Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La Búsqueda - por José Algarra

Son las doce de la mañana. El hombre entra en la cabaña. Dentro, solo una silla y una mesa con algo de comida encima. Pan, una naranja, carne seca y un cuchillo clavado en la madera. Pasa y se sienta. Ha dejado la puerta abierta. Un ruido llama su atención. Es una rata que corre por el suelo. Le tira la naranja. No le da y el roedor desaparece por la puerta. El hombre sonríe. Se levanta y va hacia un radiocasete que esté en el suelo. Lo enciende y suena la música. Música de tango. Baila con los ojos cerrados, agarrando a una pareja imaginaria. Luego se sienta de nuevo. Saca un pequeño frasco de su chaqueta. Esta lleno de pastillas blancas, Coge una y la traga sin agua.
Hace calor fuera. Sale de la cabaña y camina. Lo rodea un bosque de pinos. Se oye el ruido del mar, que conforme se aleja de la cabaña es más fuerte. Mira abajo, hacia la playa. Hay tres mujeres en la orilla. Grita y agita la mano. Ellas le devuelven el saludo. Se mira la mano izquierda. En el anular brilla una alianza dorada. Le da vueltas mientras se acerca. Dos son muy jóvenes. Cree recordar que tienen diecinueve y veintidós años. Son las hijas de la mujer mas madura, viuda desde hace dos días. Las encontró en la playa, junto al cadáver de su esposo muerto. Ella misma le ayudó a enterrarlo.
Llega junto a ellas.
—Tengo un regalo para vosotras. Les dice sonriendo a las dos muchachas,
Les da unas pulseras que encontró hace meses. Ellas les devuelven la sonrisa y se marchan caminando. El se queda con la madre.
—Sabes algo de ella?— le pregunta la mujer mirando la alianza del hombre.
—Está muerta. Fue de las primeras— le contesta él.
—Nosotras tuvimos suerte. Tenemos el gen. Igual que tu, supongo.
—El talismán genético.
—Si, ese— tuerce el gesto— Creía que Andrés, mi marido, lo tenia.
—Volvamos a la cabaña. Estamos demasiado a la vista.
La mujer llama a las hijas, que se van acercando. Las esperan y los cuatro van caminando hacia la cabaña. Hay una escalera de roca para subir por el acantilado.
Caminan despacio, en fila de a uno. El hombre abriendo la marcha, las chicas hablando entre ellas. Empieza a soplar un viento frío. La puerta de la choza golpea al compás del aire.
Dentro hace aun calor. Se sientan en el suelo, ninguno en la silla y se quedan callados un rato. La mujer recoge la naranja que estaba a sus pies. Se acomoda en la mesa, mira al hombre y éste asiente. Corta con el cuchillo porciones de pan, carne y la naranja y las reparten. Se van pasando una botella de cristal llena de agua.
—Habra que acomodarse— dice la mujer.
—Estáis en vuestra casa— contesta el hombre—Coged las mantas. Hacen que el suelo esté menos duro— Las señala en una de las esquinas.
Cogen las mantas. Las dos muchachas en un lado. La mujer también. El hombre se queda en la silla y apoya la cabeza en la mesa. Se quedan dormidos.
Un golpe despierta a las mujeres. El hombre se ha desplomado sobre el piso. La madre les dice a las hijas que se queden quietas y se acerca. Lo toca en la frente. Ha perdido la conciencia y está muy caliente. Un recuerdo cercano la angustia. Este tampoco sobrevivirá.
—No hay nada que hacer— les dice a sus hijas— recoged lo que podáis, no vamos.
Dentro de poco estará muerto, igual que los otros.
—¿Lo enterraremos, mamá?—pregunta la hija menor.
—No, lo dejaremos en la cabaña ¿que más da?
Lo tapan con las mantas. Luego cogen la comida que queda , la radio, y la ropa de abrigo. Algunas herramientas también. Salen de la cabaña. Aún es de día. Caminan hacia el norte.
—Cuando lo encontraremos , mamá?
—No lo sé. Algún día. Llevamos la muerte con nosotras. Somos portadoras. Pero encontraremos a un hombre inmune, ya lo veréis.
La dos hijas van delante, la madre detrás. Las mira conversar y cogerse de la mano. Algún día lo encontrarán. Un nuevo Adán que poblará de nuevo La Tierra. Y sus hijas serán las madres de la humanidad. Es su secreto, el que todavía no les dirá. Ellas son la última esperanza.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

8 comentarios

  1. 1. Eteivi Karina dice:

    Me corresponde comentar su texto y voy a hacer lo mejor posible:
    donde dice: un radiocasete que esté en el suelo debería decir que “está en el suelo”.
    Aquí: “Esta lleno de pastillas blancas, Coge una” no debería poner mayúscula después de una coma… es una sencillez que se ha escapado casi sin importancia…
    Y aquí necesité la interrogración de apertura para enterarme de que era una pregunta: —Cuando lo encontraremos , mamá?

    Ahora, después de estos tres detalles mencionar que veo exceso de puntos. No sé si fue intencional o casual pero con cada punto mi mente se sentía obligada a hacer una pausa respiratoria que me entrecortó el hilo del cuento muchísimas veces, demasiadas…

    La idea si que me gustó muchísimo… la entendí y me agrada el suspenso y la intriga que nos regala…
    Felicidades, en general si que me gustó mucho…

    Escrito el 17 febrero 2017 a las 22:27
  2. 2. José A. Algarra dice:

    Me temo que no revisé lo suficiente el texto. Disculpas a todos los que paséis a leerlo,
    Las frases cortas las hice a propósito, pero es posible que pudiera funcionar mejor alternándolas con otras más largas.
    Un saludo y gracias por tu comentario.

    Escrito el 19 febrero 2017 a las 19:07
  3. 3. Almouadillah dice:

    Hola José,

    a mi me ha gustado mucho la historia, sobre todo porque no me he enterado de qué iba hasta el final, jejejejeje. ¡Has mantenido muy bien el suspense! A mi lo de los puntos y las frases cortas me encanta, me parece que le da mucho ritmo.
    En cuanto a la escritura, creo que está muy bien. Tan solo unos breves comentarios: te comes también una interrogación inicial en: “sabes algo de ella?”; falta la /s/ en “no vamos”; sobra la coma en “la radio, y la ropa de abrigo” y sobra un espacio en “Luego cogen la comida que queda ,”. Vamos, erratas sin importancia que desaparecen con una revisión.
    Saludos

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 12:32
  4. 4. José A. Algarra dice:

    Gracias por los comentarios, Almouadillah.
    Una y no más, lo de la revision. Se ve que la hice demasiado rápido.
    Me alegra que te haya gustado.
    Un saludo

    Escrito el 20 febrero 2017 a las 13:06
  5. 5. Luciano Darriba dice:

    Hola José. Me gustó la historia. Es uno de los generos que me gusta. Lo único que quiero notar es el uso de frases muy cortas. Da La sensación de algo similar a un texto científico, donde se señalan los hechos de una manera concisa y directa y, en una narración es como que le pone el “freno de mano” al relato. Sin embargo, es una cuestión de gustos. Si lo hiciste intencionalmente porque te gusta así, sigue así. Felicitaciones!!!!

    Escrito el 21 febrero 2017 a las 17:38
  6. 6. Doralú dice:

    Hola José A. Algarra

    Tu relato mantiene el misterio hasta el final. Reflejas todo lo necesario para entender la historia, que fácilmente se podría convertir en la base de un relato mas largo o incluso en una novela.

    Un abrazo!

    Escrito el 22 febrero 2017 a las 04:14
  7. 7. Denis Josué Hernandez Reyes dice:

    Hola José, la verdad me sorprende mucho este texto, me gusta mucho la forma en la que mantuviste el suspenso hasta el final, si te soy sincero, no me esperaba ese desenlace.
    Solo me queda felicitarte, hiciste un muy buen trabajo con este relato.
    En cuanto a la puntuación, me gusta la forma en la que colocaste las pausas de manera continua, haciendo mantener el ritmo de la lectura.
    ¡Saludos desde Honduras, amigo!

    Escrito el 26 junio 2017 a las 17:45
  8. 8. Ivis Maryori Sabillon dice:

    hola amigo, saludos…
    primeramente te quiero felicitar, este relato esta muy bien organizado, el elemento de suspenso y misterio, fue llevado de manera muy profesional hasta el final del texto, haciendo que este sea mucho mas llamativo…
    la manera que ubicaste las pausas, le ponen mucho sentido al relato…
    reitero, felicidades amigo…

    Escrito el 27 junio 2017 a las 05:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.