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"Me salí con la mía, Genarito" - por Samantha

Web: http://pasionesdelserblogspot.com

Los primeros rayos del Sol se abrieron paso tímidamente por las rendijas de las ventanas, y las blancas cortinas de holganza de la habitación de Antonia. La noche anterior programó su despertador para las 6:30 AM, y dejó sobre la única silla de su habitación el atuendo que vestiría al día siguiente; no deseaba perder ni un minuto. Sentada al borde de su cama metió los pies en sus zapatillas afelpadas; aún con sus diecisiete años no abandonaba su gusto por los personajes infantiles. Enfilo sus pasos con suma cautela rumbo al único baño de la casa que compartía con sus siete hermanos, lo cual ocasionaba discusiones; pues todos deseaban ser los primeros en la línea. Antonia era la segunda, y su hermano mayor por un año y dos meses; que según él, le daba el derecho de ser el primero en la fila; aún cuando fuera el último en llegar y además, permanecía allí demasiado tiempo, y esté día Antonia no estaba dispuesta a perder ni un solo minuto; llevaba muchas semanas esperando ese domingo y no deseaba llegar tarde.
Este domingo se celebraría la inauguración de la primera Feria del Libro en el pueblo de San Patricio. Era un evento que tenía a todo el pueblo de no más de trescientos habitantes en total expectativa; el acto estaba anunciado para las 8:00 AM, después de la misa de las siete, pues sería en el parque frente a la iglesia de San Patricio. El padre Fermín, había sido muy claro — ¡Todos están invitados, es un acontecimiento muy importante; pero no quiero alborotos mientras doy la misa y en la noche seguirán después de la misa de las seis!—. El padre Fermín, es un sacerdote firme en sus decisiones por lo que ni el alcalde, Don Genaro no se atrevía a llevarle la contraria.
Tomó un baño rápido ordenando su cabellera miel de rizos indomables lo mejor posible, vistió una linda falda estampada y una blusa de encajes con un pasa cinta a juego con las flores de la falda, agarrando de un perchero un sombrerito de pajas con unas florecillas. Con una gran sonrisa camino por la acera tomando su tiempo; el Sol besaba cálidamente su delicado rostro junto con una suave brisa, estaba feliz. Entró en la iglesia persignándose y ocupó uno de los últimos bancos, quería estar cerca de la salida, sabía que Don Genaro haría un discurso; pero como su esposa era parte del comité organizador se encargaría de que no se extendiera.
La misa terminó, y todos los que estaban allí aún los que no acostumbraban a ir a misa a esas horas, allí estaban. Antonia logró salir de primera y se colocó justo frente donde estaba la cinta azul que cortaría el alcalde. La esposa del alcalde la vio, y le hizo seña de que serian breve; la mujer conocía del amor por los libros de la joven — ¡Hoy es un gran día en San Patricio, hoy estamos celebrando nuestra primera feria del libro! Sean todos bienvenidos—. Poco después el alcalde cortaba la cinta inaugurar consternado, al darse cuenta que su discurso fue limitado a unas sencillas palabras. Antonia, recorrió los diferentes estantes y kioscos que estaban llenos de libros, incluso descubriendo pilas de ellos sin tener idea dónde ir primero, hasta que encontró lo que ansiaba; el estante de los libros de aventuras que disfrutaba. Al fin localizó un par que llevaba tiempo deseando leer; se acomodó en una de las bancas y los hojeó ávidamente, dio otro par de vueltas, entonces encontró un kiosco que tenía un rótulo “Ciencia Ficción” ¡Allí estaba el libro del que había escuchado hablar! Apresuro el paso y le echo mano, pero algo o alguien no la dejaba retenerlo, entonces escucho la voz inconfundible de Genarito, el hijo del alcalde decir en un tono burlón: —“El año que viene, tal vez lo consigas este es mio; sólo trajeron uno exclusivamente para mí”.
Antonia, conociendo lo engreído que era dibujo una gran sonrisa y lo enfrentó diciendo con toda calma:
—No te preocupes, sólo deseaba ver si era la primera o segunda edición, de hecho ya lo he leído—. Marchándose dejando al joven con la cara larga, pues siempre deseaba ser el primero en todas las novedades y jactarse ante los demás, pero en esta oportunidad ella fue quien logró dejarlo con una expresión de disgusto. Genarito, miró el libro con indiferencia apartándolo a un lado apesadumbrado, entonces Antonia corrió comprando el libro partiendo satisfecha.

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1 comentario

  1. 1. sara isaac dice:

    Ja ja, muy divertido. ¡Qué lista la Antonia!. Muy ágil y fresco. Me ha llamado la atención el título, hay muchos textos y no me da tiempo a leerlos todos, que más quisiera, y lo he escogido por eso. La verdad es que no me he equivocado, super simpático. Solo una cosa, revisa la edición y algunos acentos para que quede perfecto. Enhorabuena.

    Escrito el 27 junio 2013 a las 18:23

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