Secreto y Verdad - por Libres de Lectura

Secreto seguía andando tan plácidamente por las calles de ese mundo oscuro y sombrío que él regentaba. Desde el día en que su mundo se creó, debido a un desliz de la Mente Creadora, nadie había osado enfrentarse a él. Sí es verdad que alguna vez había visto a aquella pequeña luz lejana acercarse a él, pero nunca llegar muy lejos, lo que le tranquilizaba; Verdad nunca se atrevería a enfrentarse a él, podía hacerle mucho daño.

Desde arriba, Verdad, notaba como su cuerpo cada vez ardía más viendo a aquel ser transitando con su porte altanero por el mundo, sintiendo que había alguien que lo mirase cuando en realidad estaba completamente solo en aquel lugar. Ya hacía mucho tiempo que habían arrebatado a Verdad ese mundo para llevarla a vivir allí arriba, aprisionada a una vida estática, solo con la posibilidad de ver a Secreto disfrutar de lo que antes era un mundo lleno de luz, su mundo. Ya había intentado en muchas ocasiones enfrentarse a él, pero algo, ese algo que ella creía ser el poder de la Mente Creadora, la detenía antes de poder llegar a Secreto. Llevaba un tiempo preparándose para el ataque final, algo dentro de ella le decía que era el momento, notaba una energía diferente procedente de la Mente Creadora, como si la invitase a hacerlo.

– Vamos, es mi momento – se dijo a sí misma a modo de aliento.

Verdad se lanzó hacia Secreto, este veía como la luz esta vez no cesaba en su intento y paró su opaco cuerpo dudando de qué hacer a continuación. Cuando Verdad se encontró frente a frente con su enemigo una lucha encarnizada comenzó, provocando unos destellos que salían despedidos de un lado para el otro.

Carlos llevaba unas horas en que la cabeza le hacía extraños. Álex, su amigo de la infancia, le había dicho por teléfono que eso se debía a la conciencia y aunque en un principio no le creyó, ahora empezaba a dudar de la certeza de sus palabras. Hacía unos meses había engañado a su pareja, María, y se lo había estado ocultando todo este tiempo. Pero no podía aguantarlo más, estaba seguro de que si lo hacía acabaría cayendo enfermo. Teniendo a María apoyada en su costado izquierdo mientras veían una película la cual sus pensamientos aún no le habían dejado ver, se quedó mirándola y ella, notándose observada le devolvió la mirada.

– ¿Qué te pasa, Carlos? ¿No te gusta la película? – dijo ella mientras se desperezaba y se sentaba frente a él.

– Verás María, tengo algo que contarte. Lo siento por habértelo ocultado, pero la conciencia, la cabeza, lo que sea, no me deja seguir sin decírtelo – le dijo un Carlos con los ojos humedecidos que daba al botón de Pause del mando apoyado en la mesa.

– No me asustes Carlos, ¿Qué ocurre?

Verdad tenía atrapada a Secreto, ya no había vuelta atrás, era el momento de la estocada final.

– Te he mentido, he tenido relaciones con una chica del trabajo…

Un destello deslumbrante inundó el mundo de la Mente Creadora. A partir de ese momento se dice que hubo muy poca actividad en el mundo regido por aquella divinidad. Pero también se cuenta que a medida que pasó el tiempo, esta actividad fue aumentado y que en estos momentos solo habita en ese mundo el brillante color de la Verdad.