotanas, además del nombre. Yo no lidio bien con los finales abiertos, me hubiese gustado un cierre; si bien reconozco que esa llave aparecida a última hora abre la imaginación.

    Espero seguirte leyendo, ¡Éxito!

    Escrito el 24 junio 2016 a las 02:33
  10. 10. José Luis Jaimes dice:

    Gracias Saldivia por tu comentario. He recibido algunas críticas acerca de reparar con minuciosidad en los detalles y no profundizar en el personaje, lo cual es cierto para ésta ocasión.Jugué con intención de que el ámbito del hermano muerto pudiera acercarnos al ausente, de alguna manera. Espero nos sigamos leyendo en éste espacio enriquecedor. Salud.

    Escrito el 24 junio 2016 a las 12:40
  11. 11. luis dice:

    Hola Luis James. Soy tu vecino del 127. Has invadido de descripciones tu relato. Te limitas a decir que su hermano va a casa del fallecido y nada mas. Al final quieres dejar un poco de intriga, pero estos relatos lo mejor es terminarlos ya que no tienen continuidad, a menos que lo utilices en el próximo mes. Tengo que decirte que las descripciones si me han gustado. Saludos.

    Escrito el 25 junio 2016 a las 17:07
  12. 12. José Luis Jaimes dice:

    Gracias por tu apreciación Luis. En el próximo ejercico de “Móntame una escena”, será mi apuesta enviar un texto que empiece y termine en sí mismo.

    Escrito el 25 junio 2016 a las 23:10
  13. 13. Amanda Quintana dice:

    Hola José, tu texto es muy emotivo, lindo, conmovedor. Hay frase muy poéticas, de las cuales, de todas ellas, hermosas, me quedo con una en especial: “su alma, disfrazada de ojos”. Me encantó 😀

    Gracias por comentar mi texto, pero más gracias por compartir el tuyo.

    Escrito el 29 junio 2016 a las 13:45
  14. 14. Cryssta dice:

    Hola José Luis, muchas gracias por pasarte por mi relato, con gusto te devuelvo la visita.

    Escribes muy, pero que muy bien. Describes muy bien las cosas aunque en el caso de este relato creo que te has pasado describiendo. Pienso que para una novela está bien tanta descripción pero para un relato corto hay que abreviar en las descripciones en favor de la historia que se quiere contar. Tenemos una limitación de 750 palabras así que hay que recortar de donde se pueda, quita todo lo que no aporte y se lo podrás dar a la historia.

    Como creo que tienes talento más que suficiente para saber a qué me refiero solo te pondré un ejemplo de lo que has puesto en tu relato:

    ¿Es importante para el lector saber que está en la calle Del Alba, en el número veintitrés concretamente y que esta casa está en el barrio Las Moras? para mí como lectora con saber que es la casa de Francisco es más que suficiente.

    Repito, para una novela describe todo lo que quieras que además tú vales para hacerlo, para un relato corto quita todo lo sea irrelevante para la historia.

    En cualquier caso creo que podemos aprender mucho con tu forma de describir y por ello te felicito y espero poder seguir leyendo tus relatos.

    Un abrazo.

    Escrito el 30 junio 2016 a las 11:49

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