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Las mejores campanadas. - por Candela

El autor/a de este texto es menor de edad

Apuré el paso al escuchar las doce campanadas, pues mi marido me esperaba en el restaurant más elegante del barrio. Nunca me había invitado a comer fuera del departamento, pero con la excusa de que es para festejar el año nuevo, lo dudó varias veces y al día siguiente me invitó al Grill Strill. Debo decir que nunca nadie me había invitado alli.
Por suerte la iglesia queda a dos cuadras de mi departamento y las doce campanadas me avisaron que ya era la hora.
-Oye, ¿por que tardaste tanto?
-No lo se, pero estoy aquí… ¿o no?
Se quedó callado por un momento y luego se puso a leer el menu, que era tan largo como el diario que compra todos los dias.
-¿Tu que pediras, amor?
-No lei el menu todavia, confio en ti, pide lo que tu quieras.
-Hagamos algo, tu pides la entrada y la bebida, y yo la comida.
-Bueno… quiero rabas y un Nieto Senetiner.
-¿Solo eso? Noelia… elige lo que de verdad quieres.
-Alex ¡te he dicho que solo quiero eso!
Se levantó de la mesa se acercó a uno de los mozos y le susurra algo. Cuando se sentó nuevamente, me dijo:
-Pues si no quieres nada más, hubiesemos ido a otro restaurant.
Aprovechare esta oportunidad para decirle algo muy importante para mi.
-No pediré nada mas.
Nos quedamos charlando de cosas muy chismosas cuando de repente vino el mozo con una entrada super gigante gritando:
-¡¡¡PAARAA LAA DOOOOOS!!!
Me levante y me fui al departamento sin decirle lo que le queria decir.
El salio corriendo atras mio gritando:
-¡¡¡Noelia!!! Vuelve, debo decirte algo!!!
-Pues, lo siento…. ¡¡¡lo hubieses dicho antes!!!
Cuando llegue al departamento lo cerre con llave, para que el no pudiera entrar, pero me olvidé que se habia hecho un juego de llaves.
-¿Que me querias decir?- Dije llorando.
-Pues ahora calmate que luego te lo digo.
-¡Dimelo ahora!
-Bueno, quiero…
-Si es algo estúpido, dejalo ya, a las tres decimos los dos lo que teniamos que decir.
-Uno…
-Dos…
-Tres…
-Quiero tendremos un pebé.
-¿Que?- Dijimos a duo.
-Quiero un perro.
-Tendremos un bebe.
-¿Queeeeee?
Pues… el no se lo esperaba. ¿Un perro? ¡Quiere un perro! Hay por Dios…
Se sentó sin aire y comenzó a sollozar.
-¿Por que lloras?
-Porque con el bebe no me dejaras tener al perro.
-Pues te sorprenderas al saber que yo tambien quiero uno.
Tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón, tolón.
Y asi fueron las mejores campanadas de la noche.

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