Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Matías - por Laura

Hoy cuando me levanté no pude dejar de conmocionarme. En primera plana estaba la foto de Matías, tal cual lo recordaba de aquel campamento que pasamos en las montañas. Lo mostraba con el rostro pálido y los grises ojos que parecían mirar más allá de todo.

Formábamos un grupo de chicos de entre catorce y dieciséis años, con toda la vida por delante. El campamento nació como un proyecto de cierre de actividades extracurriculares con el profesor de la escuela. Ya teníamos experiencia en campamentos previos.
Luis, el eterno gracioso, preparó una trampa para algún distraído. Cayó en ella Luca, el profesor, quien hizo un movimiento desafortunado que le provocó una caída golpeando la cabeza contra una roca. Quedó inconciente. Para nuestro espanto, un pequeño surco de sangre comenzó a manar.
Un viento helado nos anunció la llegada de una tormenta. La radio para las comunicaciones rodó montaña abajo, dejando un reguero de pequeñas piezas inútiles, mientras la tarde pasaba velozmente a noche.
Todos quedamos paralizados, esperando que Nicolás nos guiara.
Nicolás, el líder natural del grupo. Alto, atlético, seguro como puede sentirse alguien que proviene de una familia acaudalada de varias generaciones atrás, pero aterrado por la responsabilidad que el grupo inconcientemente hacía recaer sobre él.
Luis, sin poder hablar ni moverse, no dejaba de sollozar. Sus ojos iban de la cabeza sangrante de Luca hasta la cara de Nicolás.
—¡Fuera! — dijo Nicolás, señalando al culpable con un brazo que temblaba por una mezcla de furia y de miedo. Y tomando una piedra se la arrojó.
Otros lo imitaron. Matías se interpuso con un —¡ No! — profundo que él mismo ignoraba que podía tener. Allí estaba, plantado contra todos, defendiendo a uno de los que lo molestaban por su escasa contextura, por su hablar pausado y tranquilo. Matías, el tímido, el amable, el poeta, el casi siempre ignorado. La andanada de piedras cesó mientras un espantado Luis corría sin rumbo por la montaña.
Las primeras gotas de lluvia nos volvieron a la realidad.
Matías con cuidado lavó y vendó la cabeza herida del profesor, y organizó el traslado del cuerpo inanimado del profesor hasta unas cuevas cercanas. Finalmente salió en busca de Luis.
En instantes la lluvia pasó a diluvio, dificultando cualquier intento de buscar ayuda.
Hacia la medianoche volvió Matías. Empapado, pero tranquilo. Nadie le preguntó nada. Cerca de la entrada de la cueva vimos a Luis, con silenciosas lágrimas rodando desde sus hermosos ojos castaños. Nadie le dirigía la palabra. Un silencio hosco crecía en la cueva.
– Quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra – dijo Matías, mirando a cada uno a la cara. Los incipientes murmullos disminuyeron de a poco.
Nadie podía dormir. La tormenta nos obligaba al encierro forzado. Matías sacó su eterna armónica e inició un concierto con villancicos y canciones infantiles. Uno del grupo intentó hacerlo callar, pero Fátima, la morena de quien todos estaban un poco enamorados, comenzó a acompañar las canciones con su profunda voz.
Poco a poco la tensión disminuyó, hasta que Nicolás, con la mirada franca y una disculpa, le dio la mano a Luis, invitándolo a acercarse a la pequeña fogata. Todo el grupo respiró aliviado. El amanecer nos encontró cantando abrazados, formando un solo grupo alrededor de la fogata.
La tormenta disminuyó su intensidad dejando asomar algunas estrellas. Salimos de la cueva. Podíamos ver las luces de la cercana población.
Al día siguiente un helicóptero sanitario realizó el traslado de Luca hasta un hospital cercano, donde permaneció hasta su total recuperación.

El grupo siguió en contacto. Luca inició un proceso de rehabilitación que le permitió recuperarse por completo. Cada uno hizo su camino. Luis abandonó las bromas y tomó con seriedad los estudios para ingresar en un estudio de abogacía, junto a su padre. Nicolás vende cuadros en plazas y ferias, acompañado por Fátima, quien baila al compás de panderetas. Matías, siguiendo su vocación, eligió la docencia.

Hoy nos volvimos a encontrar convocados por Matías. Sabíamos que trabajaba como maestro en escuelas de zonas periféricas, luchando contra la pobreza, la marginalidad, las drogas. Una multitud de caritas sucias lo despedía. Padres con sus niños en brazos lloraban su partida.
El dolor nos hermanaba. Los recuerdos nos invadían.
Matías escribiendo. Matías ayudando. Matías compartiendo. Matías brindándose sin límites. Matías presente en mil y una ocasiones.

Las ráfagas de balas no pudieron destruir su eterna sonrisa de niño triste.
Adiós Matías, amigo, compañero, poeta, maestro. Adiós.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

8 comentarios

  1. 1. J. Colmarias dice:

    Muy buenas Laura,

    La historia me ha gustado. Creo que el último párrafo es muy bueno. No lo esperaba. En ciertos fragmentos me ha recordado al “Señor de las moscas”. Sobre todo cuando se forma el conflicto. Los personajes, a pesar de aparecer muchos nombres, quedan diferenciados por algún matiz de su personalidad.

    En cuanto a gramática he visto que te faltaba una “s” en inconciente y inconcientemente.

    Hay algunas partes de la historia que me resultan chirriantes, si me permites te las indico.

    “La radio para las comunicaciones rodó montaña abajo,
    dejando un reguero de pequeñas piezas inútiles”
    Supongo que la tendría el profesor y, al caer, rueda montaña abajo. Creo que quedaría mejor si la frase fuese directamente a continuación de la caída.

    “Matías con cuidado lavó y vendó la cabeza herida del profesor,
    y organizó el traslado del cuerpo inanimado del profesor hasta unas cuevas cercanas”
    Aquí, al especificar al profesor, no es necesario volver a decir que el cuerpo inanimado es del profesor.
    Es una repetición.

    “El amanecer nos encontró cantando abrazados, formando un solo grupo alrededor de la fogata.
    La tormenta disminuyó su intensidad dejando asomar algunas estrellas. Salimos de la cueva. Podíamos ver las luces de la cercana población.
    Al día siguiente un helicóptero sanitario realizó el traslado de Luca hasta un hospital cercano, donde permaneció hasta su total recuperación”
    Este párrafo me ha resultado confuso por un motivo. Hablas del amanecer, es decir, que se hace de día. Esta razón hace complicado ver las estrellas y las luces de la ciudad. Y cuando nombras al día siguiente, te refieres a ese mismo día.

    Espero que tomes mis palabras como constructivas. Un saludo!

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 13:43
  2. 2. Carlos dice:

    Hola Laura.

    Me parece una proeza haber optado por aceptar el reto. Yo ni siquiera me lo planteo. Con acabar el texto dentro de la fecha me doy por satisfecho.

    Esta frase me desconcierta

    “seguro como puede sentirse alguien que proviene de una familia acaudalada de varias generaciones atrás”

    los chicos ricos también pueden ser inseguros y torpes por muchas generaciones en abundancia que le hayan precedido.

    En general, el texto me ha parecido demasiado explicativo, echo de menos algún diálogo, algún cambio de escenario.

    El texto de este mes también me ha salido demasiado explicativo y no me tiene nada contento.

    Hasta pronto Laura.
    Feliz Navidad.

    Escrito el 17 diciembre 2016 a las 21:14
  3. 3. Elvi dice:

    Bajo mi apreciación el texto esta bien escrito, a pesar del reto lo desarrollas con agilidad. Los personajes definen muy bien sus papeles y caracteres.
    Solo he apreciado que te sobra alguna “y”.
    Saludos ,feliz año y Navidad.

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 11:37
  4. 4. Paola dice:

    Hola Laura

    Una historia muy tierna y relatada con claridad . Me ha gustado pero he pensado que quién más quién menos todos hemos conocido personas así, lo importante de tu relato estriba en que una mañana la prota encuentra la noticia de su muerte y además por ráfagas de metralleta, esto es lo especial.
    Pienso que tienes que dar más énfasis al asunto, el hecho de su muerte es lo que nos debe de dejar impresionados al final. Se me ocurre que el primer párrafo lo pasaría al fondo para no dar pistas desde el principio.
    Hay muchas explicaciones que podrías evitar pues el lector las intuye y usar esas palabras para crear tensión el la parte de la cueva, después de todo se trata de un grupo de adolescentes en medio de un monte, de noche, con una tormenta y el profe está inconsciente. Algún diálogo subido de tono con puntas de terror…
    Haz que vivamos la escena como la vivió tu protagonista y nos dolerá a nosotros también su muerte al final.

    Cuando me refiero a ahorrar palabras que en realidad no hacen falta me refiero a esto:

    “Formábamos un grupo de chicos de entre catorce y dieciséis años, con toda la vida por delante. El campamento nació como un proyecto de cierre de actividades extracurriculares con el profesor de la escuela. Ya teníamos experiencia en campamentos previos.
    Luis, el eterno gracioso, preparó una trampa para algún distraído. Cayó en ella Luca, el profesor, quien hizo un movimiento desafortunado que le provocó una caída golpeando la cabeza contra una roca. Quedó inconciente. Para nuestro espanto, un pequeño surco de sangre comenzó a manar.”

    Yo lo dejaría esí:

    “Formábamos un grupo de chicos con toda la vida por delante. El campamento era un viaje de fin de curso en plena naturaleza y el profesor, amante de la vida al aire libre, iba a venir con nosotros.
    Luis preparó una trampa para divertirse un poco sin pensar en realidad en el peligro de la misma. Cayó en ella Luca, el profesor. Quedó inconciente y un surco de sangre comenzó a manar de su cabeza.

    Espero haberte ayudado en la mejora del relato, ten en cuenta de todas formas, que son ideas personales nada más.

    ciaociao Paola

    Escrito el 18 diciembre 2016 a las 17:18
  5. 5. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Hola Laura. Aquí me tienes visitando tus entornos. Me encuentro ante una historia de las que se desenvuelven a través de la existencia. Al volver la conciencia a lo vivido y experimentado en carne propia o ajena los relatos adquieren vida. Tu has logrado uno de ellos con una sencillez ideal. Verdadero o inspirado, que esto tendría mas merito, das vida a un escrito fácil de seguir y al que nunca le perdí el hilo. Por eso te felicito. sigue escribiendo, que primero dios, te seguir leyendo. Feliz Navidad.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 00:35
  6. 6. talyuno dice:

    Hola Laura
    Ante todo, debo decir que es la primera vez que participo en el taller y no poseeo mucha experiencia, ni comentando, ni escribiendo; por tal motivo agradezco enormemente que hayas pasado por mi relato y dejado tus consejos. En cuanto al error ortografico, te pido ayuda, por favor, leo y releo el texto y no lo veo…
    Ahora, en cuanto a tu relato: me gusto mucho, hubo un momento en el que me senti parte del grupo en esa cueva.
    Gracias y lamento no poderte ayudar mas.
    Seguiré participando y aprendiendo, con su ayuda y con la de los moderadores de esta pagina.
    Gracias nuevamente, me despido con un caluroso abrazo.
    Felices fiestas y un prospero, productivo y creativo año nuevo 2017.

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 14:28
  7. 7. Juana Medina dice:

    Hola Laura, Preciosa y conmovedora historia de las que sabemos que hay muchas pero nunca son tan conocidas como cuando se convierten en tragedias como en este caso.
    Lo que me faltó fue saber de dónde y de quienes le llegaron a Matías los tiros de ametralladora.
    Mis felicitaciones.
    Un saludo para las Fiestas y nos leemos en el 2017

    Escrito el 19 diciembre 2016 a las 23:22
  8. 8. Marcelo Kisi dice:

    Laura hola!
    Sobre la hora haciendo últimas visitas de este mes. Me topé en la lista contigo, a la que considero una pluma prometedora.
    Me gustó mucho tu historia, muy vívida, muy visual. Hay un argumento sólido y uno con potencial. El sólido es el del flashback. El lector se queda en ayunas con la historia del presente. Se intuyen o se puede especular: un maestro de frontera queda atrapado en fuego cruzado entre bandas de algún tipo. Pero yo trabajaría el desequilibrio que se genera entre la claridad de la primera historia y la nebulosa que envuelve a la segunda.
    Esto te lo digo, más allá de micro-errores (como un par de repeticiones coladas por ahí, y algunas cosas que ya te marcaron los compañeros) estás en un alto nivel de escritura.
    En resumen, una historia muy bien elaborada, disfruté muchísimo leerte!

    Escrito el 9 enero 2017 a las 16:08

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.