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Stroke - por Eunice

Web: http://kimerasdelfuturo.blogspot.com

Apuró el paso al escuchar las doce campanadas, una por cada hombre que le precedía. La misión era sencilla pero arriesgada y él esperaba impaciente a que terminara. El mono sellado herméticamente le agobiaba y le hacía sentir torpe al caminar sobre la superficie del planeta.

En pocos minutos llegó a la marca. Entonces, el proceso comenzó de nuevo. Llevaban alrededor de 4 horas haciendo lo mismo. El hombre que encabezaba la misión andaba 50 metros en línea recta. Exploraba la zona, y cuando determinaba que no había ningún peligro, clavaba la marca al suelo y hacía sonar su campana. El hombre que iba en segundo lugar, al oírla, avanzaba otros 50 metros hasta la marca que el primer hombre había dejado con anterioridad. Y así, hasta oír las doce campanadas. En ese momento, era su turno.

La misión era sencilla. También era monótona y solitaria. La previsión era hacer el recorrido en doce horas ininterrumpidas, lo que suponía mucho desgaste aunque también mayor seguridad. La seguridad era lo que prevalecía y todos estaban de acuerdo. Tenían que caminar sobre los pasos de una expedición anterior, la cual, había desaparecido de golpe y llevaba días sin dar señales de vida.

Al principio se pensó que se habían perdido. La superficie del planeta estaba cubierto por densas nieblas que limitaban la visibilidad a unos pocos metros. Pero poco después decidieron que esa teoría no podía ser correcta ya que todos los miembros de la expedición llevaban un mapa interactivo en sus trajes que les guiaba en la dirección correcta en todo momento.

Más tarde pensaron en las irregularidades del terreno y la niebla. La combinación de ambas era la fórmula perfecta para que todos cayeran en una grieta o desnivel pronunciado. Posiblemente estaban heridos. Seguramente alguno había perdido la vida. Incluso cabía la posibilidad de que todos estuviesen muertos al final de un precipicio.

Teniendo en cuenta esto, se decidió mandar un grupo de socorro. Para ser precavidos, todos irian separados por una distancia de 50 metros. Si uno caía, quedarían doce personas que podrían averiguar lo sucedido y rescatar tanto a su compañero como a los supervivientes. Para evitar las interferencias y el ruido de la estática de las radios, se darían las señales a través de las campanadas, señales sonoras que se producian al pulsar un botón en el traje.

Ahora llevaban la mitad del recorrido y no había ni rastro de la anterior expedición. Habían caminado durante 7 horas y 35 minutos y seguían sin aparecer. El cansancio iba haciendo mella en él y cada vez le parecía que sus compañeros tardaban más en dar su señal. Una campanada, dos campanadas, tres… se esforzaba por contarlas todas cada vez hasta que llegaba su turno. Hasta que algo cambió.

El primer hombre había comenzado su marcha hacía menos de un minuto. Entonces su campana comenzó a sonar. Pero no era el toque decidido y breve que había escuchado tantas veces durante tantas horas. La campana sonaba una y otra vez en toques irregulares y desesperados como cuando un niño llama al timbre impaciente. De repente, silencio. Se le erizaba el pelo. Un minuto, dos… parecía que nadie avanzaba por miedo. Entonces las campanadas sonaron de nuevo. Pero esta vez tenían el tono inconfundible de las campanadas del segundo hombre, tocadas de la misma forma errática y acelerada que antes. Otras campanadas, mismo significado, pero ¿cúal? Una tras otra las campanadas de sus doce compañeros comenzaron a sonar de la misma forma y sintió miedo por primera vez desde que aquello había comenzado.

Miro hacia el frente intentando ver algo y enseguida supo qué le había sucedido al grupo anterior. Lo mismo que les estaba sucediendo a ellos. Una masa robusta, gigantesca y visiblemente mortal se acercaba rápidamente entre la niebla con sus fauces abiertas preparándose para devorarlo. Miró al botón. Nunca más se oiría su campana.

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9 comentarios

  1. 1. lunaclara dice:

    Vaya final!! Aunque a mí me gustan más optimistas, reconozco que es fantástico. Mantienes el ritmo y la tensión desde el principio sin desfallecer. Felicidades!!

    Escrito el 28 enero 2014 a las 23:50
  2. 2. tarodsim dice:

    El mejor que he leido por ahora. Quizás demasiado explicativo al principio, pero es un problema típico, y sobre todo en CF. El equilibrio entre dar mucha y poca información es complicado…yo peco por dar poca normalmente 😉
    Gana mucho hacia el final.
    Como veo que escribes CF hay un concurso en el Club de escritura Fuentetaja que te puede interesar.
    Felicidades!

    Escrito el 29 enero 2014 a las 10:02
  3. 3. borja dice:

    HOla!
    Está chulo!!Mola!
    coincido con el compañero en que el principio se hace un poco farragoso con tanta info, pero está claro que sin ella el final no funcionaria, es más, creo que no sería posible, y el final merece la pena.
    Un saúdo.

    Escrito el 29 enero 2014 a las 12:46
  4. 4. NHICAP dice:

    Hola Eunice,
    Te descubrì al leer tu relato, Valgus. del taller diciembre 2013 y me ratifico en mis comentarios de entonces. Incluso me parece este relato mas atractivo pues mantiene, con mayor fuerza, el interés del lector. Un relato fluido, sencillo con un sorprendente e imaginativo final.
    Felicidades y te seguiré leyendo, a pesar de no ser demasiado. aficionado a la CF, porque trasladas tu creatividad, de manera sencilla, a un relato bien escrito y de fácil lectura.
    Felicidades y hasta la proxima

    Escrito el 29 enero 2014 a las 12:59
  5. 5. Eunice dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios! Es verdad que a veces me meto mucho en dar datos y se nota, es algo que estoy intentando pulir. Miraré lo del concurso a ver que tal está.

    Gracias por leerme!

    Escrito el 29 enero 2014 a las 14:01
  6. 6. Gandalf dice:

    Me quito el sombrero, ha sido de momento el que más me ha gustado este mes (y hay varios muy buenos). Sólo por la idea de situar la escena en el espacio exterior y aún así meter las doce campanadas ya tiene su mérito, pero encima la historia es una pasada. Sigue escribiendo que yo al menos te pienso leer 🙂

    Escrito el 29 enero 2014 a las 22:46
  7. 7. Forvetor dice:

    hola Eunice,

    coincido con Galdalf. el juego que te dan las campanas en el espacio mola mucho. y el texto da gusto leerlo de correcto y ligero que es, pese a ser ci-fi. te añado a mi lista 😉

    Escrito el 13 febrero 2014 a las 22:11
  8. 8. Forvetor dice:

    hola Eunice,

    coincido con Galdalf. el juego que te dan las campanas en el espacio mola mucho. y el texto da gusto leerlo de correcto y ligero que es, pese a ser ci-fi. te añado a mi lista 😉

    un saludo,
    Sergio Mesa / Forvetor
    http://miesquinadelring.blogspot.com.es/

    Escrito el 13 febrero 2014 a las 22:12
  9. 9. Eunice dice:

    Muchas Gracias.

    He visto también tu comentario en mi Blog, Forvetor. Perdón que no pueda contestar allí, pero es que debe haber algún problema en él con los comentarios o sencillamente que yo no me hago con el sistema y no se hacerlo.

    También creo que el final es un poco precipitado. Tengo que pulir un poco eso porque muchas veces pienso historias demasiado elaboradas para el taller y me encuentro con que si quiero que tenga sentido necesito casi todas las 750 palabras y no tengo casi espacio para poner el final y desarrollar bien la acción. Espero mejorar en siguientes relatos.

    Saludos!

    Escrito el 14 febrero 2014 a las 09:19

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