La Solución - por F.A.B.C.

Decidí visitar a la bruja cuando no encontré solución a mi problema en ninguno de los lugares donde concurrí. Ahora me doy cuenta que de nada sirvió, pero en ese entonces todo era frustración, fracaso e infortunio. Las puertas se te cierran, la amistad desaparece, y aunque el sol raje la tierra, la negrura para vos lo cubre todo. Me vi obligado a buscar una salida para mi destartalada vida pagando por una solución mágica, mas tarde me daría cuanta que esa no era la forma.
Eran las nueve de la noche cuando entré en la morada de la bruja, con más susto que esperanza. La casa, para ser casa de bruja no se asemejaba en nada a lo que me había imaginado; ni la mujer, para ser hechicera tampoco. Un poquito cargada de adornos y amuletos la primera, y más repleta de colgantes, trapos y maquillaje la segunda, pero ni cerca de cuevas tapadas de telarañas, ollas humeantes, lechuzas al acecho, y viejas arrugadas de nariz curva, ojos amenazantes y trajes negro con gorros de punta…Bruja moderna —pensé—, cuando observaba las delicadas velas rosas, el vestido blanco que cubría un conservado y bien moldeado cuerpo, un cortinado colorido dominado por el rojo , y me inundaba el aroma del incienso junto con una música clásica de fondo . Seguramente artimañas para anclarte en el mundo brujo. Con un cosquilleo que no provocaba risa, y un sudor frío que no era por hacer ejercicios, deposité la suma de dinero que, con pocas palabras y muchos gestos, me indicó la adivina que colocara debajo de la estatuilla del zapo que encontré a mi derecha. De igual forma me invitó a sentarme frente a ella y estirar los brazos para asirme las manos con firmeza.
Lo que me dijo en tono de adivinación, obviamente yo ya lo sabía, en definitiva se trataba de mi propia vida y nadie mas que yo la debería conocer. Tengo que ser muy estúpido para pagar para que me cuenten mi propia vida— razonaba—, la desesperación te lleva a hacer cosas increíbles. Con un profundo suspiro, los ojos entre cerrados y los brazos levantados, la bruja de blanco pronunció algunas palabras que no alcancé a comprender; se suponía que ya estábamos en la parte de las soluciones a mi entripado. Cuando salió del pomposo trance me lo explicó en lenguaje común, que si entendí pero seguía sin comprender. Ahora el trance lo tenía yo y cuando me despedí cortésmente de la supuesta pitonisa y del zapoestatua como era obligación, tenía más dudas que al principio.
Al salir a la calle, comprobé con cierta alegría de que al menos al tiempo nadie lo manipula… todavía. La noche seguía avanzando, las personas y los autos bajaban un cambio, la ciudad entera se preparaba para el sueño como niño al que le apagaron la luz, y las alocadas soluciones de la médium danzaban en mi cabeza como indios alrededor del fuego. No se trataba de que yo fuera el rey de los pragmáticos ni el mas devoto de los religiosos pero …robarle a mi ex novia una ropa íntima, untarla con jalea de arándanos y arrojarla sin mirar donde corre agua, para hacer que regrese, me pareció exagerado; cortar la cola de una víbora, atarla con una cinta negra sin usar a tres plumas arrancadas a un ave viva y depositarla en el despacho de mi ex jefe, para recuperar el trabajo, mas que exagerado, demencial. Y la lista de encargos seguía, porque las contrariedades a revertir eran muchas.
El bocinazo del taxista sonó en la tranquila noche como una sirena en tiempos de guerra, pero alcanzó para advertirme del peligro y agregar otra solución a la macabra lista, pero esta sí ejecutable. Pegada en el vidrio trasero del auto que se alejaba, alcancé a ver una calcomanía con un mensaje de esos que nadie sabe su autoría:
“Saldremos Adelante…Aunque Sea Trabajando”.