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UNA VOZ SOBRE EL MARMOL - por el chaval

UNA VOZ SOBRE EL MARMOL
Susana esperaba, que de un momento a otro pasara a recogerla para ir a entrenar a la piscina. Vivíamos a escasa distancia, unos diez minutos andando y, como la piscina estaba más cerca de su casa ya estaba en la puerta y hacíamos el recorrido cogidos de la mano, porque ya sentíamos mutuo aprecio; mientras, le hacía el comentario de las pruebas que debía hacer para ganar alguna décima y poder pasar marca.
Ha pasado mucho tiempo desde aquellos doce años de adolescencia, con tantas vivencias, alegrías, dificultades y la fuerza de voluntad necesaria para estar en la forma que se necesita para cualquier deporte.
Hoy he vuelto a estar junto a ti, como ayer, anteayer y otros tantos de anteayer. He ido manteniendo tu pequeño jardín, que ya desde el primer día de tu venida ha estado adornando tu estancia en este camposanto que tantas veces recorrimos , cuando decidiste pasarte al atletismo y dejar la natación.
Te veías obligada a seguir mi trote, siempre con tu sonrisa benevolente al comprender que mis músculos estaban preparados para otro deporte. No nos impresionaba en absoluto el correr en medio de tantas alegrías que fueron, de tantas desilusiones, de tanto sufrimiento pero también, de tanta dicha y amor que, como nosotros, ellos también pasaron.
No veíamos que fuera sacrilegio el reírnos cuando tuvimos que refugiarnos en un panteón inacabado para protegernos de una fuerte granizada, y darnos un beso cargado de amor a la espera de continuar.
Siempre mis recuerdos te los comento a viva voz, no me importa que alguien esté al lado recordando a sus seres queridos; los ignoro totalmente, ni tan siquiera los miro, no quiero que nadie enturbie mi paz en la soledad de los dos ¡somos tú y yo! , como siempre. Tengo hasta el respeto del vigilante que después de tantos años no osa hacer nada mas que no sea inclinar la cabeza como saludo; pero en alguna ocasión, cuando la rabia de mis recuerdos por haberte perdido le pediría, que me ayudara a mover el pesado mármol para esconderme de todo y decirte las veces que en tu ausencia he llorado sobre nuestra cama llamándote por tu nombre; desesperado por no notar tu cuerpo, por no sentir tu aliento de amor en mi pecho ni despertarme con tu sonrisa enamorada.
Dejé la competición, no podía seguir, no podía olvidar, me resultaba inaguantable dar una brazada sin pensar en ti, viendo tu imagen reflejada en el agua o cuando miraba a las gradas y no estabas para darme ánimos. Mis compañeros insistían en que aguantara, que me relajara, pero vivimos una vida tan plena, tan enamorados, tan estar en los pensamientos del uno para el otro, que no comprendía el tener que llevar una vida de gozo en el deporte. Preferí dejarlo y llevar a nuestro pequeño hijo Carlos a casa de mis padres donde sabía que le cuidarían hasta que estuviera en condiciones de hacerme cargo de él.
La maldita enfermedad de leucemia que te atacó y que en un plazo de tiempo tan corto me separó de ti, hizo todavía más firme mi decisión de darte mi eterno cariño, estando contigo en tus horas bajas de desesperación al tener que ir al Hospital para las transfusiones y participar de tu alegría y buen humor cuando después de ello, decías que te encontrabas tan bien que irías a correr un poco aún en contra del consejo del médico.
En tus últimos siete días te negaste a tomar alimentos, me rogabas con la mirada que no insistiera, sabías de la enfermedad siempre quisiste saberlo y te dabas cuenta del final del ciclo de tu vida. No dejamos de entrelazarnos las manos como cuando íbamos de entreno a la piscina en nuestra adolescencia y tratabas de consolarme con besos y caricias.
Un amanecer tormentoso me sobresaltó el ruido de los truenos, cuando contemplé que no podía hacer nada más por ti, sino llorarte con emoción y una gran congoja. Con asombro pude ver que por tus ojos cerrados, bajaba una lágrima hasta deshacerse entre tus cabellos dorados.

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6 comentarios

  1. 1. Maria Jesús dice:

    Hola tu relato me ha emocionado, describes muy bien la tristeza por la pérdida del ser querido. Lo que veo raro es el inicio, estábamos obligados a empezar con “Susana esperaba…..” pero en tu relato esa frase suena como si estuviese puesta de manera forzada. Pese a todo, creo que has conseguido trasmitir lo que querías, es decir, emoción. Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 17:52
  2. 2. el chaval dice:

    Hola María Jesús, gracias por leerme y dar tu aprobación. En cuanto al comienzo de Susana esperaba, creo explicar que ella esperaba a que llegara su compañero para ir a entrenar.
    un saludo y a seguir escribiendo, ahora me paso por el tuyo.

    Escrito el 18 abril 2017 a las 19:43
  3. 3. beba dice:

    Hola, el chaval:
    Gracias por tu visita y amable comentario.
    Tu historia es muy emotiva, desgarradora; en ese aspecto has atinado al objetivo. también es correcto tu manejo de ortografía y puntuación.
    Tal vez pese en exceso la evocación permanente que le resta espacio a la acción.

    Escrito el 19 abril 2017 a las 23:49
  4. 4. Polilla dice:

    ¡Hola el chaval!
    Estoy dos relatos por encima tuyo así que me toca leer tu relato.
    A mi, personalmente, me transmitió toda esa tristeza de quien pierde un ser muy querido.
    Supongo que cuando uno lee algo y se ve reflejado en los sentimientos, lo que lee le llega aún más.
    Me gusta mucho. Pude ver las secuencias que cuentas y eso es algo que agradezco cuando leo.
    No sé si estoy equivocada o no, pero creo que la coma que aparece en la primer oración: “Susana esperaba, que de un momento a otro pasara a recogerla para ir a entrenar a la piscina.” está demás.
    Y por otro lado, por decir algo, hay una frase que no me termina de sonar bien: “…en medio de tantas alegrías que fueron, de tantas desilusiones…” Quitaría “que fueron”. Es una apreciación personal, nada mas.
    Un saludo.

    Escrito el 20 abril 2017 a las 08:44
  5. 5. marazul dice:

    Hola chaval:
    Me has llegado con este relato, chaval. Has sabido transmitir todo lo que se siente al perder a un ser querido. Has jugado con la vida, cuando dices que te reunías con Susana y os besabais en el camposanto, y con la muerte de una persona joven por una enfermedad tan injusta.
    En cuanto a la forma has escrito un texto que se entiende perfectamente, con un lenguaje claro y sencillo.
    Cada mes mejor ¡enhorabuena!

    Escrito el 23 abril 2017 a las 19:01
  6. 6. Juana Medina dice:

    Hola Chaval,
    Por fin devolviendo tu visita y tus amables comentarios.
    Me ha gustado tu historia. Uno puede identificarse y sufrir con el personaje. Transmites muy bien sus emociones. Tal como te ha dicho Polilla, la primera coma sobra, y si el primer párrafo suena forzado es por la obligatoriedad de la consigna. Ya le encontrarás la vuelta para incluirlo menos forzadamente en el resto del relato.
    Conmovedor.
    Hasta la proxima

    Escrito el 24 abril 2017 a las 15:52

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