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El pasado - por Sk

El autor/a de este texto es menor de edad

«Apuró el paso al escuchar las doce campanadas»
Es todo lo que se sobre aquel hombre, he escuchado cierto rumores de él, dicen que es un agente secreto, que iba en cubierto; yo creo que es un estafador, un ladrón que solo huye de su destino.
La historia cuenta que era un hombre de ciudad cuya familia lo abandonó por falta de dinero, él vivió en un pequeño apartamento hasta que ya no pudo pagarlo, la falta de riqueza afecto su vida, así que por razones desesperados realizo lo primero que se le ocurrió:
-¡Mi bolso, ese hombre se lo lleva!
Una de las víctimas, este hombre se convirtió en ladrón, pero eso no fue todo, mas bien, todo fue empeorando.
-¡No te lleves a mi hijo!
Decía una mujer mientras el bandido secuestraba a su pequeño.
Éste hombre empezó a agarrar fama, debido a que en la ciudad donde se localizaba no era un sitio donde frecuente el delito.
Pero su crimen más famoso fue el que marco su vida:
Una tarde lluviosa, un viernes, cuando todos cobran su quincena, se escuchó a lo lejos un grito, una mujer iba a tener un hijo, ella al notar que se le rompió la fuente, corrió a buscar un carro pero al bajar los escalones cayó al suelo, generando un aborto, las personas que estaban a su alrededor corrieron a ayudarla, dejando la calle un poco sola, se escuchó una campanada, la mujer gritó y lloró a su hijo hasta más no poder.
La calle se veía solitaria, ni un alma, hasta que un hombre salió con un abrigo negro que le ocultaba el rostro, era sospechoso, y a lo largo de su caminata sonó otra campanada.
En un pequeño café estaba sentada una familia, todos parecían alegres y hasta que un niño se levanto y salió corriendo del lugar hasta llegar al hombre con el abrigo, ellos solo se detuvieron quedando inmóviles.
-¿Quién eres tú?-Pregunto el niño con curiosidad.
El hombro no respondió, pero dejo a la vista una parte de su rostro.
-Nunca te había visto-Continuó el niño-Me llamo Manuel-sonrió y le dio la mano para saludarlo.
El hombre asintió y rechazó su mano, continuando con su camino hasta llegar a la parada, donde giró su rostro para ver si el niño se había marchado, pero seguía en el mismo lugar, esta vez siendo regañado por sus padres, el hombre hizo un gesto despectivo, reprochando al niño; en ese momento curiosamente sonó una campanada.
El hombre desapareció y sonó otra una campanada. El niño empezó a llorar y a lamentarse, sus padres se sintieron mal al respecto así que decidieron comprarle un helado. Al llegar al heladero éste le hablo con una voz tenebrosa, poco usual para el área donde trabajaba, sonó una campanada, pero la familia dejo este extraño hecho pasar…
Todo volvió a la normalidad, la calle se llenó nuevamente de gente, regresó el ruido de la ciudad, empezó a escampar, y salió un sol radiante, no parecía la misma ciudad, hasta que un calor invadió la localidad, llegando a un punto donde era sofocante.
Como ha de ser obvio el heladero se llenó de clientes, pero la actitud de éste no parecía agradable, en realidad era agotador, de la nada sonó una campanada y ésta se detuvo cuando giré mi vista donde vi a unos pocos metros a un pobre anciano, una persona que se gana que le digan “viejo”, no aparentaba más de 97, era insólito verlo trabajar, y lo que era peor era verlo levantar con su poca fuerza la mercancía, intentó dos veces levantarla y en ello sonaron dos campanadas, nadie sabe si en verdad eran dos campanadas o sus huesos rompiéndose, pero ya pueden imaginar el dolor.
Luego la atención se centró en un callejón donde estaba un hombre, éste se hallaba confuso, y antes de que comenzara hablar sonó una campanada, luego se escuchó su voz:
-¿Dónde estoy, Qué hago aquí?
En eso otro hombre se acercó y le disparó cuatro veces en el pecho y dijo:
-Esto pone fin a sus doce campanillas.
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-Papi aún no entiendo porque me cuentas estas historias
– Hija, en realidad solo quería que supieras porque me llaman las doce campanillas.
-¿Y por que asesinaste a ese hombre?
-Digamos que lo hice por tu hermano.
-¿Mi hermano? Acaso la mujer…
-Si amor, ella era tu madre, siempre cambian la historia y dicen que su caída fue un “accidente”.
-Papi…Gracias por regresar a casa.

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