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Flor deshojada - por Grisel R. Núñez

Web: http://www.cafeteradeletras.blogspot.com

Apuré el paso al escuchar las doce campanadas. Aún me encontraba a tres cuadras de su casa y debía llegar antes de que terminaran los fuegos artificiales. El estruendoso ruido haría que nadie escuchara el sonido del disparo. Al ver a la prima Eugenia, me escabullí entre la multitud para evitar saludar a la hija del hombre que mataré.

Recuerdo cómo comenzó todo. Tenía siete años y mi madre me dejó en la casa de mis tíos un fin de semana. Allí me cuidarían bien y jugaría con mi prima a las muñecas. Pero Eugenia estaba acostumbrada a tomar una siesta en la tarde y me aburría mucho durante esa hora. El domingo, horas antes de que me buscaran, la tía salió a llevarle los remedios a la abuela y nos quedamos solas con tío Paco. Luego del almuerzo, Eugenia se fue a la cama y yo me quedé viendo televisión. Mi tío advierte el calor infernal que hacía. Le picaba el cuerpo por el sudor. Comenzó a rascarse la entrepierna y, antes de que me diera cuenta, estaba desnudo. Me sentó a su lado en la butaca y me dijo que lo rascara. Eso hice, una y otra vez durante los cinco años que mi madre tuvo que trabajar fuera de la ciudad los fines de semana.

Los años pasaron y pensé que lo había olvidado. No puedo creer que esté llorando… Una vecina me detiene en el camino para felicitarme por el año nuevo. Creyó que las lágrimas eran de felicidad y me auguró un año lleno de prosperidad. Si tan solo supiera que voy a matar al desgraciado que abusó de mí y que ahora quiere hacer lo mismo con mi hija. Por algo será que Fabiola no quiere ir a jugar con los hijos de Eugenia.

Los perros ladran fuerte y se mueven de lado a lado, como vaticinando lo que pasará. Mientras camino, sigo encontrándome vecinos que me impiden llegar rápido a mi destino. El escándalo solo dura diez minutos. Ya han pasado unos cuatro. Me queda cuadra y media por llegar. Sé que está dentro de su casa. Sé que está solo. Nunca le gustaron las festividades y prefería quedarse en su butaca, aquella donde tantas veces me abusó, viendo televisión. Allí mismo lo mataré.

Veo la casa. No hay gente fuera. Llegaré a tiempo para el espectáculo final de fuegos artificiales. Todos se quedarán mirando el cielo iluminado con colores brillantes y pasaré desapercibida. Jamás he disparado un arma. Un nudo se aprieta en mi estómago y comienzo a sudar. Pero voy decidida. Sé que lo tengo que hacer antes de que sea demasiado tarde.

Me detengo frente a la casa y miro por la ventana escondida tras los rosales. Está solo en su butaca, tal como lo imaginé. Me da asco ese lugar; acumula sus sudores, sus secreciones. No sé por qué sigo callando. Recuerdo todas las veces que lo rechacé. No quería seguir jugando así con él. Le dije que no me gustaba rascarlo porque me dejaba la mano embarrada. El comentario le causó risa y tuve que continuar moviendo mis manos. No se conformó y al poco tiempo quiso practicar otros juegos. Tío Paco no paró hasta que deshojó la flor una y otra vez.

Los recuerdos me llenan de valor. Empujo el portón de la entrada y camino por el pedregal. Abro la puerta y entro en la casa. Él todavía no me ve. Está concentrado en la televisión. Busco el arma en mi cartera y pongo en la recámara la bala que le reservé. Saco el seguro, empuño la pistola y le apunto a la cabeza.

–¿Te atreverás este año? –pregunta sin siquiera mirarme.

–Sabes que lo haré –respondo sin titubear.

Me acerco a él y, aunque estoy un poco temblorosa, le pego el arma a la sien. Él se ve tranquilo. Sigue mirando su programa. El ingenuo duda de mí.

–Pues hazlo antes de que termine el ruido y todos escuchen la detonación.

–¿Tienes algo más que decir antes de que dispare?

–La Fabiola…

–¿Qué?

–Ya me la comí.

Dejé de apuntarle con el arma e instantáneamente, dirigí la pistola a mi boca y presioné el gatillo.

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5 comentarios

  1. 1. Forvetor dice:

    hola, soy uno de los tres “comentaristas” de tu texto. ya te lo decía en el formulario pero me paso para repetirlo, que nunca está de más 😉 … me encantó tu historia. me parece una forma muy valiente y arriesgada de asaltar un tema como el que tratas. salvando el asunto de los tiempos verbales me parece un texto muy redondo. felicidades!!

    Escrito el 28 enero 2014 a las 18:54
  2. 2. Eloyzinho dice:

    Antes que nada, felicidades: has escrito un relato sobre un tema muy duro y el resultado está bastante bien. No sé quién te dijo que no enetendía el final, pero creo que esa confesión puede ser un síntoma de una mal que creo que está proliferando en este taller, y es el de la lectura rápida, como mero trámite, dándole poca o ninguna importancia al trabajo de los compañeros, y únicamente como medio de recibir tres omentarios a cambio de unas escuestas dos frases que resumen el nulo interés por ayudar al prójimo. Esta actitud egoista es penosa. En fin, dejando de lado esta pataleta, paso a comentar tu relato.

    Me ha resultado un tanto confuso el empleo indiscrimando de distintos tiempos verbales, que al principio pensé que podían deberse a mezclar distintas acciones de manera simultánea, pero que en una segunda lectura comprobé que no era el caso. Un esquema que describa la línea narrativa del relato puede ayudar a centrar cada acción en su momento correcto, evitando el enredo de tiempos verbales.

    Otro problema que veo es el uso de frases breves. A modo de ejemplo, el quinto párrafo es representativo de lo que comento, ya que al leerlo, da la sensación de no tener chispa.

    El final me parece muy bueno, sobre todo por cómo retratas al personaje del tío (esa frase de “¿te atreverás este año?” resume como pocas la relación entre ambos), con esa actitud inteligente, fría y manipuladora propia de un villano psicópata. Quizás la opción de matarle antes y pegarse un tiro después, habría sido más acertada, pero es cuestión de gustos y no deja de ser una opinión personal.

    En definitiva, creo que se trata de un relato muy valiente. Buen trabajo 🙂

    Escrito el 30 enero 2014 a las 18:08
  3. Forvetor:
    Me alegra ponerle nombre a uno de los comentaristas de este texto. Déjame agradecerte por tomarte el tiempo de leer, aconsejarme y darme tu opinión. Más aún por pasarte de nuevo por acá a hacerlo. Me alegra que te haya gustado la historia y que consideres correcta la forma de abordar el tema. Voy a pasarme a corregir el asunto de los tiempos verbales, es mi talón de Aquiles. Siempre tengo problemas con ello. 😀

    Eloyzinho:
    Es una pena lo que comentas; aquello de que muchos participantes del taller hacen algún comentario sin analizarlo bien con tal de obtener los suyos. Creo que de eso hay en todas partes. Es algo que me pasó también en uno presencial. Confiemos en que poco a poco, con el filtro establecido, eso cambie.
    Respecto a los tiempos verbales, como comentaba más arriba, son mi perdición. Ya estoy corrigiendo el texto para publicarlo luego en mi blog. Por otro lado, lo que me comentas de las frases breves no lo entiendo muy bien (tal vez es la hora en la que respondo). Pero no lo considero algo malo, siempre y cuando se usen bien. Leeré con detenimiento el cuento para verificar si las mismas le quitan la gracia al texto.
    Me gustan tus comentarios, y te los agradezco enormemente. Espero que podamos seguir en contacto en este gran proyecto literario.

    Gracias a ambos por leerme y, sobre todo, por enseñarme.

    Escrito el 2 febrero 2014 a las 00:21
  4. 4. Emmeline Punkhurst dice:

    Grisel, desde luego hablar de un tema tan tabú requiere de mucha valentía y fortaleza emocional. Te felicito por ello.

    Escrito el 5 febrero 2014 a las 21:20
  5. Emmeline, agradezco tu comentario. 😀

    Escrito el 5 febrero 2014 a las 23:49

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