Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

la prueba - por Lorcue

La plateada luz de la enorme y hermosa luna se colaba por los grandes ventanales mientras una bella joven de cabellos cobrizos y envuelta en una oscura capa bajaba la gran escalera tallada perfectamente en la madera con filigranas exquisitas, sus pasos eran guiados por la luz del candil que sostenía en una mano, con la otra parecía proteger lo que parecía ser un antiguo manuscrito.

A cada escalón que descendía de la larga sucesión de peldaños, un leve eco se extendía por la gran estancia. Al llegar abajo una lejana figura iluminada por un grupo de numerosas velas sostenidas en un gran y hermoso soporte de hierro en forma dragón alado, la observaba casi de manera inquisitiva. Ella se dio cuenta de ello y su vista lentamente se poso en el suelo pues creía que hasta los miles de libros que a su alrededor y que por toda la gran estancia se encontraban la observaban de la misma manera, molestos con la joven por haber roto el silencio del lugar.

Se obligo a si misma a avanzar, exhalo un suspiro que se congelo en el ambiente y formo unos pasos lentos, quedo embriagada por el olor a pergamino humedecido mezclado con el olor a papiro creado a partir de la piel de jóvenes reses.
Nadie hasta el momento había bajado a la gran biblioteca del lord y un temor recorría su espina dorsal a cada paso que le acercaba a el, la distancia que había recortado y que lo acercaba mas y mas, hacia que pudiese distinguir las facciones del hombre que junto un atril se encontraba.

-¿cómo osas adéntrate en la gran biblioteca?… ¿bajo qué pretexto? tu presencia distrae mi mente de la lectura-

La voz masculina sonó lenta y calmada pero los puntales que la sostenían eran de una severidad absoluta. La joven quedo petrificada por el miedo y por la sorpresa. Los vocablos del primer lord eran los de un joven, jamás había pensado que el líder de su orden pudiese ser un hombre tan joven, casi de su edad se atrevió a pensar. Balbuceo por un instante hasta que pudo articular una respuesta, no sin antes dedicarle una reverencia.

-mi lord… he concluido la búsqueda a la que los alumnos de último grado estamos obligados a realizar y he recuperado el antiguo pergamino con la sabiduría de nuestra orden-

Un silencio se hizo presente y lo que pareció ser un gélida brisa recorrió la gran estancia, el débil ulular se colaba por entre la multitud de libros en el preciso instante en el que el joven clavo sus claros grises ojos en los azules eléctricos de ella, pero no había llegado tan lejos para no ser digna de encontrarse con el lord así que haciendo acopio de valor le sostuvo la mirada.

-¿Qué motivos tan importantes te han hecho bajar hasta aquí…Yara-.

La fémina desorbito los ojos.

– ¿conocéis mi nombre mi lord?-
-conozco muchos nombres-. Alzo su mentón aun mirándola mientras la sorpresa en la cara de la joven aun no desaparecía.- pero no has respondido a mi pregunta-

-Nada en el me hace pensar que recoge la sabiduría de nuestra orden,la lengua en la que está escrita es la antigua pero no la de los primeros magos. Su contenido es vacio, no son correctas ni sus letras ni su orden de conocimientos-
-¿te atreves a cuestionar las escrituras de los más antiguos?-
-mi lord… no cuestiono la escritura de los más antiguos, solo cuestiono el pergamino que ha sido utilizado para la prueba de graduación-

Toda la actitud de Yara era más calmada, aun así aun había un deje de temeroso respeto en su voz y su mirada titilaba con el mismo sentimiento cuando el mago se acerco aun mas a ella, casi hasta colocar sus cuerpos juntos, la miro directamente con esos ojos color ceniza.

-nadie… nadie ha osado presentarse ante mí para exponer por si mismo que el pergamino que guardáis bajo el brazo es una vulgar falsificación escrita y manipulada para la prueba. La cuestión es…que así es, largo tiempo ha pasado sin que nadie se cuestione el pergamino como tú lo has hecho. El año que viene tal vez seas mi aprendiz-
-mi lord no tengo constancia de que nadie haya sido vuestro aprendiz-

El sonrió de medio lado y giro sobre si mismo dirigiéndose al atril para quedar inmerso de nuevo en su lectura. Con alegría contenida Yara abandono la biblioteca dejando la estancia en absoluto silencio.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

Todavía no hay comentarios en este texto. Anímate y deja el tuyo!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.