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TREZIDAVOMARTIOFOBIA - por Brillo De Luna

TREZIDAVOMARTIOFOBIA
El despertador había sonado hace treinta minutos y Jerónimo seguía sumergido en medio de un excitante sueño; de pronto, se sentó en la cama como si en lugar de huesos tuviera resortes. Se restregó sus ojos para aclararse un poco la vista, miró la hora en su reloj y observó asustado el día marcado en su calendario de pared.
—¡Maldito despertador! —exclamó airado; mientras que, apurado, intentaba desenredarse de las sábanas y ponía un pie fuera de la cama—. ¡Aaaaah! —lanzó un alarido— no puede ser, ¡me he levantado con la pierna izquierda! —refunfuñó, mientras se golpeaba repetidamente la frente con el puño.
Se vistió rápidamente con el pantalón y la camisa del día anterior; guardó en su maleta la libreta, un bolígrafo y la…
—¿Y la grabadora?, ¡Dónde rayos está! —se preguntaba, mientras revolvía los cojines del sofá y, abría y cerraba las gavetas del closet. Buscó en el baño y luego en la cocina; hasta que la encontró cerca de la chimenea.
Inmediatamente tomó su abrigo, salió del departamento y le hecho candado a la puerta; pero, al girar hacía el pasillo, su abrigo estaba atascado. Forcejeó una y otra vez para liberarlo, pero no lo consiguió.
—¡No, maldición!, si llego tarde hoy, Julio me matará… —lamentó desesperado, y decidió dejar su abrigo en la puerta.
Bajó corriendo las cincuenta y seis gradas hasta el lobby, era martes trece y no se arriesgaría a tomar el ascensor. Llegó agitado, y cuando iba a cruzar la puerta de salida, encontró al gato negro de la vecina acostado sobre la alfombra del recibidor. Jerónimo se paró a raya, miró a un lado y a otro, nadie entraba, nadie salía, miraba el reloj, el gato no se movía y el sudor comenzaba a mojar su camisa.
—Tengo diez minutos para llegar, o si no… —murmuró preocupado.
Entonces se le ocurrió la genial idea de sacarse un zapato y aventarle al gato; su plan funcionó y con un estruendoso maullido el pobre felino se marchó asustado.
Luego de colocarse el zapato, salió del edificio en dirección a la oficina. Debía llegar lo antes posible, ese día, iría a la Editorial un famoso escritor, quien les haría el honor de concederles una entrevista. Esta sería la oportunidad de demostrar sus habilidades en el periodismo.
Los minutos pasaban y no lograba conseguir que algún taxi lo llevara; decidió correr, la oficina quedaba a una cuantas calles de su casa y no podía perder más tiempo. Al doblar la siguiente esquina se encontró con que estaban pintado la fachada de la panadería, y como llevaba prisa y, por nada del mundo pasaría por debajo de la escalera, intentó esquivarla; pero una de sus agujetas desatada se atravesó y, Jerónimo terminó de bruces sobre la escalera y con una parte de la pintura derramada sobre su camisa.
—¡Maldito día, no debí levantarme de la cama! —se quejó.
Adolorido, se incorporó y trató de limpiar su camisa salpicada de azul; miró el reloj y faltaba dos minutos para las 09:00. Observó a unos cuantos pasos, una vistosa bicicleta amarilla con largo banderín rojo, sin duda debía ser de algún muchacho al que su madre mandaría a comprar pan —pensó—, así que, sin el menor reparo, la tomó y fue a toda velocidad, tratando de evitar las embestidas de los autos y haciendo caso omiso a todos los pitos e insultos que a su paso se los iba ganando.
Pese a los esfuerzos de aquella accidentada mañana, llegó cuatro minutos tarde. Trató de acomodarse el cabello, se arregló el cuello de la camisa, carraspeó otro poco y finalmente se decidió a entrar. Sentía como las miradas de los demás empleados se le clavaban en la espalda, pero siguió caminando sin regresar a ver y, finalmente llegó a la oficina de Julio.
—¿Jerónimo, que haces aquí? Se supone que debías cubrir el arribo del embajador de Irán en el aeropuerto —dijo su jefe con tono enfadado.
—¿Qué?, no Julio, vengo a entrevistar al escritor —dijo asombrado el novato periodista— ¿recuerdas?, habíamos quedado en que hoy martes…
Julio le interrumpió en el acto:
—¡Santo cielo, Jerónimo!, es lunes.

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2 comentarios

  1. jaja muy buen texto felicitaciones, 🙂

    Escrito el 30 diciembre 2013 a las 18:49
  2. 2. Brillo De Luna dice:

    Gracias Pantocrator, me alegra haberte arrancado una sonrisa.

    Escrito el 29 mayo 2014 a las 15:08

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