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SI BENITO HABLARA - por Crispín Silva Muñoz

SI BENITO HABLARA

“Dicen que todos tenemos un doble en alguna parte. Benito es mi doble.” Con esta frase, comenzaba Mauricio algunas veces nuestras presentaciones, conmigo apoyado en su rodilla izquierda. Entonces yo me le quedaba mirando unos segundos, y le respondía con alguna exclamación cómica, lamentando o negando esa afirmación.

Mauricio no pudo continuar estudiando, pero tenía ciertas inquietudes y habilidades que se propuso desarrollar; entre otras era ventrílocuo. Y un día abandonó su pueblo para irse a la capital de la República conmigo metido en un maletín. Más que su doble yo era su obra.

Cuando Mauricio venía de visita al pueblo, lo hacía bien vestido y contaba historias muy distintas a las que en realidad vivíamos. Decía, por ejemplo, que allá en la capital estaba encargado de un lugar nocturno, donde presentaba artistas y además hacía un show de ventriloquia conmigo. Que había actuado en televisión y que muy pronto iba a recorrer el mundo como parte del elenco de un circo muy famoso. La gente le creía y lo admiraba por sus intentos de superación personal.

Ahora yo les voy a contar la verdadera historia. La mayoría de esos eventos se concretaron a medias. Lo más cercano a la verdad fue que durante un tiempo nos enrolamos en un pequeño circo y llegamos hasta Colombia y Ecuador. Mauricio se había enamorado de una de las bailarinas. Por cierto, en Guayaquil estaba el marido de la mujer, que casi lo mata una noche, porque lo sorprendió tomado de las manos con ella.

Después de eso regresamos por tierra a Caracas y comenzamos a trabajar en un club nocturno donde hacíamos nuestro show y recogíamos las propinas que nos daba la gente. Siguió pasando el tiempo. Mauricio no volvió más a su pueblo. Poco a poco fue adquiriendo el hábito de la bebida y comenzamos a trabajar en la calle, como animadores, en las puertas de ciertos establecimientos. Yo cantaba, improvisaba y hacía chistes a las personas que entraban a las tiendas. En eso tampoco me fue muy bien con mi doble, porque un día se le ocurrió hacer un chiste grosero. Pasó una mujer con unos senos voluminosos y yo dije:

-Mamita… y esos cocos tienen agua…?

Mauricio no advirtió que la muchacha venía acompañada y el hombre nos empujó contra la pared; y a él no se le ocurrió otra cosa que señalarme a mí y decirle que yo era el responsable. Al tipo no le hizo gracia la salida. Me arrebató de las manos de Mauricio y me tiró contra el piso. En ese momento perdí la nariz y se me astilló la cara. Eso me provocó ciertas reparaciones y terminé con parte de mi anatomía colgada en una cuerda mientras se me secaban las heridas.

Una vez nos hicieron una foto y mucho tiempo después, eso fue lo que causó sorpresa y provocó el descalabro de Mauricio en su pueblo. Resulta que esa imagen, formaba parte de un trabajo fotográfico que un distribuidor de libros llevó al pueblo desde la capital. Eran unas fotografías en blanco y negro, tamaño postal y venían dentro de un estuche o cajita que simulaba un libro. En la portada se podía leer, entre comillas y con letras minúsculas: “en cualquier acera”.

En una de esas fotos aparecíamos Mauricio y yo. Él sentado en el taburete que utilizaba para nuestro trabajo en la calle, mirando hacia un extremo de la vía; inclinado un tanto, mientras parecía calzarse el zapato de su pie derecho y yo sostenido sobre su pierna izquierda, con mi cara de viejo; astillada, mi nariz remendada, sin zapatos y con el único traje que me quedaba; uno que llevaba unos pequeños parches, que en otra oportunidad se veían muy coloridos, pero a estas alturas me hacían ver más ruinoso.

Esa fotografía nos denunció. Algunas personas se reían mientras que otros lo lamentaban. Lo peor fue que terminamos exhibidos en la vidriera de un antiguo relojero del lugar.

Y hasta aquí llega mi narración. Años después Mauricio y yo morimos juntos. Él, en medio de una borrachera y yo, estrujado y mudo para siempre entre sus manos.

Crispín Silva Muñoz.

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7 comentarios

  1. 1. Berundgaar dice:

    Qué bonito.
    Tiene esa belleza que sólo tienen las historias tristes bien contadas. Ese sabor agridulce de la vida del perdedor. Ese aura de triunfo falso, de mentira adornada, de sueño inconcluso.
    He disfrutado con tu relato.

    Mi enhorabuena y un cordial saludo.

    Estoy en el 64. Si quisieras darme tu opinión te lo agradecería.
    :):)

    Escrito el 17 noviembre 2016 a las 12:31
  2. 2. Pilar dice:

    Hola Crispín!!

    ¡Enhorabuena por tu relato! A mi me ha transmitido diversas emociones como la esperanza, la tristeza, la nostalgia y esa dulce resignación que queda cuando las cosas no ha podido ser…
    Con respecto a la forma, he detectado algunos (pequeños) fallos que podrían depurarse. Por ejemplo,
    En la frase: Mamita… y esos cocos tienen agua…? LE FALTA LA INTERROGACIÓN DE APERTURA.
    […] en la capital estaba encargado de un LUGAR nocturno… Yo diría LOCAL.

    Resulta que esa imagen, (SOBRA LA COMA)
    “en cualquier acera”. LA PRIMERA LETRA DEBERÍA EN MAYÚSCUAS, PUES EL TÍTULO DE UN TRABAJO FOTOGRÁFICO.

    Y en el siguiente párrafo creo que los puntos y comas que utilizas no están bien situados.

    Espero que ni te ofendan ni te desanimen mis propuestas de mejora porque tu historia es muy bonita y pienso que tienes capacidad para escribir. ¡Nos leemos el próximo mes!

    Un abrazo
    Pilar, tu vecina del 72.

    Escrito el 18 noviembre 2016 a las 13:52
  3. 3. Crispín Silva Muñoz dice:

    Gracias Pilar, por leerme y te aseguro que tomaré en cuenta tus recomendaciones. Voy a leerte. Saludos.

    Escrito el 19 noviembre 2016 a las 08:58
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Me ha parecido una historia original, muy bonita y bien escrita.
    Te doy mi opinión sobre algunas cosas que he visto.
    No estoy segura sobre el título, porque Benito es el narrador. Abandonó su pueblo, yo pondría el pueblo porque también es el de Benito.
    Venía al pueblo lo sustituiría por volvía al pueblo. Quitaría el por ejemplo, y lo de la superación personal. Son demasiado explicativos. En el párrafo que empieza “Ahora… verdadera y verdad están demasiado juntas. Quita una.
    Me parece que Mauricio debería haber dejado de ir al pueblo a raíz de las fotos. Porque si ya no iba, ¿cómo se enteró del revuelo que se organizó?
    Lo que sí creo que sobra es lo de hasta aquí llegó mi narración. Las dos frases finales son muy bonitas y apropiadas.
    Te quería decir que no es necesario poner título ni firmar porque quitan palabras de las 750 permitidas.
    Espero seguir leyendo tus relatos.

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 00:43
  5. 5. Crispín Silva Muñoz dice:

    Hola M.L Plaza. Creo que son válidas tus correcciones, las agradezco mucho. Ojalá continuemos leyéndonos. Gracias

    Escrito el 20 noviembre 2016 a las 08:11
  6. 6. Cyrano dice:

    Buenos días Crispín
    Tu relato, me ha parecido tierno y triste. Describes muy bien al ventrílocuo y me gusta los comentarios del muñeco. De verdad que me ha gustado, creo que tienes potencial y sensibilidad para escribir. En cuanto a la forma creo que has marcado bien los tiempo, la lectura ha sido fluida, y aún que el final era previsible, por eso no dejaba de ser interesante seguir leyendo.
    Enhorabuena has escrito un buen relato.

    Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2016 a las 09:51
  7. 7. Jose Luis dice:

    Hola
    Tu relato es bastante triste, o mueve a compasión, pero me ha gustado porque es interesante. La narración está bien hecha desde principio a fin, y te ha salido un buen cuento, entretenido y que hace reflexionar sobre las vicisitudes de la vida, que a veces, sin querer, viene y te golpea donde más duele.
    Un saludo

    Escrito el 22 noviembre 2016 a las 18:28

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