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EL MAL RECORRE EL MERIDIANO - por NHICAP

Hoy me entero de que la ciudad sueca de Malmoe tiene una fatídica coordenada geográfica. Su longitud es: 13°(grados) 0'(minutos) E(este). Es decir, se encuentra justamente sobre el meridiano trece, algo que resulta irrelevante para una profesora de música. Eso pienso, pero……..

Anders Pattersson, además de ingeniero y escritor, es un ser supersticioso que aprendió a respirar en esa ciudad del sur de Suecia. Suele decir, "mis ancestros fueron unos estúpidos levantando hace mil años una población a 16 km. de la costa danesa y ¡encima del meridiano numerado con el trece!". Obviamente, sus antepasados desconocían que por Malmoe pasaría un futuro meridiano con el ¡aciago número trece!, de mal agüero y origen de nefastas supersticiones en Escandinavia. Según Anders un maleficio debió afectar a Malmoe pues sus pobladores dedicaron seis siglos a darse mamporros con los daneses; eran súbditos suecos o daneses según el vencedor en la guerra de turno.

Nos encontramos en el sombrío y desordenado apartamento que Anders heredó recientemente en Salzburgo, donde ahora se refugia cuando comienza a escribir un libro o si necesita reflexionar sobre cualquier disciplina que le preocupe. Anders es una persona culta, pero irascible y de carácter voluble, que acepta mal escuchar opiniones contrarias a sus teorías. Siempre que viene a Salzburgo me llama para intercambiar pareceres y contrastar sus puntos de vista conmigo.

—Ya ves Greta Pettersson, aunque el interés para mi próximo libro se centra en la influencia del azar en nuestras vidas, también investigo el influjo de las supersticiones y premoniciones en la historia de los pueblos —dice Anders mientras prepara unos cafés—. ¿Cómo explicas los desgraciados acontecimientos soportados por grandes ciudades que se encuentran sobre el meridiano trece? —lanza la pregunta sin mirarme.
—¿Y cuáles son esas ciudades?
—Aunque no me refería a ella, Salzburgo también está localizada en el trazado del inquietante meridiano trece!. Igual que Malmoe ¿Es solo una coincidencia que naciéramos en ambas ciudades?.
—Entiendo que es una casualidad. Pero, ¿a quién le importa la longitud geográfica de su lugar de nacimiento? ¡No exageres Anders!.
—Pues a mí me inquieta…. y me molesta que a ti no te importe —Anders me atravesó con su profunda mirada—. Ayer logré abrir el candado del baúl de nuestro padre y encontré este documento. Cita a tres capitales situadas bajo el influjo del meridiano donde sus gentes padecieron dolorosos episodios por la perversa influencia del número trece. Hablo de Berlín (13,3° E); Roma(12,6° E) y Trípoli (13,2° E)
—Es una curiosa sincronía que esas maravillosas ciudades se encuentren en el ámbito del mismo meridiano —contesto sorprendida.
—Los historiadores son injustos con sus gobernantes de entonces, Hitler, Mussolini y Gadafi, que se vieron obligados a corregir con dureza actitudes opuestas a la pureza de la raza, a la voluntad divina, …………..
—¡No digas barbaridades Anders! —interrumpo llevándome las manos a la cabeza—. ¿Cómo justificas a esa gentuza? Fueron unos desalmados dictadores capaces de matar a niños. Además eran supersticiosos y temerosos de las profecías que predecían su caída.
—Los representantes de Alemania e Italia en la Conferencia Internacional del Primer Meridiano, de 1884, pudieron proponer eliminar el meridiano trece o denominarlo doce bis que es mas aséptico —grita Anders, indignado por mis palabras—. ¡Ellos fueron los culpables!, no los futuros gobernantes, pues consintieron que sobre las capitales de sus estados planease el infortunio del número trece.
—¡Menuda tropa sois los supersticiosos! ¿Crees que esa solución hubiese alterado el futuro? Los responsables fueron aquellos tiranos guiados por sus obsesivas convicciones. ¡Estas loco Anders! —chillo y tiro mi taza de café sobre la mesa.

Soy cinco años menor que Anders, descendemos del mismo padre pero no compartimos la madre. Nos conocimos aquí en Salzburgo por voluntad de nuestro padre, un sueco, seductor y vividor, de ideología liberal. Sin embargo fue intransigente con Anders durante su adolescencia y contrario a sus teorías respecto a que las supersticiones y premoniciones son congénitas a la condición humana. Ideas que yo tampoco comparto y son motivo de mis frecuentes desencuentros con Anders.

Se hace tarde y Anders se levanta a traer mi abrigo que había dejado en su habitación. Mi innata curiosidad me hace fisgonear el correo de su IPad. Leo el enviado hace dos minutos al "Guardián de las ancestrales tradiciones escandinavas", con este escalofriante mensaje: "Hoy acabaré con Greta, me odia y tampoco aprueba mis creencias".

¡Dios mío! Un sentimiento de terror invade mi cuerpo mientras recuerdo el extraño fallecimiento de nuestro padre hace ocho meses.

Angustiada, salgo corriendo del apartamento.

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4 comentarios

  1. 1. Emmeline Punkhurst dice:

    Muy bueno

    Escrito el 28 diciembre 2013 a las 18:04
  2. 2. Emyl Bohin dice:

    Hola.
    Que fuerte, que fuerte.
    El mes pasado me comentabas que debía leer el microrrelato de Rosa, porque decías que :”Es curioso pues habéis tenido la misma idea.”
    Bien, pues este mes, que casualidad, tu y yo hemos colocado nuestra historia en Suecia. ¿Será coincidencia? o tal vez…
    En el relato destacaría el narrador en primera persona narrando en presente, es difícil y poco visto. Me ha gustado.
    La frase “Anders me atravesó con su profunda mirada” se ha quedado en pasado. Creo que tal vez quede mejor con “Anders me atraviesa…”
    Y el final reconozco que no me lo esperaba. Me ha sorprendido.
    Saludos.

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 15:16
  3. 3. lunaclara dice:

    Hola! Oye, esas teorias del hermanastro darían para mucho mas. Me he quedado con ganas de seguir leyendo. Felicidades!

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 21:21
  4. 4. Servio Flores dice:

    muy bueno, se lee de tirón y es bastante fuerte. me ha gustado mucho.
    el final mientras se lee es inimagible.
    que cuentazo, Felicidades!

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 21:22

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