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Treinta segundos después - por Anita

El autor/a de este texto es menor de edad

Era una noche muy fría, todo alrededor de la casa estaba apagado, venteaba, tan fuerte que por las cerraduras de las ventanas se escuchaba un fuerte chillido. Él estaba recostado en su cama con la cobija tapando su cabeza, tenía miedo, sentía que esa noche,viernes trece pasaría algo fatal; pasaban los segundos click clock click clock y él sentía cada vez más angustia, más pánico, mientras recordaba a su padre, un escritor que se dedicó a la creación de cuentos de terror; todo tipo de historias contadas por padre rondaban una y otra vez por su cabeza y su percepción de las cosas que estaban a su alrededor se hacía más aguda; percibió como poco a poco se le iban inmovilizando los músculos del cuerpo y trató de no pensar en ello durante algunos minutos, respiró, procuró concentrarse en el calor infernal que tenía por la cobija que no dejaba pasar el aire y pensó que esa era la causa de su horror irracional; pero, de repente su reloj de nochero comenzó a sonar, avisando las doce en punto, inmediatamente todo dentro de él se estremeció, quiso no pensar en ello, pero no podía dejar de hacerlo, cerró los ojos, el reloj dejó de sonar. Treinta segundos después de aquel suceso el candado de la puerta de su alcoba emitió un sonido de forcejeo, Alguien intentaba entrar; él no aguantó más, dos lagrimas por su rostro se empezaron a deslizar, intentó omitir cualquier sonido y lo logró, ahora pensaba en qué sería lo que podría hacer si aquello que intentaba entrar en su alcoba lo conseguía, "correr.." fue lo único que vino a su mente, destapó sus ojos para tener una visión directa hacia la puerta, los enfocó en la cerradura de aquella e inesperadamente vió, como en cámara lenta el candado había desistido y la manilla de la puerta empezaba a girar pausadamente para abrirse; él, anonadado, con los ojos muy abiertos, presenció, como de la puerta entreabierta salía su madre, con el vestido lleno de sangre, que se acercaba a él, finalmente llegó a su oído, él no lo podía creer e inesperadamente escuchó un susurro muy suave que provenía de ella, y decía: "..Este era el viernes trece que te merecías…Te amo" Se levantó ella y caminando despaciosamente se alejó, cerró la puerta; Él impactado por lo que vió permaneció así durante unas horas, desconectado, completamente aparte del mundo real, sin darse cuenta se quedó dormido.
Despertó temprano en la mañana, recordó lo que había sucedido a medianoche y salió corriendo en busca de su madre, abrió la puerta, caminó por el pasillo, bajo las escaleras, buscó y buscó pero no había ningún ser allí; se dirigió a la puerta para ver si las llaves de la casa y el auto se encontraban y ahí estaban, dio un respiro profundo y bajo la mirada…palideció; en el tapete de la puerta de entrada pudo observar, el metálico y fino filo de un cuchillo untado de espesa sangre, y junto a él una nota arrugada y maltratada que decía: Io vengo per te, siamo solo una carne e un essere… ricordare il tuo presente, e ben presto che non sarà parte di esso. (Vengo por ti , por que somos solo una carne y un ser. . recuerda tu presente, por que ya pronto no serás parte de él.)

FIN.

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