A las puertas de la consecuencia - por Darkristal

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Decidió visitar a la bruja.
No tenía opción, las cosas se estaban poniendo cada vez más raras debido a su influencia.

Aun recordaba como sus compañeros, los cuales tuvieron que ir ante su presencia debido a la fama que tenían, regresaron, cambiados, traumados, como si algo realmente terrible les hubiese pasado.

Ya nada era lo mismo, sus días de andanzas habían terminado gracias a la bruja.
Todo se había tornado en silencio.
No había la algarabía que caracterizaba este a este gran salón.
¿Sería posible que con tan solo visitarla se pueda cambiar tanto?

Le preguntaba a sus amigos, pero solo lo miraban con una cara de espanto y le repetían con una sonrisa forzada:
— "Nada, no ha pasado nada".
Estaba claro que mentían.

Él era considerado el líder del grupo debido a que las decisiones que tomaba siempre ayudaban a todos, además claro está, de su capacidad de incentivar a las masas y como era de esperarse, su talento para escapar del castigo.

Una conducta así, era difícil de ignorar, por lo que no podían permitirlo más.
Su fama de astuto y evasivo lo precedía a donde llegara, y no había forma de aplicarle un castigo, con lo cual buscaron consejo.
La bruja que gobernaba estos territorios tenía la fama de ser sabia y muy astuta, además de que podía aplicar castigos que pondrían a temblar hasta a los más valientes.
Pero aun ella tuvo problemas para idear un castigo adecuado.

Decidió que no hay peor castigo que ser ignorado por los amigos, así que fue alejándolos de él, uno por uno hasta dejarlo en la soledad.

Y funcionaba.
Los días se le hacían más largos.
El silencio, más intenso.
La agonía e incertidumbre se incrementaban con tan solo ver el reloj.

Como era normal, quiso buscar una solución
Algo que traiga paz y regrese todo a la normalidad.
Pensó en tal vez causar el caos que todos disfrutaban.
Pero no funciono.
Tal vez invitarlos a algo que todos disfruten.
Pero fue ignorado.

— "Esto no es normal" — Se gritaba a sus adentros.
— "Esto no es normal y todos lo saben"
— "¿Acaso debo ser castigado solo por ser feliz?"

Se armó de valor.
No había más duda
Decidió visitar a la bruja y comenzó su largo viaje.

Tenía dudas.
¿Que le iba a pasar?.
No sabía si los que no habían regresado, habían cambiado.
Los que ahora están callados, sencillamente no contaban nada.
No sabía a lo que se enfrentaba.
Pero era un riesgo necesario.
Tenia que salvar a sus amigos.

Luego de su largo viaje, plagado de más preguntas que dé respuestas, llego donde se establecía la bruja y entró en su despacho.
Con una mirada aguda y una astuta sonrisa, le dijo:
"Buenos días Señora directora, tenemos que hablar…"