Caminos Reformados - por Daniela

Caminos Reformados
Si hace algún tiempo me hubieran preguntado que es lo que yo más querría para mi vida, ¿Cómo lo haría?, ¿quien me ayudaría?, ¿Tengo la fuerza, pasión y ganas para lograrlo? (sobre todo lo último) hubiera respondido que no me interesan las ganas ni la pasión. Para muchas personas lo que he dicho es ilógico, ya que se supone que lo que más se debe tener es pasión por lo que uno va a realizar sin embargo, a veces la vida te pone en situaciones en las cuales no se puede elegir.
Yo estaba tranquilamente sentada frente al computador cuando de repente me caí, al despertarme estaba en una cama de hospital, cuando el doctor entro en mi habitación dijo:
—Buenas Tardes, Señorita Gabriela
—Buenas Tardes, Doctor dije para sí
—A medida que hablaba su rostro mostraba pena y compasión hacia mí, yo mientras tanto intentaba asimilar lo que acababa de decir. Así fue como me entere que había quedado cuadripléjica; mis posibilidades de una vida semi- independiente eran mínimas, probablemente tendría problemas de incontinencia, respiratorios, infecciones entre muchos otros…—Pero no se preocupe todavía no estamos seguros de las repercusiones que tendrá a largo plazo, hay que realizarle nuevos exámenes para confirmarlo. Ya les hemos avisado a sus familiares su estado de salud actual.

Dos meses después mi hermana estaba conmigo ayudándome en la rehabilitación pero como se lo habían explicado los médicos eran muy pocas las posibilidades de que yo volviera a caminar y mover mi cuerpo normalmente, incluso luego de las pruebas que me realizaron dijeron que no podría volver a hablar, la caída había sido tan fuerte que alcance a golpearme en la mandíbula. Mi hermana me dijo:

-No te desanimes Gaby, si le pones más fe y ganas podrás avanzar y lograr aprender a hablar y moverte de nuevo, no perfectamente lo sé pero con el tiempo lo harás.

Yo veía en mi hermana un entusiasmo y optimismo hacia lo me pasaría en el futuro que me preocupaba como reaccionaria si al final de mi rehabilitación no había tan buenos resultados como ella esperaba.
Cuando por fin salí del hospital no tenía idea de lo difícil que sería de ahora en adelante mi vida personal y profesional, de las adaptaciones que tendría que hacer en mi apartamento… en definitiva TODO ME TOMO DE SORPRESA. Al pasar las semanas caía más en cuenta de cómo sería mi vida, tanto que deje de intentar hacer cosas que ya no podía hacer por mí misma, mi novio en ese entonces Gonzalo al principio intento ayudarme en todo y hacerme la vida lo más normal posible pero al final se dio cuenta que yo no era la misma de antes y nunca lo iba a ser
Un día me dijo:
—Gaby desde hace varios días he querido hablar contigo sobre nuestra relación pero no he encontrado el momento para decirte lo que siento, creo que ahora lo es
—Me miro fijamente y continúo—.Sé que tu situación no es la mejor y que es muy cruel de mi parte que yo te diga esto pero aunque sea muy duro lo sabrás en algún momento así que antes de que eso pase te lo diré yo, quiero terminar nuestra relación.
—Te quiero pero como tu sabes no estoy preparado para asumir esta responsabilidad para toda la vida, cuando me entere del diagnostico no lo creía, pensaba que con el tiempo podrías mejorar y todo volvería a ser como antes sin embargo, ahora me doy cuenta que no será así

Cuando se pierde algo preciado, algo mejor nos regalará la vida como dice el refrán de Miguel de Cervantes Saavedra “Donde una puerta se cierra, otra se abre.” Desde ese día me hice el propósito de vivir feliz y agradecida cada minuto del día sin importar como este mí alrededor y hacer lo que me apasiona ESCRIBIR.

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