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YO SOY EL ÜBERMENSCH - por Don Jorge

El autor/a de este texto es menor de edad

Apuré el paso al escuchar las doce campanadas. Hubiese corrido si no fuera porque tenía que ser sigiloso. Cualquier ruido de más me espantaría. Tenía que tomarme por sorpresa. Acorralarme en la oficina y no darme tiempo a reaccionar. Crucé el pasillo y abrí la puerta de un golpe. A pesar de que sabía que iba a venir mi llegada me tomó por sorpresa. Las últimas veces llegué mucho después de las doce campanadas. Parece que apuré el paso. Hice bien, porque las últimas veces llegué cuando los papeles ya eran cenizas. Ahora ni siquiera pude prender el encendedor, por primera vez llegué a tiempo. Quizás esta sea la última.
– He quemado estos papeles… ¿cuántas veces?
– Eso no lo podemos saber.
– Es indistinto. Nada va a hacer que no los queme ahora.
Prendí el encendedor, estaba decidido a hacerlo de nuevo. Pudo haberlo arrojado inmediatamente pero me gusta el suspenso, y debo admitir que a los dos nos gusta.
– Siempre es la misma historia. Siempre uno quemando los papeles, siempre otro intentando no quemarlos.
– Si los quemas, dentro de unos años vas a estar en mi lugar.
– Así cómo tu estuviste en el mío un año atrás. No hay nada que podamos hacer.
– Si, si podemos hacer algo.
No esperaba sacar un arma. Eso sí que fue nuevo, tanto para él cómo para mí. Un movimiento desesperado por evitar lo inevitable.
– Ambos sabemos que no puedes hacer nada con eso.
– No sería conveniente que lo averigüemos. Es por eso que es necesario que apagues ese encendedor.
– Que estés parado ahí es una prueba suficiente para deducir que no vas a apretar el gatillo
Pero lo apreté. Tres balas atravesaron mi cuerpo. Una en el hígado, otra en el esternón y otra en el corazón. El encendedor cayó al suelo. Yo también. Estaba empapado en sangre.
– No todo tiene que resultar siempre igual. Somos nuestra propia variable.
– Esto no tiene el menor sentido. ¿Qué haces parado ahí si yo estoy muriéndome a aquí?
Me abrí la camisa y me mostré el torso. Me mostré las tres cicatrices que tenía en el mismo lugar donde me pegué los tiros.
– Sobrevivirás. Lo sé.
Agarré los papeles y los guardé en la mochila. Fui hasta la caja fuerte y metí el arma dentro.
– No la saques de ahí hasta dentro de cinco años. Adiós.
– ¡Espera! Me vas a dejar así.
– Los guardias van a llegar en cualquier momento. Si nos ven juntos puede ser catastrófico. Adiós.
Apuré el paso al escuchar los tres disparos. Tuve que tomar el ascensor para llegar a la azotea más rápido. Cuando llegué yo ya estaba ahí. No esperaba verme.
– Es imposible.
– Imposible es lo que acabas de hacer.
– Cambié el rumbo de las cosas.
– Ése es el error. Las cosas no pueden cambiar.
– Pues ya lo hicieron. Ahora los papeles están a salvo, tenemos tres cicatrices de balas y nunca más vamos a vivir esta historia.
– Estás equivocado
Me desabotoné la camisa y me mostré el torso. No tenía ninguna cicatriz.
– ¿Cómo es eso posible?
– Te corriste del tiempo. Ya no eres ni él ni yo. Eres uno nuevo.
– ¡Ja! No lo puedo creer. Soy el Übermensch.
– ¿De dónde sacaste eso?
– ¿De dónde más? De Nietzsche
– No puedes basarte en él para vivir.
. – ¡Toda nuestra vida está basada en él! Pero no más. No más para mí.
– Se suponía que no debías saber del Übermensch hasta que tuvieras mi edad.
– Se suponía… se suponía. Es lo único que sabemos decir. Pero ya no supongo más. Estos papeles van ser público.
– Solo yo sé lo que ocurre si esos papeles son publicados. Lo correcto es quemarlos.
– Quemarlos, no quemarlos, quemarlos de nuevo. Nunca nos decidimos. Pero yo sí.
Cuando me di vuelta para bajar por la escalera de emergencias una bala me entró por la espalda. La mochila cayó al suelo. Yo también. Me acerqué y me saqué la camisa. Me mostré la cicatriz que tenía en medio de la columna.
– ¿Y ahora que va a pasar conmigo?
– Nada. Porque yo soy el Übermensch.
Me metí un tiro en la cabeza y me borré del tiempo para siempre. Luego quemé los papeles con el mismo encendedor que tendría que haber usado treinta años atrás.

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2 comentarios

  1. 1. Cibeles dice:

    Muy original! Aunque debo confesar que por momentos me mareé, pero me gustó mucho. Te felicito!

    Escrito el 29 enero 2014 a las 01:09
  2. 2. Nana dice:

    Que bueno, me ha encantado ese único personaje dividido y cómo va pasando la acción de uno a otro, enhorabuena

    Escrito el 15 febrero 2014 a las 14:12

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