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El mentiroso - por Pierre Aronnax

El mentiroso

Se incorporó con la vista fija en el tablero, quedaban pocas piezas en juego. Miró a su alrededor y se encontró con caras de extrañeza. Parpadeó volviendo a la realidad, alzó un poco la mano dudando y finalmente volcó el rey. Había perdido el campeonato. Las fotos muestran un frío estrechar de manos entre los dos genios aquella tarde de 1955.

Nazary Andrey Krupin fue el mayor maestro de ajedrez después de la Segunda Guerra Mundial, tan odiado como admirado: lucía una calva lunar que junto a sus ojillos profundos y la nariz aguileña le hacían fácil la caricatura; bielorruso refugiado en Inglaterra, quienes le conocían de cerca hablaban de una tacañería hiperbólica, y viendo el paño de sus trajes tenían toda la razón. Pero era indiscutiblemente el maestro y lo habría sido durante mucho más si no hubiera sido por el joven Kolya Yakovlev: ingenuo, brillante y mimado por la URSS.

Krupin y Yakovlev habían mantenido durante nueve años una rivalidad obsesiva: sus victorias y derrotas se sucedían con insólitos finales, todos los demás quedaban muy lejos de su juego. Krupin era la estrategia depurada tras años de estudio y memorización ante el tablero, Yakovlev era el genio que se abría camino tras las líneas enemigas. Talento o disciplina: las finales de Bangkok, Kolkata, Tokyo, Johannesburgo, Riad, Busan, Berlín, Ankara, Río de Janeiro y Bagdad aún figuran como materia de estudio en los clubes de ajedrez.

No faltaban las acusaciones y reproches de uno y otro bando. Al principio nadie quedaba al margen, al final la contienda había agotado toda sorpresa en el mundo del ajedrez. Precisamente por eso, tras la catastrófica derrota la entrevista que Krupin concedió a Times fue mucho más comentada. Sin ahorrar alabanzas a Yakovlev, el veterano se declaraba vencido y cansado.
-Este enfrentamiento sólo conduce a la muerte del juego.

Eran nuevos tiempos y los viejos debían retirarse. Las fotos del aún joven campeón estrechando las manos del Jefe de Estado dieron la vuelta al mundo. El héroe de la Unión Soviética. El orgullo de su patria. Todos los demás volvían a entrar en el juego, aunque el nuevo reinado se prometiera largo.

Al año siguiente la prestigiosa "British Chess Magazine" quiso reunir a los dos protagonistas en un duelo amistoso en Estambul. Pero no olvidemos que en el ajedrez no existen la amistad. Tras un afectuoso abrazo Krupin, con las negras, dio jaque mate en menos de veinte movimientos. Yakovlev quedó pasmado ante la pinza que había desplegado el veterano. Como ironía del destino, o como refinada venganza, vale la pena señalar que el día se levantó tormentoso; que, entre el público habitualmente mudo, alguien gimió anticipando el final; y que a continuación, se reveló la trampa con alfil y caballo, demasiado tarde para que el rival opusiera una defensa eficaz. Aunque no había sido un torneo oficial los periódicos se repitieron en la portada. Poco después se supo que el joven, destronado, se había arrojado desde lo alto de un acantilado de su Arkhangelsk natal. La fortuna sonreía ahora sólo para Krupin. No volvió a jugar una partida y el ajedrez volvió a su cauce.

A partir de entonces la soledad sucedió a la victoria: el pobre genio se mostraba en frívolas fiestas, ebrio de soberbia y también de alcohol, con un ridículo antifaz y gorrito en una Nochevieja neoyorkina o un cóctel en Montecarlo. Tuvo el mundo en sus manos, o al menos lo creyó. El blanco y negro muchas veces se apiada de nuestras almas.

Solo, con frac y rodeado de botellas, el 27 de abril de 1992 lo encontraron frío en una miserable pensión de Biarritz. En una agenda llena de garabatos dejó una entrada de cine ("Knight Moves", con Christoper Lambert) y una frase escrita hasta agujerear la página: -Timeo danaos et dona ferentes. Lo enterraron allí mismo.

***
Me agaché para ver de cerca la lápida y retirar la tierra y el musgo acumulado. Nazary Andrey Krupin (1908-1992) había elegido esta cita de Julio César como epitafio y un cementerio perdido ante el Atlántico para descansar eternamente. Dejé unas margaritas y volví al coche. Con ayuda de un viejo diccionario de latín que había en el hotel empecé a encajar las piezas: temo a las dánaos incluso cuando traen regalos.

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9 comentarios

  1. 1. Vespasiano dice:

    Hola Pierre:

    Es la primera vez que leo algo escrito por ti.

    Ahora paso a comentarte lo que me ha parecido tu escrito con el mayor respeto posible.

    He visto en tu manera de escribir a una persona instruida que ha abordado un tema culto para hilvanar la historia. Sin embargo me ha parecido más una crónica que un relato en sí.

    La mentira no he logrado encontrarla, quizá esté subliminarmente colocada en la frase: “se reveló la trampa con alfil y caballo”. Al utilizar trampa como sinónimo de mentira o engaño.

    Pero sería necesario conocer el juego del ajedrez en profundidad y más necesariamente conocer los movimientos habidos en esa partida, si es que esta ocurrió verdaderamente. Y si así hubiera sido, es decir hubiera habido una trampa, la partida debería haber sido impugnada. Y si era un lance de la partida no sería a mi entender, ni una trampa ni una mentira, sino una estrategia para vencer.

    Probablemente y lo digo por pura intuición, no por conocimiento, que la trampa que citas, podría venir del movimiento del caballo durante la partida, cuando en la frase latina de la Eneida de Virgilio: “Timeo danaos et dona ferentes” hace referencia al caballo de Troya y a la derrota de los troyanos por los griegos.

    En principio vienes narrando en tiempo pasado: “Se incorporó con la vista fija en el tablero, quedaban pocas piezas en juego. Miró a su alrededor y se encontró con caras de extrañeza…”.
    A seguir veo que has cambiado el tiempo verbal para tiempo presente: “Las fotos muestran un frío estrechar de manos entre los dos genios aquella tarde de 1955”.
    Cuando a mi entender debería ser: “Las fotos mostraron un frío estrechar de manos entre los dos genios aquella tarde de 1955”.

    “Pero no olvidemos que en el ajedrez no existen la amistad”. En esta oración se te ha colado una “n”. Sería: “Pero no olvidemos que en el ajedrez no existe la amistad”.

    —Este enfrentamiento sólo conduce a la muerte del juego. Aquí no veo bien la utilización de raya ni guion ya que no se trata de un diálogo sino de una frase dicha por el protagonista perdedor. Podría ser: “Este enfrentamiento sólo conduce a la muerte del juego”.

    En resumen, tu manera de escribir me ha gustado, pero la historia en sí la he encontrado falta de tensión. A pesar del suicidio del perdedor.

    Felicidades.

    Escrito el 17 marzo 2017 a las 21:35
  2. 2. M.L.Plaza dice:

    Hola Pierre.
    Me ha parecido un relato original, interesante y bien escrito.
    Pero me pasa como a Vespasiano, que no le encuentro relación con el título.
    Lo que no he entendido es la frase “El blanco y negro muchas veces se apiada de nuestras almas.”
    Me ha gustado leerte. Saludos

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 19:53
  3. 3. Pierre Aronnax dice:

    Gracias, Vespasiano y M.L. La cita, por supuesto, es de Virgilio, pero originalmente era otra de César, y se han colado otros errores más aparte de los que creí corregir.

    Escrito el 18 marzo 2017 a las 23:23
  4. 4. Laura dice:

    Hola Pierre.
    La mentira está en el juego de ajedrez, donde se esboza una jugada pero es tan sólo una estratagema para liberar la jugada inesperada cuando ya el adversario no tiene muchas opciones de salvación ( el rey atrapado irremisiblemente)
    Por lo demás, un texto magistral.
    Me ha sido un gusto descubrirte. Sigue escribiendo

    Escrito el 19 marzo 2017 a las 22:13
  5. 5. Hilda G.M. dice:

    Hola, Pierre. Me ha tocado leer tu relato y me gustado. Las correcciones ya te las han hecho, así que solo me queda felicitarte. Un saludo 🙂

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 09:01
  6. 6. Hilda G.M. dice:

    Perdón, se me ha ido una frase incompleta 🙁 Quería decir que me ha gustado.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 09:02
  7. 7. John Doe dice:

    Hola Pierre, gracias por pasarte por mi escrito. Creo que es la primera vez que leo algo tuyo y ha sido una gran sorpresa, me ha gustado mucho tu relato, la manera como juegas con los personajes, como vas hilando sus vidas, sus motivaciones y su manera de pensar para contar una historia muy profunda, bien escrita y con frases contundentes. Nos leeremos en otra oportunidad. Saludos.

    Escrito el 20 marzo 2017 a las 21:49
  8. 8. Jack Elkyon dice:

    Hola Pierre.

    Encontré entretenido el relato, sobretodo porque da la casualidad de que me gusta el ajedrez. Eso sí, lo del mentiroso no me dí cuenta donde apareció, porque el juego del ajedrez es una guerra abierta, de estrategia e ingenio.

    Saludos, nos volvemos a leer.

    Escrito el 21 marzo 2017 a las 14:27
  9. 9. Cesar dice:

    Hola Pierre.
    Hice una primera lectura y la palpé aburrida, nombres raros para mi, ciudades extrañas…como lejano.
    Luego más tranquilo… me gustó mucho. No se si los personajes son reales o ficticios, pero parece verídico.
    El texto me resultó agradable a la lectura; ágil, muy bien contada.
    En definitiva me gustó mucho.
    Espero me leas y tambien tu punto de vista. Estoy en el 33.
    Saludos

    Escrito el 30 marzo 2017 a las 11:37

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