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Supersticiones pop - por Simon Wallace

Web: http://www.ismaeln.es/blog

Le conoció cuando era un escritor de medio pelo. Vivía en una habitación con una sola ventana minúscula. Por eso él siempre escribía en la calle, bueno, y porque no tenía monedas para pagarse los cafés y ocupar un asiento todo el día en cualquier bar moderno del barrio más moderno de la ciudad.

Nuria lo veía cada día de camino al museo donde trabajaba. Siempre estaba sentado en una posición incómoda, inclinado sobre la máquina de escribir, dejando que su gafas resbalaran hasta la punta de su nariz. Su concentración era asombrosa: ni el pelo tapándole los ojos, ni el frío del invierno, ni las moscas de verano… nada hacia separar su vista del papel.

Siempre le observaba con curiosidad, nunca se atrevía a acercarse. Pero un día, Nuria se levantó con una sensación extraña. Como si el mundo se fuera a acabar, como si todas las últimas oportunidades fueran a ocurrir ese día, Nuria decidió actuar. Se dio cuenta de que tenía que hacer algo mientras seleccionaba fotos para el catálogo de la próxima exposición en el museo: Warhol les invadía y adornaban la muestra con algunos imitadores pseudo modernos contemporáneos. Entre los cuadros, uno le llamó particularmente la atención. La obra llevaba por título “fusión 2.0”. Era un díptico al estilo “Marilyn” de Warhol, pero con una máquina escribir.

Nuria desconocía el motivo, pero la imagen le produjo una gran desazón. Hastío. Puede que incluso un poco de asco.

Con esa visión recorriendo su mente, fue a por un café, salió a la calle y vio al escritor y se acercó:

– ¿No tienes frío? Vas a pillar algo. ¿Por qué escribes en la calle?

Él siguió tecleando.

Al lado de la máquina había un candado rojo y desgastado. Nuria fue a recogerlo. El chico dejó de escribir y la detuvo con la mano. Fue la primera vez que sus pieles se tocaron. Fue la última.

– Déjalo ahí – dijo él.

– ¿Por qué?

El escritor le soltó la mano:

– Porque da buena suerte – sentenció mientras volvía a teclear.

Nuria se encogió de hombros, dejó el café en suelo y se marchó reflexionando. Ella no creía en la suerte, las ideas supersticiosas le parecían absurdas.

Sin embargo, seguía notando algo extraño. Y al volver a las fotos del catálogo se dio cuenta: todo ese arte moderno le hacía sentirse mal No solo era el arte moderno, era más bien la vertiente popular y masificada de ese arte. Podía regodearse en cualquier pieza de un novel sorprendente y abstracto, pero no era capaz de mantener la concentración ante una lata de Sopa Campbell. Y lo que era peor eso se había trasladado a todo lo mediático: la telabasura, el cine comercial, los best – sellers, la canción del verano… todo los subproductos creados para las masas, toda la cultura popular, hacían que Nuria se desconcentrara hasta límites insospechados. Nada le salía a derechas cuando esos elementos se cruzaban en su camino y, en esos momentos, no dejaban de sucederle calamidades.

Una vez vio trece minutos de un importante partido de fútbol. No aguantó más. Pero ese día le robaron el bolso. Tiempo después canturreó sin querer un conocido éxito musical. Desde entonces no volvió a ver a su gato. Y en el mismo momento que revisaba la nueva colección pop – art para el museo, la despidieron de su trabajo.

Nuria ya no sabia si era casualidad, causalidad o una maldición. Si se estaba volviendo loca o si veía fantasmas. Nuria no se sentía supersticiosa pero ya no sabía qué pensar.

Volvió a la plaza y el escritor ya no estaba. Se sentó en una posición incómoda donde él solía hacerlo. Entonces vio el candado rojo. Lo cogió extrañada, pensando en cómo habría podido haberlo abandonado a su suerte aquel joven.

Sopló viento y una hoja de periódico llegó hasta ella. El escritor salía en una foto grande, hablando de su libro, que ya era un éxito de ventas. El titular destacaba sus declaraciones, en las que decía: “Supe crearme mi suerte”.

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3 comentarios

  1. 1. Forvetor dice:

    Buen texto. Seguro que le puedes sacar más filo a la actitud de la protagonista. Te añado a mi lista de “valores seguros”, je

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 17:30
  2. 2. Servio Flores dice:

    Interesante relato no dudo que con más dessarrollo pueda establecerse una relacion más interesante entre los protagonistas. Siento que da para más.
    felicidades

    Escrito el 4 enero 2014 a las 16:22
  3. 3. Simon Wallace dice:

    ¡Muchísimas gracias a los dos por comentar! Si que es verdad que da para más, pero si no, no lo cerraba nunca y se me iba del tema 😛

    ^^

    Escrito el 15 enero 2014 a las 00:26

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