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Juegos de familia. - por Borja

Web: http://leondecomodo.blogspot.com.es/

“…Apuró el paso al escuchar las doce campanadas. Cenicienta sabía que no debía…”
El abuelo se quitó las gafas y dejó a un lado el cuento infantil para dedicarle una amorosa mirada a su nieta dormida. Era incapaz de describir lo que sentía por aquella niñita. Se había convertido en el soplo de vida que lo empujaba a seguir viviendo.

La tapó lo mejor que pudo con las mantas, encajando los pliegues bajo el colchón, y la besó en la frente con ternura antes de salir de la habitación.

La sonrisa bondadosa de su rostro se borró en cuanto vio a los dos hombres sentados en la mesa de su cocina.
– ¿Qué hacéis aquí? ¿Cómo habéis entrado? –les preguntó de malos modos.
–Les he traído yo –respondió una voz diferente a su espalda.
El anciano se giró y vio con sorpresa el rostro de su hijo a un palmo del suyo.
–Me oyeron quejándome de lo injusto que eres… y se ofrecieron a ayudarme para convencerte de que lo mejor es que una hija esté con su padre –continuó hablando con gesto inocente –. A qué sí, muchachos.
– ¡Bastardo! –rugió el viejo antes de escupir a la cara de su hijo– Deberían haberte matado en la cárcel.
– ¡Papá! –Exclamó con una naturalidad fingida, mientras le soltaba un violento bofetón, aprovechando el movimiento para limpiarse el escupitajo – ¿Te parece bonito decirme esas cosas?
El anciano cayó al suelo como un saco. De la boca comenzó a brotarle un hilillo de sangre que pronto aumentaría de caudal.
–No voy a dejar que te lleves a la niña –rumió con odio–. No estás preparado. Eres un maldito psicópata.
– ¿Me llamas psicópata? ¿Tú, a mí? –Soltó una carcajada–. Traedlo aquí –les ordenó a los matones.
Los dos esbirros se acercaron despacio, un tanto inseguros de lo que estaban haciendo.
– ¡Espabilad! –Les gritó para sacudir sus dudas – ¡Es para hoy!
–Lo siento jefe –musitó uno de ellos al oído del anciano mientras lo ponía en pie –. Esto no debería ser así, pero…
– ¡Vamos! –volvió a urgirlos– Aquí tiene que haber cambios radicales.
El viejo intentó resistirse, pero la fuerza de aquellos dos gorilas era imposible de combatir para él.
Aun así, estaba desbocado. Braceando y pataleando.
En su vida había pasado por una situación que le generara tanta impotencia. Era el patriarca de la familia. El jefe del clan. Nadie se atrevía a ponerle la mano encima. Su palabra era la ley, y todos se plegaban ante ella. Incluso la verdadera ley.
– ¡ESTÁIS MUERTOS! ¡ESTÁIS TODOS MUERTOS! –gritó enloquecido una vez lo dejaron de nuevo ante su hijo.
– ¡Oh!, ¡venga ya, papá! –su hijo continuó burlándose con el mismo tono socarrón y exasperante de antes– Tú ya no estás en condiciones de matar a nadie.
El ruido del picaporte de una puerta paralizó toda la escena durante un instante. Tras los diminutos pasos, la niña entró a la cocina con un peluche bajo el brazo.
– ¡Abuelo! –exclamó asustada al ver la sangre en la comisura de sus labios.
– ¡Hija mía! –su padre se abalanzó sobre la niña, olvidándose de todo por un momento.
La niña dio un chillido y se echó hacía atrás aterrorizada ante el desconocido que pretendía abrazarla.
–Cariño, ¿qué te pasa? Soy yo, papá. ¿Es qué no me reconoces? –con cada paso que daba, la niña retrocedía todavía más.
–Abuelo… –comenzó a balbucear– ¿Qué está pasando? ¿Quién es…
–Tranquila, Lucy. No va a pasar nada –la tranquilizó el anciano–. Ya lo verás.
–Pero… –intentó protestar ella con el rostro inundado de pucheros.
– ¡Serás cabrón! ¡La has puesto en mi contra! –gritó su hijo exasperado, dando dos pasos rápidos hasta él y soltándole un puñetazo en la cara– ¡Ni siquiera sabe quién soy!
– ¡Para! ¡Para! –Lucy echó a correr y comenzó a golpear a su padre para que dejara en paz a su abuelo.
– ¡Lleváosla de aquí! –les ordenó a los matones–Esperadme en el coche.
La niña siguió pataleando mientras la levantaban en peso para llevarla al coche.
–Tranquila preciosa. Papá va a solucionar esto, y tú yo podremos estar juntos –desvió la vista hasta su padre un instante, y volvió a mirarla a ella antes de que se la llevaran –. Ya verás lo bien que lo vamos a pasar.
En cuanto se llevaron a la niña, el anciano comprendió que había llegado el día que tanto había temido.

El día en el que no le quedaba más remedio que matar a su hijo.

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8 comentarios

  1. 1. Gandalf dice:

    Muy bien escrito, espero que continúes la historia porque se queda uno con ganas de más. Felicidades.

    Escrito el 28 enero 2014 a las 14:32
  2. 2. Borja dice:

    Muchas gracias!! Me alegro que te haya gustado. Siento decepcionarte, ni tiene continuación. Al menos por el momento, pero te invito a que le eches un ojo al blog. Allí podrás encontrar otras historiad que tal vez te puedan gustar.
    Un saludo y gracias de nuevo.

    Escrito el 29 enero 2014 a las 03:37
  3. 3. lunaclara dice:

    Hola Borja! Me ha gustado mucho tu relato. Es muy entretenido y muy visual. Tiene ritmo, parece una peli. Y como dice Gandalf debería de haber continuación, aunque te entiendo, yo tampoco hago muchas continuaciones. Felicidades!!

    Escrito el 29 enero 2014 a las 13:54
  4. 4. Miranda dice:

    Hola Borja
    Me ha gustado como has elaborado tu relato, además de resultar visual, como te dice Lunaclara, el uso del dialogo refleja perfectamente el cinismo socarrón del hijo, cosa que sería dificil reflejar simplemente describiendo, además le da mucha agilidad al relato.
    Las escenas con violencia no son mi fuerte, ni las que más me atraen, pero esta, está muy bien defendida y me ha gustado el desenlace. Por un momento temí que el muerto fuera el abuelo. Me gusta más tu final.
    Espero que tambien participes en la proxima escena.

    Escrito el 29 enero 2014 a las 18:03
  5. 5. DavidRubio dice:

    Enhorabuena. Lo tiene todo. Engancha, interesa, entretiene. El final ¡Ni tocarlo! Esa última frase lo dice y lo termina todo. Saludos

    Escrito el 30 enero 2014 a las 01:00
  6. 6. Forvetor dice:

    felicidades. una escena estupenda. ágil e interesante, chapó. por cierto, muy hábil la forma de desentenderte de la premisa de la escena. je. nos leemos.

    Escrito el 30 enero 2014 a las 15:57
  7. Hola Borja!!
    Acabo de leer tu escena y aunque me hubiera gustado leer una escena a partir de la frase de inicio, tampoco está mal que la hayas introducido como de esta forma. Tu historia está muy bien narrada, tienes una capacidad de transmitir emociones que me parece admirable. Pasas de una escena entrañable, la del abuelito leyendo un cuento a su nieta, a una mucho más desgarradora, el enfrentamiento de un padre con su hijo. El final me ha sorprendido, pues pensé que el día que había temido el viejo era el de su propia muerte a manos de su hijo…
    Enhorabuena!!! 😉

    Escrito el 2 febrero 2014 a las 22:23
  8. 8. Eloyzinho dice:

    Hola, Borja.

    Me ha gustado mucho tu relato. Salta a la vista que esto de escribir se te da muy bien 🙂 El contenido me ha gustado muchísimo, tratando varios temas de forma armónica, como son el poder, las relaciones paterno-filiales y la vulnerabilidad de la infancia.

    Formalmente, he detectado sólo una falta de ortografía menor (en “a qué sí”, debería ser “a que sí”), y ¡ninguna redundancia! Lo pongo entre exclamaciones porque es uno de los errores más comunes que se suelen dar en los relatos de este taller. Enhorabuena por ello 🙂

    Muy bueno tu uso del vocabulario y cómo escoges las palabras (lo de “rumió” me ha encantado). También te desenvuelves con mucha soltura con los diálogos.

    Un par de dudas: me parece que entre las rayas y cada signo de admiración o interrogación, no debería haber ningún espacio; y también me parece que después de la raya que cierra cada inciso, debería haber un signo de puntuación. Por ejemplo:

    “– ¡Espabilad! –Les gritó para sacudir sus dudas – ¡Es para hoy!”,

    pienso que debería ser

    “–¡Espabilad! –les gritó para sacudir sus dudas –. ¡Es para hoy!”.

    Al menos, así es como lo entiendo yo. De todos modos, puedo estar equivocado porque revisando las normas de uso de rayas en los diálogos, así como de los signos de puntuación, he encontrado que no es tan fácil como yo pensaba, y que debo mirarlo bien porque estoy convencido de que lo estaba empleando mal. Te dejo aquí un enlace por si te sirve de ayuda:

    http://buscon.rae.es/dpd/?key=raya&origen=REDPD

    o éste, donde se explica de una manera más clara, aunque no sé si es del todo fiable (el bueno es el de la RAE):

    http://www.tintaalsol.com/2010/10/guiones-signos-puntuacion-en-dialogos/

    Por lo demás, nada más que añadir. Enhorabuena por tu relato 🙂 Un gran trabajo.

    Escrito el 3 febrero 2014 a las 12:26

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