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Una más entre tantos... - por Sk...

El autor/a de este texto es menor de edad

Erase de un niña, era pequeña, de ojos claros, piel oscura y cabello castaño; siempre andaba con una sonrisa, jugando en los parques, no era de las de tener muchos amigos, pero los que tenía eran como sus hermanos, era hija única, tenía un gato de mascota, se llamaba Punki, para ellos todo era felicidad hasta que esta creció…
Cuando esta niña cumplió sus 13 años empezó a tener varios inconvenientes, en todo le iba mal, clases: malas notas, familia: divorcio, amigos: antisocial, y todo agarro un giro oscuro en su vida, ella no hallaba la respuesta de que le había causado estos inconvenientes, pensó que seria el destino, quizás su Karma, así que lo dejo pasar, hasta el día en que Punki murió.
Lloro hasta mas no poder y busco una respuesta a todo, juro que ese día ella haría todo lo posible por no volver a caer en tantas cosas malas y aseguro guiar su vida por el bien. Trato de buscar la respuesta en la religión, en si misma, pero solo conseguía tener mas dudas hasta que un día se entero de los objetos, objetos supersticiosos que pueden cambiar tu manera de pensar, sabia que iba a ser un riesgo por que sin ellos no seria nada, pero lo intento, no perdía nada, o eso creía
Empezó a coleccionar herraduras, tréboles de cuatro hojas, patas de conejo y una extraña obsesión por coleccionar candados que duró hasta los 17 años, sus poquitos amigos la consideraron loca, y sus padres trataron de asimilarla, en realidad ellos quería que buscara una carrera, se casara y continuara su vida, mas de una vez le insistieron en ser maestra, doctora, escritora, pero ella no los escuchaba solo pensaba en su gato y en que tenia que seguir “el camino del bien”, siendo este lo que ella consideraba como bien.
Cada año fue empeorando, le salió un tic nervioso, cada vez que pasaba frente un espejo o veía a lo lejos una escalera salía corriendo y gritaba por todo el lugar, y si veía un gato solo lo lloraba, era la única superstición que ignoraba.
Fue agravándose y al cumplir los 24 años ya vivía encerrada en su casa con temor a salir de su habitación, arrinconada en una esquina pensando en que había desperdiciado su vida, pero una parte dentro de si le decía que solo era idea de ella que iba por el camino correcto y que solo con unos cuantos tréboles mas todo mejoraría.
Lo que su vida empezó con una simple muerte de su mascota se convirtió en un una tragedia que solo ella entendía. A los pocos meses sus padres llegaron a la conclusión de que lo mejor era internarla, ya que lo único bueno que hacia por el mundo era dar dióxido de carbono.
A los pocos día de ser internada, ella empezó a enloquecer, mas de lo que estaba, en todos lados solo veía recuerdo de cuando su vida tomo un giro oscuro, cuando todo empeoro, y la única salida que le quedaba en este horrible mundo era terminar con su vida.
Los enfermeros oyeron esto, así que la mantuvieron atada a ella a una cama, hasta que su cuerpo no aguanto y murió de un ataque cardíaco, por susto y paranoia de el mundo exterior.
Y ésta es la historia de una simple chica, no muy importante, su muerte no causo gran impacto, solo era una persona más, desconocemos su nombre, solo sabemos los hechos que ocurrieron y que si tu sigues su camino terminaras como ella: feliz en un mundo donde solo esta ella y su gato jugando en un jardín, ella sonriendo cada vez que la miras y su gato maullando de alegría, todo es amor y sonrisas hasta que alguien muere en la pradera.

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