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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La Última Cena - por Virginia Figueroa

Web: http://bocetosdemimente.wordpress.com/

Le miraba con ojos golosos queriendo perderme entre sus mofletes. Dormía profundamente, con la respiración acompasada y esa bonita sonrisa de ángel. Su menuda figura envuelta entre sábanas de súperhéroes, me impedía apartar la mirada de su cama. Velar sus sueños, era casi una rutina enfermiza que me llevaba hasta su cuarto noche tras noche. Mis pupilas se convertían en audaces centinelas capaces de interceptar cualquier intento de pesadilla.
Esa noche me adentré, como tantas veces, en la intimidad de su cuarto y tras depositar un maternal beso en su frente, me dispuse a recoger su ropa sucia.
De camino al cesto de la colada revisé las prendas, quizás por prudencia, quizás por curiosidad. No esperaba encontrar aquel billete de cincuenta euros en el bolsillo del pantalón de chándal de Eric. Lo inspeccioné una y otra vez tratando de buscar su procedencia pero el papel moneda se negaba a darme explicaciones.
La mañana siguiente amaneció lluviosa e impaciente. Eric desayunaba rápido para no perder el autobús del colegio, yo terminaba de preparar su almuerzo mientras analizaba su comportamiento en busca de respuestas. Era inútil.
—¡Eric!, ¿De dónde has sacado esto? —pronuncié con cierto nerviosismo mientras blandía en el aire aquel inoportuno billete.
Palideció de pronto y su gesto se contrajo. Algo estaba pasando y yo lo desconocía, eso hizo que empezase a alterarme.
—¡Es un secreto! —me dijo, como si esa frase fuese suficiente para saciar mi curiosidad.
—¿Qué secreto?, ¿Quién te lo ha dado? —quise saber acercándome a él con la intención de extraerle la verdad por las malas si seguía esquivando mis preguntas.
Bajó la cabeza y enseguida supe que algo iba mal.
—Eric, cuéntamelo ahora mismo… por favor.—le rogué sentándome a su lado.
—¡Me lo ha dado D. Luís! —contestó por fin retándome a seguir con mi investigación.
Antes de que pudiese formular más cuestiones, empezó a cantar. Me confesó que su profesor les solía dar esos billetes a algunos niños a cambio de unas fotos en el vestuario. Sentí que me flaqueaban las piernas…
Con mi imprudencia al volante y cegada por la ira, esa mañana, le llevé yo al colegio. Le dejé en el patio y me fui directa al despacho de ese cabrón pederasta. Entré con arrojo y sin educación y, sin mediar más palabras que las de “¡¡hijo de puta, te voy a matar!!”, me abalancé sobre ese amasijo de huesos con gafas. Su mirada contrariada intentaba defenderse invocando presunciones de una inocencia que yo no me tragaba. Le pegué con todas mis fuerzas y él poco hacía por defenderse. Su endeble constitución se volvía más vulnerable con cada uno de mis golpes. Yo estaba fuera de mí y no podía parar de ensañarme contra ese miserable que, en algún momento, había dejado de negar su pecado. Le grité que llamaría a la policía, que jamás volvería a pisar un aula y que pagaría por todos sus abusos pudriéndose en la cárcel. Desde esa esquina donde lo tenía arrinconado, respondió a mis amenazas con una incrédula sonrisa de medio lado y balbuceando un “nadie creerá a un niño de ocho años” mientras de su nariz y de su boca brotaban sendos regueros de sangre. En ese momento me perdí, no pude pensar en otra cosa que no fuese cerrarle el pico para siempre. Cogí un abrecartas que asomaba del porta lápices de la mesa y lo clavé en su blanquecino cuello. Intentó defenderse demasiado tarde. La herida era tan letal como profunda, aunque mucho menos dolorosa que la de mi corazón. Poco después yacía inerte en el suelo, sobre un enorme charco de glóbulos rojos. Alguien llamó a su puerta y al no obtener respuesta, entró. Los ojos del director del centro me miraron aterrados cuando ese dantesco espectáculo le golpeó en el estómago.

La celda estaba tan fría como mis manos; llevaba días encerrada esperando un indulto que jamás llegaría. La noche antes de mi ejecución, dos tipos de uniforme irrumpieron en mi soledad para lanzarme una propuesta que decidí declinar. En ese instante mi estómago estaba casi tan vacío como mi realidad, pero aceptar esa “Última Cena” era como reconocer mi culpa y aquel gusano merecía morir. Decidí enfrentarme a mi destino con hambre, con sed y con esa tristeza infinita que siente una madre cuando la separan de su único hijo. Sería una noche eterna, porque ya no esperaba nada más de la vida que mi propia muerte.

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29 comentarios

  1. 1. Vicente Pacheco Gallego dice:

    Es un relato bastante duro, por lo que significa aparecer un personaje pederasta. Desde luego a la protagonista no la hubiera encerrado, lo pondría en un pedestal.

    Has llevado muy bien este relato tan estremecedor, manteniendo en todo momento la tensión con descripciones bastante buenas.

    Quizá tendrías que llevar cuidado con el yo, podrías omitirlo en algunos momentos.

    Por otra parte seguro que se tratan de lapsus, estoy convencido, ya que escribes muy bien: es superhéroes y portalápices.

    Te felicito por tu texto y te doy mi enhorabuena. Sigue adelante.

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 14:39
  2. 2. forvetor dice:

    ains mujéh… un poco sádica con la pobre protagonista no? como siempre se deja leer muy bien y tiene algunas imágenes estupendas 😉

    un saludo, nos leemos!
    Sergio Mesa / Forvetor

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 15:36
  3. Gracias por el comentario Vicente!! Es cierto que he tenido alguna errata 😛 jeje, a veces se me va el dedo y cuando reviso lo paso por alto. Me pasaré por el tuyo… a ver cómo lo has resuelto! 😉

    Ains Sergio de mis entretelas!! jajaja, sí, me ha salido la vena sádica (y que conste que muchas veces la reprimo, porque amenaza con salir más de la cuenta, jeje) De todas maneras, sigo en periodo de falta de inspiración… necesito musas!!! (o musos!!) 😉

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 18:33
  4. 4. Kangreja dice:

    Virginia! Me gusta la forma, y sin dudas son historias que también deben ser contadas, después de todo alguien debe narrar la cotidianidad de los segundos. Nos leemos, saludos.

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 19:01
  5. 5. Maiwey dice:

    Me encanta el título que has elegido y el final, aunque la madre no se merecía tanto castigo.
    ¡Te seguiré leyendo!

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 22:42
  6. 6. Cibeles dice:

    Tremendo cuento, y muy bien escrito. Me encanta cómo la madre pasa de ser re dulce a loca sacada, y el contraste con la debilidad del profesor. Me gustó cómo está narrada la pelea, y por cierto, buena elección la del título.

    Escrito el 28 febrero 2014 a las 22:46
  7. 7. Borja dice:

    Muy bueno. ¿Sádica?, poco me parece…, en fin…
    en lo que es la historia y cómo está contada, destacaría que describes muy bien. Ya lo pensé el mes pasado.
    Buen trabajo! y nos leemos!

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 08:36
  8. 8. NHICAP dice:

    Muy bueno Virginia. Tienes un estilo propio que me gusta y ,en este caso, has logrado un estupendo texto que se lee con interés y engancha por la excelente dosificación que haces para atraer al lector.
    Los pequeños defectillos de escritura no ensombrecen la calidad del relato.

    Felicidades por una historia tan bien escrita y con tantos atiesen la descripción de la madre.

    Nos leemos

    Salidos

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 10:13
  9. ¡¡Mil gracias por pasaros a leerme!!

    Kangreja, agradezco tu tiempo en leer y comentar mi texto. Desgraciadamente este tema está a la orden del día.
    Maiwey, gracias por pasarte por aquí. Me alegro que te guste. El título ha sido lo primero que me vino a la mente y de ahí surgió el resto. 😉
    Cibeles, me alegra tenerte por aquí. Este mes tienes que ponerte sin falta a escribir la escena!!
    Borja, está claro que podría subirse muchísimo más el nivel de sadismo pero tampoco se trata de herir sensibilidades 😉
    Gracias por leerme y por molestarte en comentar. Haré lo propio, lo prometo!
    NHICAP, mil gracias por tus palabras. Me alegra que te guste mi estilo, aunque a veces me gustaría escribir totalmente distinto como lo hace alguno de vosotros. Controla ese subconsciente que te juega malas pasadas en el “saludo final” jajaja, es broma!! Yo también te mando muchos saludos y abrazos. Nos leemos of course!! 😉

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 12:32
  10. 10. NHICAP dice:

    Virginia, el final de mi comentario debes leerlo así:

    “con tantos matices en la descripción de la madre…”

    Sorry, son los traviesos duendes que interfieren en mi escritura.

    Saludos

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 14:54
  11. 11. Emmeline Punkhurst dice:

    ¡Buf! Virginia, me has dejado tocada con tu relato. Pederastia, corredor de la muerte… La verdad es que no le tienes miedo a nada. Admiro tu valentía.
    Me ha encantado tu relato: la elección del título es perfecta, el desconcierto de la madre es un buen preludio de lo que ocurre a continuación y su resignación transmite mucha tristeza.
    Tengo ganas de leer más historias tuyas.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 17:51
  12. 12. Expósito dice:

    Buen relato, con una tensión que va en aumento hasta alcanzar una violencia bastante gráfica. Creo que entre sádicos nos entendemos jeje. Lo único que me ha chocado un poco es la frase “no pude pensar en otra cosa que no fuese cerrarle el pico para siempre”. Creo que la expresión “cerrar el pico” chirría un poco entre la dureza del tema y el momento. Es una expresión que suena un poco frívola.
    Por lo demás, buen trabajo. Creo que te buscaré en próximas escenas. Nos vemos.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 19:55
  13. Muchas gracias por tu comentario Emmeline. Me alegro de que el título te haya gustado; normalmente siempre tengo problemas a la hora de bautizar mis relatos. En este caso empecé a escribir a partír de él y así me ha sido más fácil. Un saludo.
    Hola Expósito, gracias a tí también por pasarte. Puede que tengas razón y pegue más otra expresión en ese caso, pero me salió así… 😉 Nos leemos.

    Escrito el 1 marzo 2014 a las 23:24
  14. 14. Wolfdux dice:

    Hola Virginia,

    enhorabuena por tu relato. Me ha gustado mucho, ¿soy el único que se pregunta que será de Eric a partir de ahora? Jejeje.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 11:30
  15. 15. Aina Pons Triay dice:

    Wow Virginia. “Me confesó que su profesor les solía dar esos billetes a algunos niños a cambio de unas fotos en el vestuario. Sentí que me flaqueaban las piernas…”. A mí también me han flaqueado y ha hervido mi sangre. Odio a Don Luis. Y cuando ha cogido el cortaplumas he pensado enseguida “¡no lo hagas, piensa en Eric!”. Enhorabuena, me has llegado al corazón.

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 13:03
  16. 16. un farero impaciente dice:

    Hola otra vez Virginia. Acabo de leer tu texto (tres veces). No porque no se entienda (jajajaja), sino porque quería hacer bien los deberes. Te comento….
    Me gusta la idea: un tema potente y de actualidad. Consigues que me crea la historia. Me creo el desconcierto de la madre al descubrir los hechos, me creo su rabia y me meto en su piel nada más empezar a leer. La escena de acción: muy buena. Hasta aquí todo perfecto. Y con un estilo sencillo, directo y eficaz. Lo único que me deja algo perplejo es el último párrafo: ¿pena de muerte para una madre que defiende a su hijo…? Y, además, ¿que la madre acepte casi de buen grado su sentencia…? Uffff, eso me suena un poco forzado. Yo, el texto, lo veo perfecto sin este último párrafo. Pero es sólo mi opinión.

    CONCLUSIONES:
    Es siempre un placer leerte.

    Un saludito. El farero de siempre.

    NOTA:
    Si todavía está vacante la plaza de “muso”, quisiera presentar mi candidatura. Tiene que ser divertido… nunca he hecho de “muso”.

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 19:21
  17. Gracias por pasarte Wolfdux!! Me alegro de que te haya gustado. Eric se ha quedado con su abuela materna, la única familiar directa que todavía vive. 😉
    Aina, agradezco mucho tus palabras. Ha sido un placer haberte llegado al corazón, aunque fuese de una forma tan brutal. Un saludo!!!
    Hombre farero!! un placer tenerte por estos lares… y más con esos comentarios tan graciosos, jajaja. Estaba pensando en el típico corredor de la muerte americano y condené a la pobre mujer a la silla eléctrica por haber asesinado al profe sin cuestionarme qué sucede en el juicio (así que… ni eximentes, ni legítimas defensas, ni premios por salvar al mundo de impresentables…) 😉 La pobre estaba ciega por la ira y no pensó en las consecuencias de sus actos…
    Gracias por tu comentario!!
    ¿Quieres ser mi “muso”? jajaja, hummm… ¡tendré que hacerte una entrevista para ver tus aptitudes! Por lo que leo, no tienes experiencia en el tema. ¿Qué sabes hacer para despertar la inspiración? XD
    Gracias a todos por vuestro tiempo!!!

    Escrito el 2 marzo 2014 a las 21:01
  18. 18. David Rubio dice:

    Chapeau Virginia. La historia la has interiorizado y ha salido con una fuerza y rotundidad admirable. Comparto con Farero. Ese final quizás es un tanto forzado. De hecho sin ese párrafo último la historia no pierde absolutamente nada, ni en intensidad, ni en fuerza, ni en ritmo.
    No creo que te faltan musas ni fuerza. Solo tiempo como ha todos.
    Un abrazo

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 00:37
  19. 19. David Rubio dice:

    Glups quise decir “como a todos”. Vaya h se me coló.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 00:37
  20. 20. un farero impaciente dice:

    Hola Virginia. Uffff, me has puesto en un apuro. Esta mañana, mientras desayunaba en una cafetería, he leído tu mensaje y tu solicitud de referencias para el trabajo de “muso”. Así que me he puesto a hacer una lista de mis cualidades para el cargo en una servilleta. Y muy mal…, porque entre las que no se pueden nombrar y las que no son legales mi hoja se ha quedado en blanco. Y me he puesto triste triste. Menos mal que la camarera, que me conoce muy bien (demasiado), me ha invitado a otro cruasán. Bueno, también me ha guiñado un ojo y me ha dicho que soy su cliente favorito, pero sospecho que se lo dice a todos. Y con esto me he animado. Ten en cuenta que sólo soy un hombre y me animo con poco. Entonces, Virginia, supongo que necesitaré más tiempo para hacer un curriculum en condiciones y volver a solicitar el trabajo de “muso”.

    Un farero deprimido.

    NOTA: Creo que voy a volver a la cafetería a por otro café y a charlar con la camarera. En fin…

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 12:55
  21. 21. Ada Lena G. P. dice:

    Un relato rotundo y contundente. Encuentro muy armónico cómo logras encadenar los sucesos previos que desatan el conflicto en esta trama tan bien traída.
    Posees un estilo firme y decidido que atrapa al lector con bastante facilidad. Al igual que mis compañeros señalar la dureza de la temática, muy de actualidad desafortunadamente, aún en el mundo. Dejas metáforicamente patente tu opinión personal respecto al asunto, que veo con claridad que no te resbala para nada, pues vas a por todas.
    Expresas de maravilla algo que es muy usual y común en una pelea “actuar en caliente” con esta frase: “En ese momento me perdí, no pude pensar en otra cosa que no fuese cerrarle el pico para siempre”. No creo que desentone para nada “cerrarle el pico”, pues Virginia saca el monstruo que lleva dentro o, mejor dicho, la leona que hay en su ser para vengar el daño que este ignominioso individuo ha causado a su hijo y otros inocentes.
    La acción va in crescendo y mantiene la atención del lector en todo momento, aspecto que denota el talante intrigante del argumento.
    Un planteamiento trazado y pensado con brillantez.
    Ha sido un placer leerte.
    ¡Ánimo con la lucha de la pluma! Nunca hubo arma tan poderosa como la sutileza que encierra la palabra para conseguir aquello que queremos.
    Mis más sinceras felicitaciones, pues me ha sorprendido tu gran talento.
    ¡Hale, a seguir con el cuento…!
    Te sigo leyendo…
    Saludos.

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 20:02
  22. Oh my god!!(léase como lo entonaría Janice, la exnovia de Chandler Bing de “Friends”)
    Ada Lena, me has dejado sin palabras y con la autoestima por las nubes con tu comentario!! (sabes que no hay que hacerlos de 750 palabras, ¿verdad? jaja, es broma)
    Mil gracias, primero por pasarte por aquí a leerme y segundo por tu brillante análisis. (que es mejor incluso que mi propio texto)
    Pues sí, supongo que todos ponemos parte de nosotros mismos en nuestros relatos y se nos vé el plumero. En este caso, para mí este tipo de actos merecen toda la repulsa social y tolerancia cero. Es indignante que alguien se aproveche de la inocencia de un niño.
    Me alegro que hayas disfrutado con la lectura. Un abrazo!!

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 22:02
  23. Hola de nuevo Farero adicto a la cafeína!! (y a los bares y al country moderno y a …)
    A estas alturas de la película y dada la urgente necesidad de inspiración, podría admitir un muso con atributos ilegales (yo no diré nada sobre tus tendencias ilícitas, siempre y cuando tú ilumines mi mente con ideas frescas para escribir un best-seller que haga que deje mi trabajo actual y me convierta en nueva multimillonaria) ¿trato?
    Tienes un estilo que me encanta, podrías hacerle sombra a Terry Prachet si te pones! 😉
    Nota: Las risas que me echo con tus comentarios son mucho más desestresantes que mis clases de pilates y con una relación calidad-precio mucho mejor. 😉
    Un saludo farero simpático!

    Escrito el 3 marzo 2014 a las 22:21
  24. 24. Abbey dice:

    ¡Hola!
    Impactante. No se puede negar que te atreves con todo. El tema de abusos de niños…pufff, muy fuerte.
    Pensé al leer el relato que al final sería una confusión, que habría otra explicación para lo delos 50 euros… me he quedado helada cuando lo ha matado. ¡Me encanta que me sorprendan!.
    Lo de la cárcel no le quita un ápice de intensidad a la historia.
    ¡Enhorabuena!

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 21:33
  25. 😉 Gracias Abbey! Me encanta haberte sorprendido…

    Un saludo!!!

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 22:06
  26. 26. Marazul dice:

    Hola Virginia la primera parte del relato comienza de una forma muy suave y hasta me creí que iba a ser tierno. Qué confundida estaba…..!!!! La ira de la madre y el instinto ” animal” por defender a su “cria” va en crescendo hasta desembocar en el drama. Un buen relato que nos mantiene en tensión, que poco a poco va subiendo de tono y cuyo final es injusto. Pero claro no todo van a ser cuentos de princesas.
    Enhorabuena. Saludos

    Escrito el 5 marzo 2014 a las 23:16
  27. Hola Marazul! Mil gracias por pasarte, eres un sol y muchas lunas. 😉
    Me alegra que te haya engañado un poquito al principio, jeje. Un saludo!!

    Escrito el 7 marzo 2014 a las 21:00
  28. 28. José Torma dice:

    Ah Dios el tema del maltrato a los niños me pudre!!! tengo 6 sobrinos y solo de pensar que algun hijo de puta les pusiera la mano.. no se que haria. Tu relato me llego, me atrapo y a pesar de creer que la violencia no resuelve la violencia, creo que aqui esta mas que justificada.

    Felicidades porque trataste un tema dificil con gran soltura y elegancia.

    Felicidades

    Escrito el 10 marzo 2014 a las 16:02
  29. Gracias por tu comentario José!
    La verdad es que sí, este tema merece toda la repulsa social del mundo.
    Un saludo!

    Escrito el 11 marzo 2014 a las 16:56

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