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Una noche inolvidable - por Isabel Ramírez (seudónimo)

Una noche inolvidable

Apuré el paso al escuchar las doce campanadas. Pero no quería irme. Hubiera querido seguir bailando con el, mientras las demás jóvenes me miraban con envidia. Eran bonitas y de familias adineradas, lo mejor de la ciudad. ¡Que no darían por estar en mi lugar! El salón de baile estaba maravillosamente decorado, con un gusto exquisito y la música envolvente y dulce. Todavía sentía el calor de su abrazo en mi cintura. ¿Se acordará de mi, mañana cuando la fiesta haya concluido? Tenía el rostro arrasado por las lágrimas, tal era mi enojo y frustración que no podría decir cuánto tiempo estuve caminando con un solo zapato. ¡Al demonio con el! Pero el pie me dolía mucho y me resbalaba en el barro.
Me acordé entonces cuánto había deseado poder asistir a ese baile y cuánto me amargué por no tener un vestido aceptable, ni zapatos, ni un abrigo mientras que las mujeres de la familia de mi padre se compraban las mejores ropas para el evento. Pasé toda la semana previa trabajando hasta el agotamiento y en verdad no tenía ninguna esperanza de poder ir. Mi vida últimamente es nada más que trabajo y mas trabajo, maltrato de los que me rodean y no logro ver ninguna salida. Recordé a mi padre. Si el estuviera vivo yo no llevaría esta vida miserable. ¡Te extraño, papá!
Pero a veces el destino nos da sorpresas y suceden cosas inesperadas. Y en menos de dos horas me encontré espléndidamente vestida, con un par de sandalias hermosas – ¿y ahora que hago con una sola?- un bello peinado y maquillaje así como un coche espectacular que me trasladaría al lugar.
Llegué al salón de fiestas tan feliz que parecía explotar dentro del ajustado vestido. Todas las miradas estaban sobre mí. No se si lograron reconocerme. Iba demasiado bella como para que se dieran cuenta.
Y ahora vuelvo llorando como una boba.Tan poco duró mi felicidad ¨ ¿No ves que nada te conforma?¨ Me dice una voz en mi cabeza.¨ Deberías estar feliz de haberlo conocido y de que te haya preferido para bailar.¨
Empezó a lloviznar y hacía frío. La mezcla de lágrimas y gotas de lluvia terminaron con mi maquillaje, el peinado se aflojó. No quería mojar el vestido pero no podía evitarlo.
Mientras seguía caminando me preguntaba si un hombre rico, atractivo, joven y con una excelente educación, integrante de una de las familias más poderosas del lugar, podría llegar a fijarse en una pobre desgraciada como yo.
La idea tan disparatada me hizo reír. ¨Ahora sí que estas loca del todo¨ -escuche la voz en mi cabeza.- ¨Llorando y riendo al mismo tiempo.¨
Seguramente, en este momento, mientras yo volvía, el estaba bailando con alguna de aquellas jóvenes, ellas si, de su misma condición social. Ellas no tenían que volver temprano y podían disponer de más tiempo para seducirlo.
¨La vida es algo así como un juego terrible en el que se te dan las cosas y cuando empezás a ser feliz, todo te es arrebatado¨ Otra vez, mis pensamientos.
A medida que me alejaba del lugar, me iba adentrando en las zonas más pobres de la ciudad, con sus callecitas sucias, las casas de lata y cartón. Algunas luces mortecinas de vez en cuando. Por aquí y por allá un indigente durmiendo acurrucado en algún rincón. Y algunas voces de ebrios diciéndome groserías mientras que yo iba pasando.
Sabía que cuando le devolviera el vestido a Susana,- la última conexión que me quedaba con esa magnífica noche- empezaría a preguntarme si todo habría sido un sueño. ¿Y que le voy a decir de la sandalia que perdí?
Susana, mi mejor amiga, la que hizo lo imposible por ayudarme a ir a la fiesta, pero que ahora necesitaba todo de vuelta para usar ella misma con los clientes que la esperaban, algunos en la barra, otros en las habitaciones.
Y yo, esta noche, no voy a aceptar clientes, que me esperen hasta mañana. Puedo arreglarme hoy sin ese dinero. ¡Esta noche quiero seguir soñando con mi príncipe!

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1 comentario

  1. 1. Javier Kraus dice:

    Acabo de leer tu relato y la traca final no me la esperaba para nada. Toda una “Pretty Woman” jaja

    Ánimo! 🙂

    Escrito el 5 febrero 2014 a las 22:26

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