Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

EL VECINO - por Marta

EL VECINO

La mujer quedó pálida cuando el gato del vecino se cruzó por entre sus piernas.
Ella odiaba al escritor, a su mascota y a los gatos en general.
Sin duda su carácter distaba mucho de la simpatía y don de gente, por el contrario cuanto más solitaria su vida, mejor.
La evolución y el progreso habían dado como resultado que en pocos años su casa, otrora aislada en medio de la nada, quedara rodeada por otras viviendas, unas mejores y otras no tanto.
Luego del desagradable encuentro se volvió protestando hacia su hogar y entró procediendo a poner candado a la puerta principal. Esa era su manera infantil y ridícula de protegerse de los malos espíritus que seguramente comenzarían a rondar por allí tras su cruce con el felino negro.
Había nacido en una época en la que todo lo relacionado con las desgracias y malos ratos se atribuía con liviandad a fuerzas extrañas, maldiciones y conjuros. Lo curioso consistía en que su actividad secreta y bien resguardada era la brujería. Semejante trabajo no se conciliaba para nada con el hecho de la superstición para ella misma. Eso debía dejarlo para los vecinos quienes la evitaban hasta el punto de cruzarse de vereda ante el encuentro inminente. Ella disfrutaba de ese relativo poder que le otorgaban las murmuraciones y los chismes. Era sin duda una persona rara.
El único que no parecía temerle, e incluso buscaba encontrarse con ella para establecer alguna conversación, era el escritor. Ese hombre la irritaba siempre y tenía la sospecha de que la estudiaba como se visualiza con una lupa a los insectos que serán montados en un muestrario.teme
En ella anidaba un sentimiento ambivalente hacia aquel sujeto. Dudaba entre el temor o la atracción y como no tenía amistades en quien confiar, su recelo se intensificaba con el correr del tiempo.
En su vivienda poseía una colección de libros de magia. Eran la única herencia de su abuela materna, de quien guardaba buenos recuerdos ya que la había cuidado desde muy pequeña. De sus padres no recordaba nada y no tenía datos de algún pariente a quien buscar.
Según lo aprendido en esos libros sólo podía practicar las recetas determinados días del mes. Buena alumna y autodidacta cumplía a rajatabla las indicaciones del texto.
Hacía sus prácticas generalmente de noche, cuando la luna dejaba de brillar. Nunca se atrevió a usar humanos en los conjuros así que sus víctimas eran algunos que otros perros callejeros, una gallina extraviada o los pájaros encontrados fuera de su nido tras alguna tormenta.
Los resultados de sus trabajos nunca habían quedado claros. La mujer analizaba con ojo crítico cada situación pero nunca llegaba a la total conformidad. Era muy estricta y no admitía nada que no fuese perfecto. Tras encerrarse corrió hacia la biblioteca y buscó entre sus libros uno que le ayudara en situación tan desagradable. El efecto de sus temores más ancestrales comenzaba a evidenciarse. Tenía las manos sudorosas, le temblaba el pulso y la vista se le nublaba haciendo más difícil la tarea propuesta.
Finalmente, en la página trece, tal como lo establecía el índice, dio con una receta que pondría a salvo su integridad física y mental. Leyó con avidez:
“En caso de conocerse al dueño del maléfico animal deberá entablar amistad con el mismo, para neutralizar los efectos dañinos desencadenados en el momento del cruce”.
Leyó varias veces la fórmula porque no podía convencerse de que fuera tan fácil y tan difícil al mismo tiempo.
Esa noche pasó varias horas mirando fijo el techo de su cuarto mientras repetía de memoria las palabras de la fórmula.
En la casa de al lado, el hombre acariciaba agradecido a su fiel amigo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

Todavía no hay comentarios en este texto. Anímate y deja el tuyo!

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.