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Seis Palabras - por Marier

Silvia se largó el martes trece. La acompañé hasta el taxi que la llevaría al aeropuerto y antes de abordarlo me susurró al oído: "lo mejor es que te mueras". Airado y efervescente entré a la casa y por la fuerza con que cerré la puerta rompí el espejo de la entrada. Eramos muchos y parió la abuela, pensé.
Dias atrás le confesé a Silvia que había invertido algunos dólares de los que habíamos ahorrado durante18 años para nuestro fondo de retiro. En ese "negociaso" perdí lo invertido y gané considerables deudas. Después de mi confesión, petición de perdón (lágrimas incluidas) y propósito de enmienda Silvia me pidió el divorcio y viajó a Florida a visitar a nuestra hija y nietas.

Sobre la mesa de la biblioteca coloqué una bandeja con un par de huevos cocidos, sal, pimienta y té. Balú es mi única compañía. El vino libado me ayuda a olvidar el miedo a perder a Silvia y me permite caer en los brazos de la musa literaria que coqueta conmigo desde ayer.

"Llueve fuerte. Los pinos se mueven desordenados por las corrientes de aire que sin piedad los castigan y de vez en cuando un rayo ilumina la noche oscura."
Perfecto ambiente para que actúe el asesino de mi novela.

Balú ladra enfurecido cuando ve pasar por la ventana un gato negro. Me asusto de tal manera que tropiezo el salero y el pimientero. Miro con horror la sal derramada y me apresuro a agarrarla con dos dedos de mi mano derecha y echarla, por pizcas, por sobre mi hombro izquierdo. Desde pequeño he sido supersticioso, gracias a mi madre, y me parecen pavosos, los gatos negros, los espejos rotos, los cuadros torcidos, dejar las tijeras abiertas, el número trece, poner un sombrero sobre la cama y una buena cantidad de cosas por el estilo.

"El escritor no podía concentrarse en su novela. Estaba inquieto, se levantó de su butaca y echó llave al candado de la puerta de la cabaña….."

Doy cuenta de la cena y, con mucha calma, saboreo el Rutini, Malbec 2008. Me encanta esta sinfonía de Mahler, es profunda y desgarradora.
Aunque Silvia me dijo que ya no podía confiar en mi, voy a pedirle una oportunidad, me esforzaré, voy a publicar este año la serie completa de las novelas y repondré parte del dinero perdido.

"…un par de horas después oyó un ruido metálico, agudizó el oído y percibió el movimiento de la llave dentro del candado. No se le ocurría quien podría estar entrando a esa hora y bajo aquella tempestad. Se acercó a la puerta, y se mantuvo muy quieto tratando de escuchar algún ruido que le diera una pista de lo que sucedía del otro lado de la puerta. Recorrió la biblioteca con la mirada tratando de localizar algo que le sirviera para defenderse. Se aferró a las tijeras"

Siempre he sabido que ojo para los negocios no tengo. ¿Cómo pude dejarme convencer por mis amigotes? , como ella les dice. Y peor aún ¿por qué no lo consulté con ella, co-dueña de los ahorros?
Relleno mi copa con el jugo de las uvas. Me recuesto un poco y pienso en Mahler.
El gato negro me observa con sus redondos ojos amarillos. El perro esta vez no lo ha visto.
Me incorporo y retomo la escritura:

"……Se agachó y asomó el ojo por la cerradura y vio pasar aquella horrorosa masa que cambiaría su vida para siempre……"

Siento una presión en el hombro izquierdo y la mandíbula. Tengo las manos dormidas, la visión nublada, sudo y tengo nauseas. Pienso que el espejo roto, el gato negro y la sal derramada me han traído mala suerte. Siento que mi corazón late descompasado. Me cuesta respirar.

Es domingo. Las chicas se disponen a llevar a la Abu al aeropuerto. Han pasado días muy agradables, solo féminas y ahora es tiempo de regresar a casa en Montreal.
Suena el teléfono, -Madre, te solicitan.
Una voz le informa que encontraron el cuerpo de su esposo sin vida, en la biblioteca. No hay señales de agresión, ni robo. Los paramédicos dicen que ha sido un infarto al miocardio, pero esto ha de ser confirmado por el forense en las próximas horas.

En Montreal, Silvia enterró las cenizas de Carlos en el jardín, cobró el seguro de vida, vendió la casa y con lo que le quedó después de pagar las deudas completó el fondo de retiro. Ahora vive en Florida.

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