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Una vez es casualidad - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

Santiago no salía de su asombro.

Por trece años había disfrutado de fama como escritor de suspenso. Ocho novelas entre las más vendidas del género y tres adaptaciones al cine lo confirmaban como una estrella. Su última composición, “El Candado de la Luz”, se acababa de posicionar como la tercer novela más vendida en Latinoamérica.

Hombre sensato y sencillo, decidió celebrar solo con su familia en el restaurante favorito de su hija Erika. Siempre se había preciado de no ser una persona supersticiosa. Ya bastantes investigaciones había hecho como para saber que éstas eran un mito, sin embargo no pudo evitar santiguarse al ver pasar el gato negro antes de entrar.

Siempre habían sido fanáticos de la comida mexicana, en especial las tostadas con salsa; estiró la mano para tomar el salero pero una mirada reprobadora de su esposa lo hizo dudar. En ese instante el salero se le cayó y desparramó la sal sobre la mesa.

—Buena la hiciste papá, ¡vas a derramar muchas lágrimas!

—No molestes a tu papá. El doctor le tiene prohibida la sal.

Santiago seguía molesto, primero el gato, luego la sal; una vez es casualidad, dos ya era coincidencia.

La cena siguió sin grandes contratiempos hasta el momento que el mesero le informó que su tarjeta había sido rechazada.

—Inténtelo de nuevo por favor— sugirió.

Después de un nuevo intento el mesero regresó a la mesa con unas tijeras en la mano.

—Lo siento señor, pero la tarjeta fue declinada otra vez y el banco me pide que la corte.

Sin más preámbulo agarró las tijeras y empezó a cortar. Santiago sintió rabia y le tiró un manotazo para evitar que la cortara pero en ese instante el mesero, sorprendido, dejó caer las tijeras al suelo.

Santiago vio con terror como las tijeras caían apuntándole a él.

Se puso de pie al instante, sacó su cartera y aventó unos billetes en la mesa. Subieron al auto, María esperaba en silencio el momento oportuno de preguntarle que es lo que le pasaba, pero Santiago iba manejando como un loco.

—Papá, ten cuidado con el señor de la bicicleta.

Escuchó a su hija decir al tiempo que sentía el impacto. Frenó inmediatamente y se bajó a prestar auxilio al ciclista que había golpeado, afortunadamente el hombre estaba bien.

—Le pagaré los gastos de la reparación de su bicicleta.

Dijo mientras sacaba su cartera, pero el hombre de aspecto gitano le respondió que no había problema, que sólo le había roto el espejo retrovisor.

Subió al auto sintiendo fuertes escalofríos, le faltaba el aire. Se desanudó la corbata pero no conseguía sentirse mejor.

—¿Se puede saber qué te pasa?— le preguntó su mujer.

—Debo de estar volviéndome loco— dijo a modo de explicación -, primero se me atravesó un gato negro, después tiré la sal en la comida, las tijeras cayeron al suelo apuntándome a mí y, como si fuera poco, le quebré el espejo retrovisor al gitano; tu sabes que no soy supersticioso pero algo no está bien.

—Tranquilo papá— dijo Erika— siempre pasan cosas extrañas en días como hoy.

Santiago se quedó mirando a su hija con curiosidad.

—¿A qué te refieres linda?

—Pues a que es viernes 13 papá, día de la mala suerte.

Santiago encendió el auto al mismo tiempo que se disculpaba una vez mas con el hombre, éste le respondió en un lenguaje que no entendió, pero su esposa sí. Soltó un pequeño grito a la vez que bajaba el vidrio y escupía al suelo.

—¡Vámonos de aquí!— gritó

—¿Qué pasa María? ¿Qué dijo el gitano?

—¡Te deseó la muerte!

Santiago soltó una carcajada, aquello ya era una broma macabra ¿qué seguía? ¿Dónde paraba? Todos sus libros tenían momentos como éste y él se preciaba de saber manejar el miedo que las situaciones irracionales hacían sentir a sus personajes, pero esto no era una novela. ¡Esto era la vida real!

Al retomar la avenida aceleró para alejarse lo más pronto posible de ese lugar. Vio las luces demasiado tarde y chocó de frente con un camión transportista. Escuchó los gritos de terror de su esposa, su hija y el que salía de su propia garganta.

**********
—Santiago ¿qué te pasa?—

Abrió los ojos y estaban en el restaurante. Tenía el salero en la mano, cuidadosamente lo depositó en la mesa. Al llegar la cuenta pagó con efectivo y al salir les propuso una caminata por el parque.

—Una vez es casualidad. Ya tenía el tema de su próxima novela.

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8 comentarios

  1. 1. Moona dice:

    Genial tu relato. Lo acabo de leer de tirón. Muy bien escrito, con todos los elementos requeridos para la escena y muy ágil de leer. Por un momento, antes de aventurarme a leer, cuando vi los asteriscos pensé en un final predecible, y que o sería un sueño o estarían en el más allá, pero me gustó la solución que adoptaste 🙂

    Escrito el 29 diciembre 2013 a las 01:47
  2. 2. Martina dice:

    Me ha gustado tu trabajo, sin embargo, encuentro los diálogos poco realistas. nadie dice: …pero la tarjeta fue declinada otra vez… Y otras expresiones que no me encajan en un lenguaje realista.
    Por lo demás, bien.
    Enhorabuena por el ejercicio.
    P.D. gracias por tu comentario en mi relato.

    Escrito el 29 diciembre 2013 a las 09:26
  3. 3. Matilda Wormwood dice:

    ¡Me ha gustado mucho! Tenías toda la razón en tu comentario a mi texto, podrían ser primos hermanos. Hemos utilizado muchos elementos comunes y un hilo muy similar.

    La verdad es que con el tema propuesto sólo se me ocurre algo así, con un toque de humor. Tu estilo es muy pulcro pero directo y el final le da la vuelta a todo, me ha gustado ese giro, es original.

    Un saludo y muchas gracias por tu comentario, seguiremos comentándonos.

    Escrito el 29 diciembre 2013 a las 16:02
  4. 4. José Torma dice:

    Muchas gracias por sus palabras y anoto todas las sugerencias.

    Saludos

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 18:28
  5. 5. lunaclara dice:

    Muy chulo! Me encantó ese giro final. Felicidades!

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 21:31
  6. 6. Marier dice:

    José, me ha gustado mucho tu relato por lo claro, sencillo y con un rico vocabulario bien ordenado. Sabes crear el clima de suspenso que hizo que lo leyera de un tirón. El giro final es perfecto!
    Felicitaciones!

    Escrito el 2 enero 2014 a las 18:28
  7. 7. José Torma dice:

    Gracias por sus comentarios. Ahora a pensar en la nueva escena.

    Escrito el 3 enero 2014 a las 00:06
  8. 8. Osvaldo Mario Vela Sáenz dice:

    Que puedo decir José Torma: filigrana escenica. Felicidades.

    Escrito el 6 abril 2014 a las 05:25

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