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MARIANA FOREVER - por NHICAP
Apuró el paso al escuchar las doce campanadas que anunciaban el mediodía, de una típica jornada del invierno compostelano. Las tibias gotas del orballo humedecían las mejillas de Mariana Isabel Noriente, mientras bajaba la escalinata de piedra de la fascinante Praza da Quintana, en la parte trasera de la catedral. La escalinata separa el espacio da Praza en dos niveles, a Quintana dos Vivos y a Quintana dos Mortos. Un silencio sepulcral respetaba la belleza da Quintana.
La doctora Noriente, era una mujer joven, moderna, aunque apegada a las tradiciones, algo introvertida pero apasionada, y de carácter independiente. Mostraba una ensortijada melena rubia que ponía marco a un hermoso rostro moreno, iluminado por unos bonitos ojos oscuros y un coqueto lunar en la mejilla derecha, junto al labio. Profesora de Economía Aplicada en la UNAM de Ciudad de Mexico, visitaba Santiago de Compostela invitada por su Universidad, a unas jornadas sobre la evolución de la economía en Latinoamérica. Pronto su sensibilidad artística, innata a su vocación de pintora, le haría vibrar el alma, escuchando la mágica sinfonía que compone la lluvia cuando golpea el enlosado pétreo del suelo en la Compostela monumental. Llegó al final da Quintana y se giró para contemplar la escalinata, (hay quien dice que la escalinata no está hecha para subir o bajar sino para sentarse y disfrutar de la inusitada alianza que forman la piedra y el musgo en los edificios).
Reemprendió el paseo y, por casualidad, localizó a sus pies una pequeña piedra esférica de un azul intenso, unida a un hilo de plata. Se trataba de un pendiente de lapislázuli; se agachó y lo cogió. Dedicó unos minutos a preguntar sin éxito, a transeúntes y en tiendas da Praza das Praterías, si alguien había reclamado el pendiente. Decidió quedárselo ya que el lapislázuli estimula la espiritualidad y bondad de quien la lleva, además de curar la melancolía y evitar la depresión.
Dirigió sus pasos hacia a Rúa do Vilar y, de pronto, sintió un violento tirón en la espalda; alguien le arrebataba el bolso que llevaba colgado al hombro. Tras la sacudida, Mariana acabó con su cuerpo en el suelo y, afortunadamente, solo sufrió un leve rasguño en la rodilla derecha, además de unos rasponazos, húmedos y sucios, en su anorak. Mientras le hacían una pequeña cura en una farmacia vecina, entraron en el local dos chicas jóvenes que traían el bolso. Explicaron que un hombre mayor, vistiendo un traje azul y de aspecto agradable, observó como el raterillo robaba el bolso y se lanzó a perseguirlo hasta que el chiquillo lo arrojó al suelo sin cesar en su carrera. El hombre recuperó el bolso y solicitó a las chicas que lo entregasen a su dueña; no localizaba a Mariana y a él se le hacía tarde.
Mariana comprobó que no faltaba nada en el bolso, agradeció la ayuda recibida y salió en busca de una cafetería para descansar un rato. Allí, buscó el monedero en el bolso pero encontró primero un sobre que llevaba escrito su nombre. Sorprendida lo abrió. Contenía, ¡la pareja del pendiente de lapislázuli! y una pequeña tarjeta con unas letras. A Mariana le cambió la expresión de la cara, le costaba admitir lo que estaba viviendo, y leyó el texto de la tarjeta:
Mariana, me enteré que viajabas a Santiago y quise regalarte unos preciosos pendientes. Compruébalo en éste que te mando, no sé cuando ni donde perdí su pareja. Esta mañana me dirigía al Ayuntamiento y presencié como te robaban el bolso. Si lees esta nota, ya está en tu poder. Te espero a cenar esta noche, a las nueve, en el Hostal de los Reyes Católicos.
Firmaba la tarjeta Rodrigo Ferrandis, un ingeniero español que había trabajado unos años en México DF, donde conoció a Mariana e iniciaron una sugestiva relación de amistad. Mariana al descubrir que se trataba de su querido Rodrigo, sonrió feliz y no pudo reprimir dos lágrimas de alegría; habían perdido el contacto tres años antes. Ella creía que la energía del lapislázuli había podido promover la presencia de Rodrigo en Santiago, pues las antiguas culturas lo utilizaban para favorecer las relaciones de amor y amistad y ayudar a expresar los sentimientos y emociones.
Regresó al hotel encantada con el hechizo que envuelve a Compostela y deseando que llegasen las nueve de la noche.
El zumbido del móvil despertó a Rodrigo y apagó su lindo sueño. Mas tarde, bien despierto, se cuestionaba si solo había sido un sueño o una premonición.
Hola! Qué bonito tu relato! Me ha gustado mucho, sobretodo las descripciones del principio y ese gran final! Felicidades!
El mes pasado Malmoe y Salzburgo y ahora Santiago de Compostela queda descrito con maestría, tus escritos sirven, entre otras cosas para conocer lugares. Aunque ya hayamos estado ahí el verlo a través de tus palabras le da una nueva dimensión. Pero me quedo con la descripción de la Doctora Noriente, ójala pudiera conocerla 😉
Y siguiendo con nuestras coincidencias este relato me ha traído a la memoria una historia que escribí hace algún tiempo y en la que la protagonista tambien era una chica latinoamericana que venía a una universidad española (Salamanca), el resto del cuento no tenía nada en común.
Para el siguiente relato, si los requisitos no lo impiden, tengo pensado usar el lapislázuli, de esta manera ayudo a las coincidencias.
Ah, el final sorprendente, nada me hacía pensar en él.
Saludos
El mes pasado Malmoe y Salzburgo y ahora Santiago de Compostela queda descrito con maestría.Tus escritos sirven, entre otras cosas para conocer lugares. Aunque ya hayamos estado ahí el verlo a través de tus palabras le da una nueva dimensión. Pero me quedo con la descripción de la Doctora Noriente, ¡Ójala pudiera conocerla! 😉
Y siguiendo con nuestras coincidencias este relato me ha traído a la memoria una historia que escribí hace algún tiempo y en la que la protagonista tambien era una chica latinoamericana que venía a una universidad española (Salamanca), el resto del cuento no tenía nada en común.
Para el siguiente relato, si los requisitos no lo impiden, tengo pensado usar el lapislázuli, de esta manera ayudo a las coincidencias.
Ah, el final sorprendente, nada me hacía pensar en él.
En primer lugar, decirte que me ha encantado el lugar que has escogido para la escena de este mes. Me trae muchísimos recuerdos, ya que en Compostela fue la ciudad que escogí para disfrutar mis años de universitaria. Anda que no he estado veces sentada en esos escalones de Quintana!! Me ha encantado NHICAP. Todo lo que transmites con tus palabras te lleva a ese lugar, incluso se puede oir la lluvia fina que siempre baña esa preciosa ciudad. Me ha gustado mucho tu historia! Enhorabuena!! 😉
Que bello relato. Muy bien logrado, sin prisas. La parte inicial cuenta con unas descripciones precisas, me ha encantado. Es romántico sin caer en lo cursi.
felicidades
NHICAP,
Me hiciste volver a Santiago de C. Me gustó mucho tu bello relato, me parece muy bien escrito, romántico, mas no pegajoso.
También disfruté mucho del giro que diste al final.
Felicitaciones!
Has hecho un relato precioso. Me ha encantado la historia del reencuentro y coincido con mis compañeros en que realizas una descripción muy buena de Santiago.
Además, la elección de esta ciudad me parece que cuadra muy bien con la parte mágica de tu relato (serán las meigas). ¡Felicidades!
Perdonad la demora en contestaros pero he tenido un comienzo de mes agobiante.
Os agradezco a todos vuestros comentarios que me dan mucho ánimo para continuar aprendiendo a escribir.
Soy coruñes, de nacimiento y vocación, y necesito visitar Santiago de Compostela con cierta asiduidad para disfrutar de sus encantos. Cuando regreso a mi lugar de residencia me invade una cierta melancolía por dejar Santiago. Cosa de trastos y meigas.
Este mes abandonaré el tono romántico( lógico porque me inspiré en una buena amiga) de MARIANA FOREVER y probaré con un relato realista y duro, aprovechando la propuesta que nos han hecho.
Gracias de nuevo y ya os prometo que leeré vuestros próximo textos.
Nos leemos.