Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Un secreto que lo arruinó todo - por Bryan Gonzalez Leandro

Mientras las campanas de la iglesia sonaban, Mauricio se dirigió hacia el supermercado de la esquina. Parecía distraído, fuera de sí. Entró al establecimiento y se dirigió a los refrigeradores, a tomar un six pack de cervezas. Mientras la cajera le cobraba, se oyó la voz que a Mauricio menos le apetecía escuchar.
Carlos era su mejor amigo, se contaban todo. Pero la verdad era que ese hombre es una víbora. Hace unos meses Mauricio tuvo una aventura con una joven mujer de un pueblo vecino, nada especial. Un día, Carlos fue con Julia, la esposa de Mauricio y le contó todo. Ella estaba destrozada. El único problema era que Carlos no sabía toda la verdad.
Mauricio tomo la bolsa y salió rápidamente para evitar cruzarse con la víbora. Carlos se acercó amigablemente, pretendiendo que nada pasaba. Comenzó a hablar, pero Mauricio no lo escuchaba, estaba muy ocupado resistiendo sus ganas de moler a ese hombre a golpes.
–Mau, ¿me estas escuchando?
–Necesito que te vayas– dijo el hombre apretando sus dientes
– ¿Por qué? ¿Hay algún problema?
– ¡Maldito traicionero!– grito Mauricio mientras le propinaba un golpe de proporciones épicas
Carlos, sorprendido, se levantó del suelo lentamente mientras su labio sangraba. Sin decir palabra, se dispuso a marcharse, pero Mauricio no lo iba a dejar ir tan fácilmente. En su mente, la única manera en la que se iría era en una ambulancia.
Así que tomó una botella de cerveza y la estrelló en la cabeza de la víbora. Carlos volteó lentamente para ver a Mauricio. Estaba enfurecido.
– ¿Por qué haces esto?
–Lo que tú le contaste a mi esposa era un chisme, y ella lo creyó. Tú tienes la culpa de nuestra separación.
–No. Tú la tienes por involucrarte con esa mujer. Yo solo dije la verdad
– ¡Muere!
En ese instante, Mauricio se abalanzó sobre Carlos, tomando su cuello y apretándolo con una fuerza fuera de lo normal. Los hombres comenzaron a golpearse en el piso sin ningún tipo de piedad, mientras las personas que se dirigían a la misa de cinco se acercaban a ver qué pasaba. Golpes iban y golpes venían. Ni una palabra.
Carlos estaba casi derrotado, toda su cara sangraba descomunalmente mientras su puño golpeaba a Mauricio débilmente. La víbora cayó al piso, derrotada. Por un momento, Mauricio pensó que estaba muerto. Luego, volteo la mirada hacia atrás y se dio cuenta de la multitud de personas que habían visto el suceso, y justo en el medio, estaba Julia.
Mauricio corrió detrás de su esposa. Ella estaba completamente asustada. Cuando el hombre la alcanzo, comenzó a hablar.
–Ese desgraciado te dijo una mentira, solo yo sé lo que paso
– ¡Vete Mauricio! , antes de que llame a la policía
–Yo no tuve nada con esa mujer. Bueno, si hubo una aventura pero no es lo que piensas
– Entonces dime en qué me equivoco. ¿Por qué me engañaste?
–Porque necesitaba protegerte. Esa mujer era una detective. Estaba a cargo del caso de Amador Fuentes
En ese momento, la expresión facial de Julia cambio extremadamente. Dos palabras que lo cambiaron todo. Amador Fuentes
–Me encargué de ella. Está muerta– dijo Mauricio.
– ¿Estás seguro de que está muerta?
El hombre asintió con la cabeza. Un secreto que, de salir a la luz, arruinaría sus vidas de una manera inimaginable. Amador Fuentes era el ex esposo de Julia. Un hombre bueno, amoroso y de buena familia. Tenía mucho dinero. Y como toda persona que tiene dinero, tenía un testamento. Uno en el que le dejaba todo a su esposa en caso de su muerte.
En esa época, Julia era muy codiciosa. Y una herencia que tenía más de 8 ceros le resultaba muy atractiva. Entonces conoció a Mauricio, un hombre humilde, del que se enamoró. Una noche, tomo un cuchillo de la cocina, se dirigió a su cama, donde el dormía plácidamente y con fuerza estampo el cuchillo en su pecho. Todo estaba preparado para huir. Esperó al día siguiente para llamar a la policía e invento una gran cantidad de historias para librarse de la mira de los policías. Luego, escapo a un pueblo vecino con Mauricio y su herencia. Se arrepentía mucho de matarlo.
Las sirenas de las patrullas pusieron la piel de los asesinos eriza. La detective que había asesinado Mauricio tenía un diario que la policía encontró. Tenía teorías y pruebas contra Julia. Ya nunca más podrían ser felices. Su más grande secreto salió a la luz y lo arruinó todo.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

1 comentario

  1. 1. Maureen dice:

    Es muy bueno el secreto, la infidelidad que no es tal. No me imaginaba por dónde podía ir la cosa y me ha gustado la sorpresa.

    Lo único, el párrafo final resulta un poco precipitado y confuso, tal vez por falta de espacio. Ampliando un poco ese final, te podría quedar redondo.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 23:21

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.