Parálisis emocional - por Felinemanu

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Poco a poco fui abriendo los ojos, oscuridad total, la mirada volcada en el vacío…
Sin embargo las voces sonaban cerca, como si estuvieran allí mismo.
No veía nada…ni un ápice de luz…
Intentaba mantener la cordura pensando, usando el cerebro, aunque mi pensamiento era un remolino de ideas sin ningún sentido.
Lo peor, lo más alarmante, era que cada músculo, cada terminación nerviosa de mi cuerpo habían desaparecido… no respondían.
En un desesperado intento por llamar la atención de las personas cuyas voces oía, grité con todo el poder de mi alma, pero nada…ni un gemido, eso era todo lo que podía hacer…desgarrarme el alma sin resultado.
Me calmé haciendo caso al capítulo que explicaba lo que se debe hacer en caso de "situaciones extremas" de un libro que descubrí por casualidad en la biblioteca meses atrás.
“En caso de peligro inminente, lo más inteligente es calmarse, respirar y sopesar la situación"
Siguiendo el consejo del autor, comencé a repasar mentalmente lo que sabía hasta entonces.
No tenía demasiada información, la verdad, pero si entendía que estaba total y literalmente paralizado, que me encontraba dentro de algún tipo de cubículo forrado de seda en su interior y que cerca, muy cerca de mí, algunas personas que tal vez tenían algo que ver con aquella locura, conversaban en un tono de voz característico, como susurrando.
De repente una de las conversaciones del exterior se volvió más audible;
– "… pues mire, yo no puedo decir mucho por falta de información, pero he oído que llevaba varios días enfermo, que los médicos no pudieron hacer nada porque tenía una de esas enfermedades raras que te dejan paralizado y que no tienen cura…" –

Entonces lo vi claro y rompí a gritar, a golpear las paredes de aquella prisión con pies y manos… era inútil, todo aquel esfuerzo solo se daba en mi mente, seguía paralizado, y lo más aterrador era que ahora sabía lo que estaba pasando… estaba a punto de ser enterrado vivo.
De repente un miedo atroz se apodero de mi espíritu, me movía, o dicho de otra forma, me movían. Consciente de la imposibilidad de emitir cualquier sonido o de pronunciar una sola palabra, me dispuse a hacer lo que estimé mi última esperanza…rezar la única oración que recordaba; padre nuestro, que estas en los cielos…
Pero las palabras se fueron desvaneciendo para dar paso a la realidad; Manu… Manu cariño… estas soñando…despierta, solo es un mal sueño, solo eso, tranquilo, estoy aquí.