Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La miseria de un año nuevo sin ella. - por Tomi

El autor/a de este texto es menor de edad

Apuró el paso al escuchar las doce campanadas. El señor Wallace había prometido que llegaría para año nuevo y todos los que lo conocían sabían que en sus largos y cansados años él nunca había roto una promesa.

Siguió avanzando con seguridad y firmeza por las pesadas calles de Londres, todas cubiertas de nieve con un frío paralizador que corría de los pies a la cabeza, avanzaba con rapidez pesé a los años que tenía, se notaba cansado era como si todo lo que había vivido en su vida, todo el estrés que había acumulado comenzará a salir justo en el momento menos indicado pero eso no le evitaba avanzar.

El camino se hacía cada vez más largo a medida que el viento daba con más fuerza en su cuerpo, la tormenta de nieve que azotaba la ciudad la hacía verse más sombría y solitaria. De repente una fuerte brisa hizo que el miserable señor Wallace cayera al suelo y a pesar de sus intentos le fue imposible, ahí se quedó, como si fuera su fin replanteándose la idea de llegar a tiempo para año nuevo, entonces con suma pesadez hizo el esfuerzo más grande para ponerse de pie, y ahí de pie en la penumbra de la oscuridad que lo rodeaba iluminado vagamente por las luces de navidad que seguían alumbrando las solitarias calles de Londres; se encontraba el señor Wallace…

Arrepentido, solo y completamente abatido en la oscuridad. Repitiéndose una y otra vez que estás épocas ya nunca más volvería a ser lo mismo, en su mente no paraba de pasar un pensamiento y es que sin ella no se siente como vísperas de año nuevo después de todo.

Y es que desde el día que ella partió el señor Wallace nunca más vio un invierno feliz, no importaba el hecho que los niños se posarán en las calles para cantar villancicos, no le interesaba el millón de resplandecientes luces que iluminaban las vacías calles que por alguna razón en esta época estaban repletas de gente corriendo por doquier, y es que la señora Wallace siempre fue su sostén, su razón para pasar feliz las fiestas de fin de año pero ahora todas estas tradiciones eran solo un vivo y doloroso recuerdo de que ella no se encontraba más con él.

Siguió su camino con firmeza ignorando el dolor que le causaba el no tenerla a su lado, entonces en su mente pensó, quizás no era necesario el hecho de regresar a casa, claro, están sus hijos y Natalie, oh Natalie, esa pequeña nietecita que lo hacía sonreír cada vez que la veía y es que era la viva reencarnación de la señora Wallace y es que a su corta edad, esa pequeña niña de seis años se había ganado el corazón de todos en esa casa, tenía la misma sonrisa, ojos y gestos de su difunta esposa y eso lo hacía quererla más; tal vez por ella si valía la pena regresar a tiempo.

Intento luchar con la fuerte tormenta pero cada paso que daba lo sentía como si fueran mil más, no lo resistía, simplemente no podía, y el problema no era su edad o el frío, el problema estaba en que él había decaído en los últimos meses, sentía que no le quedaba nada, nada por lo cual luchar o resistir, todo el pueblo tenía razón cuando decían que el señor Wallace se notaba deteriorado desde que sucedió la tragedia, nunca lo habían vuelto ver sonreír o salir a caminar al parque como solía hacerlo.

No quedaba más, rendido y completamente agotado se quedó ahí, reposando su cuerpo sobre la acera cubierta de una blanca y fría nieve, se quedó tranquilo esperando, quizás era el momento que él también se marchará pero era algo que no estaba en su poder solo debía seguir esperando mientras por su mente pasaban los recuerdos y el pensamiento triste y vacío de la miseria que era un año nuevo sin ella.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

1 comentario

  1. 1. DavidRubio dice:

    Tienes mucha madera de escritor Tomi. Tu redacción es notable pero si me permites deberías dejar volar más tu imaginación, busca esas historias que te agarran el corazón, se exagerado si hace falta. Este relato peca de normalidad, es normal que alguien esté triste por la pérdida, dale giros al relato, hazlo más interesante. Saludos

    Escrito el 30 enero 2014 a las 23:46

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.