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Un nuevo año - por Mela

El autor/a de este texto es menor de edad

Apuró el paso al escuchar las doce campanadas que resonaban en la iglesia que se ubicaba a unas cuadras de donde estaba. Al mismo tiempo, el cielo se vio inundado de hermosos fuegos artificiales, que hacían que sus oídos retumbasen.
Llegó a la esquina de la calle en donde Jane vivía, y allí estaba ella, tan hermosa como siempre, brindando y saludando a su familia y vecinos. Mostraba una deslumbrante sonrisa y apreciaba con encanto el show que se desplegaba en el cielo. De un segundo al otro, sus miradas se encontraron y la sorpresa de ella hizo que su sonrisa se esfumara.

Unas horas antes, Nate llegaba del mercado y cuando estaba dejando las bolsas en la cocina, el teléfono sonó. Se tomó su tiempo para atender:
-¿Hola?- contestó rompiendo el silencio constante de su departamento.
-Allí esta mi muchacho. Feliz año nuevo, mi hijito- de fondo sonaba el ruido de la festividad.
Nate estiró el brazo para descubrir su reloj y vio que eran las siete de la tarde. Hizo un cálculo rápido para descifrar el horario del otro lado y confirmó que eran las doce de la noche.
-Feliz año nuevo, mamá- le dijo algo seco.
-Aquí todos te mandan saludos- expresaba emotiva y excitada a causa de la fecha.
Nate guardaba sus compras mientras escuchaba.
-Manda mis saludos también- respondió distraído.
-¿Cómo estas amorcito?- se intrigó- ¿Con quién celebras?
-Solo, mamá- respondió sabiendo el monólogo que vendría a continuación.
-¿Solo? ¿No hiciste amigos grabando la serie?- preguntó.
-No, mamá, no vine a hacer amigos, vine a formar una carrera.
-Oh, mi niño, no tienes porque hacerlo solo- le dijo apenada, y aquellas palabras lo trasladaron hacia unos días atrás, mientras terminaban de grabar el ultimo capítulo de esa serie poco conocida, cuando Jane le fue a preguntar con quien pasaría las fiestas y él le contestó que con nadie.
-Vamos, Nate, no todo en la vida se hace solo. Sal al mundo.
Volvió a escuchar la voz de su madre y notó que no había estado prestando atención.
-Estaré bien, mamá. Manda mis saludos a la familia y luego hablamos- la interrumpió.
-De acuerdo, querido.
-Adiós mamá, te quiero.- se despidió y cortó.
Soltó el teléfono y se tiró sobre el sofá donde lo invadieron cientos de imágenes de Jane. Su sonrisa, tan perfecta y encantadora, sus ojos grandes y cálidos, de color miel. Un hoyuelo sobre su mejilla derecha que se profundizaba cuando reía. Recordó la primera vez que la besó para la serie. Se sentía tan bien estrecharla entre sus brazos, sentir sus finos y suaves labios. Aunque lo deprimía pensar que para ella era todo una simple actuación, mientras él soñaba con llevar la vida de aquel personaje que interpretaba, solo para poder estar con ella.
Luego de un momento, se dio cuenta que había pasado las últimas tres horas pensando en ella. Se levantó con desgano y comenzó a armar la cena. Alrededor de las once tenía todo listo y solo le restaba bañarse y vestirse. Salió del baño tiempo después, se perfumó y se vistió. Llevó la comida a la mesa, que tenía seis sillas pero que solo ocupaba una, y se dispuso a comer entre el odioso silencio.
Como ansiaba poder tener la compañía de ella en esa noche. Comer junto a ella, dejar que llene la casa con su risa y con su perfume.
Quedó inmóvil unos segundos y de repente, se fijó la hora, y vio que faltaban cinco minutos para las doce. Sin siquiera pensarlo, tomó su abrigo y salió del apartamento.

Jane se acercó decidida.
-¿Qué haces aquí?- preguntó sin ocultar su sorpresa.
-Feliz año nuevo- dijo luego de balbucear- Yo pensé en lo que me dijiste y… me di cuenta que no quería ocultarme más, y que mereces que sea sincero contigo.
Ella no dijo nada, solo lo miró algo preocupada sin saber a lo que se enfrentaba.
-Te amo- soltó casi como un suspiro y sin más vueltas- Nunca actué contigo, todo es real. Cada detalle, cada beso, cada caricia… todo es tal cual lo siento- Hubo un silencio incomodo y al no recibir respuesta prosiguió- No espero que sientas…
Sus labios se encontraron con los de ella.
-Creí que lo nuestro seria únicamente una estúpida ficción- dijo ella al separarse de él y darse cuenta de lo que estaba pasando.
-Créeme cuando te digo que nunca sentí nada mas real- le confesó sin ocultar su felicidad, y volvió a besarla.

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1 comentario

  1. 1. José Torma dice:

    Muy bien. Me gusto la manera de manejar los dialogos. Muestras de una manera clara los sentimientos de soledad y de ilusion al mismo tiempo del prota.

    Me gusto. Felicidades

    Escrito el 28 enero 2014 a las 19:27

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