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Salpicaduras - por Roby M. Fernández

Web: http://robymfernandez.blogspot.com.es/p/poesia_14.html

Todo comenzó con una mancha apenas perceptible, una leve salpicadura en el bajo marco de la puerta. Así, a primera vista, le pareció sangre. Sangre. ¿Podría ser?. Encorvó la espalda para tener más cerca el suelo. Se veía limpio, pero era un limpio diferente. Y ahora que se fijaba mejor, había minúsculas gotas secas por la parte más alejada a su puerta. Lo confirmó. Todo eso había estado sucio, desde su puerta hasta la puerta del vecino de enfrente, pero lo habían limpiado. Un destello le salpicó en el ojo. ¿Qué es eso? Se acercó. Un trozo de cristal.
¡Mierda! Le vinieron a la mente un par de imágenes. Recordó que por la mañana, antes de irse al trabajo, había oído los gritos de una pareja discutiendo. Y golpes. Aquello le daba sentido a aquella fantasía. ¡Maldita sea! ¿Y si su vecino, aquel hombre que parecía tan simpático, en realidad era un maltratador? ¡Ostia! ¿Y si esa mujer que parecía tan feliz en su matrimonio no es que fuese tan tímida como pensaba sino que tenía miedo? ¡Joder! Detrás de cada puerta hay tantos secretos. La imaginación se desbocó…

La mujer estaba harta, él estaba borracho, simplemente cabreado quizá. Alzó la mano, una bofetada seguramente. Ella se asustó, estaba harta, intentó escapar. Se gritaron, en un despiste de él ella salió corriendo. Llegó a la puerta, abrió, estaba fuera, a unos pasos de escapar, a un golpe de puerta que le habría despertado cambiando todo el curso de los supuestos hechos. Pero su marido le alcanzó con… la golpeó con… una botella en la cabeza y cayó al suelo. Sangraba. Manchaba el suelo. Pero se defendía aún. La estranguló allí mismo. Y ya muerta, arrastró el cuerpo al interior.

Para lo que podría haber pasado dentro había demasiadas opciones, pero las pequeñas manchas del suelo y la pobre limpieza le insinuaban eso, le contaban esa historia.
Pensó en llamar a la puerta para ver como reaccionaba el hombre, si es que abría.
Se imaginó llamando a la policía para explicarle…
Comenzó a pensar en…
Escuchó un ruido en el interior, alguien se acercaba, se abrió la puerta.

-Hola Juan.

-Hola… Raquel… ¿qué tal?

-Bien, muy bien. Oye, esta mañana se me ha caído un bote de tomate aquí, lo he limpiado bien, pero ten cuidado por si se ha quedado algún cristal.

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1 comentario

  1. 1. Aurora Losa dice:

    Genial la película que se monta el colega solito a partir de un trozo de cristal y una mancha roja, me ha encantado porque has derrochado originalidad en muy poco espacio.

    Escrito el 7 marzo 2014 a las 16:15

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