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Más allá - por Fernando Escobar

MÁS ALLÁ

Se giró al escuchar el grito, y no encontró nada más que el mismo pasillo estrecho y oscuro que se proyectaba frente a ella. El grito rebotó en las paredes metálicas y la cubrió como una ola que le hizo cerrar sus ojos y sentir que su piel se erizaba.

Hace dos meses solo era una laboratorista que odiaba su trabajo, diseñaba antidepresivos para una gigantesca casa farmacéutica que se lucraba del sufrimiento y miseria de media humanidad.

Pero hace dos meses hubo un feliz accidente.

Las ratas en la prueba T128 no despertaban igual a las otras. La diferencia era visible: tenían una nueva intensidad en su mirada. Parecían ver más. A diferencia de las otras que correteaban inquietas entre los girones de madera y aserrín, buscando un trago de agua o un mendrugo de comida entre la porquería de su jaula, las ratas de la prueba T128 permanecían en silenciosa contemplación de lo que ocurría. Esperaban con paciencia a los asistentes que limpiaban su jaula y les daban alimento.

Un análisis de los cerebros mostraba un cambio radical en la química cerebral, sobre todo un altísimo desempeño en las pruebas cognitivas. Los resultados eran tan altos que las invalidaban; se tendrían que diseñar nuevas pruebas para evaluar a estos animales.

¿Qué podría estarle ocurriendo a estas ratas?

Preparó todo en la habitación 2 para un experimento personal. Colocó un trípode con un cámara de video; sistema de monitoreo completo: corazón, presión, cerebro; una alarma de 5 minutos que encendería la alarma por si perdía el conocimiento por demasiado tiempo y una carta con pequeño recuento de lo ocurrido, en su primera línea: “Esta no es una nota suicida, sino un experimento”.

Según sus cálculos, 1 ml del suero T128 serían lo suficiente para experimentar algo similar que las ratas. Puso una gota de la solución bajo su boca comentando hacia la cámara cada una de sus sensaciones, cuando de repente el mundo se volvió inmediatamente oscuro.

No había perdido el conocimiento, estaba conectada con el mundo, sabía dónde estaba y exactamente lo que estaba ocurriendo. Estaba tranquila y lista para el viaje que sentía que iniciaba. En alguna parte de la oscuridad una luz se encendía y cuando el brillo llego hasta ella ya no vestía la bata hospitalaria y sandalias, vestía una camisa de franela y un pantalón de mezclilla. “Es una alucinación”, pensó. Pero era diferente, ella estaba en completo control y decidió hacer algo en este nuevo mundo que había creado. Un sonido casi imperceptible acompañaba la claridad al final, un eco de movimientos o voces la distancia.

Se puso de pie y se dio cuenta que ya no estaba en la habitación 2 del laboratorio, estaba en un túnel: en un extremo, absoluta oscuridad; del otro, un brillo de luz parpadeante. Decidió ir hacia la luz.

El túnel estaba cubierto con paredes de metal y remaches, parecía el interior de los submarinos que había en la tele cuando era niña. Cada paso que daba la acercaba más a la luz e iluminaba el túnel. El sonido se hizo más claro y por primera vez sintió cautela: el sonido era humano. “Hola”, gritó. En su voz estaba la hebra de miedo que no había podido admitir. Pero no eran voces humanas, sino llantos o gritos muy distantes. Dio un paso más y un terrible grito chocó contra ella. “Venía de la luz”, pensaba, pero no estaba segura. Al ver la oscuridad que dejaba atrás no se atrevía a regresar.

“Es una alucinación”, pensó, “debe terminar en algún momento”. Trató de tranquilizarse, controlar sus sentimientos, sino el viaje podría volverse malo. Un paso más y los gritos comenzaban a tomar forma: alguien estaba sufriendo algo terrible. Comenzó a correr hacia la luz hasta que encontró una monstruosa figura obstaculizando el túnel. Al verla más cerca no era un ser humano, sino lo que parecía ser un oso de espaldas a ella. Lo escuchaba rezongando y los gritos de su presa cada vez más tenues y patéticos. Dio un paso hacia atrás y la bestia giró su cabeza. No era un oso, sino una gigantesca rata, y de un saltó cayó sobre ella.

Desde el día que la encontraron sola en la habitación 2, nunca recobró el habla, y aún tiene la mirada perdida en algo que está más allá.

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5 comentarios

  1. 1. Servio Flores dice:

    Hola Fernando.
    Me encantó tu relato, toda la atmósfera que logras, las excelentes descripciones.

    Hay un párrafo magistral en cuanto a la puntuación, ese que termina con “decidió ir hacia la luz.”

    Pese a ser un texto bastante técnico, científico, el toque literario es exquisito. En cuanto a la acentuación únicamente encontré una ausencia, donde dice “el brillo llego ” creo que es llegó.

    La historia atrapa con todo, el final es excelente, sin duda un cuento muy completo, magistral.

    Felicidades Fernando, te sigo leyendo por aquí.

    Saludos

    Escrito el 18 enero 2017 a las 03:19
  2. 2. Lapdog dice:

    Hola, Fernando, soy uno de tus vecinos y quería comentarte que, aunque la historia es buena, podría ser mejor si perdiera ese sabor o aspecto de cómic de Batman y usaras recursos más literarios. Uno sería, por ejemplo, la combinación de los tiempos que era el reto que se nos había puesto. Estaban los cinco segundos, en tu cuento ese fragmento podría quedar entre la inyección y la transformación del personaje, los demás detalles se pueden meter como una remembranza de los resultados del experimento y los datos que hay de los estudios que es la causa de que la chica de la historia se decida a experimentar con ella misma. Bueno, un abrazo y suerte.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 08:37
  3. 3. Denis Enamorado dice:

    Hola Fernando.
    Muy buen relato, la descripción de un ambiente de laboratorio es genial y atrapa, la aclaración en la carta del explicación del experimento es muy buena, también el túnel de metal con remaches, es entretenido y tiene el ritmo necesario, me gustó mucho.
    Felicitaciones y espero que nos sigamos leyendo por acá.

    Escrito el 18 enero 2017 a las 20:49
  4. 4. LAMAGA dice:

    Hola Fernando.

    La idea del relato me gustó. No terminé de sentir la cámara lenta, pero bueno, esto era un reto adicional.

    Si tuviera que decirte algo al respecto de la redacción, me resultó un poco confusa en cuanto a los saltos temporales y algunos momentos de repetición o redundancia en las descripciones.

    Pero como idea de relato de alucinación, es interesante.

    Nos estamos leyendo.
    LAMAGA (Julieta)

    Escrito el 19 enero 2017 a las 00:37
  5. 5. Luiçao dice:

    Hola Fernando, soy Luiçao, uno de los vecinos de arriba.

    He de decirte, que lo que más me ha gustado de tu relato ha sido la manera tan exquisita que has tenido de introducirnos en un laboratorio. No sé si formas parte de la profesión, si no es así, chapo por tu vocabulario “científico”.

    Buen trabajo.

    Escrito el 27 enero 2017 a las 15:48

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